Reflexiones sobre el Reconocimiento por parte del Estado uruguayo de su responsabilidad en las violaciones a los Derechos Humanos de la última dictadura cívico-militar.

“De cuando el alma volvió al cuerpo

Nuestro cuerpo había perdido el alma.

Para peor, la resignación nos había ganado el cuerpo.

Las expectativas eran casi nulas, al momento de que el Estado reconociera su responsabilidad en la violación a los Derechos Humanos en el “Caso Gelman”, sobre que se tuviera en cuenta nuestro pedido, y se hiciera al mismo tiempo un reconocimiento sobre todas las violaciones a los Derechos Humanos de la última dictadura cívico-militar.

Las declaraciones de algunos protagonistas directos en el tema no nos auguraban la recuperación del alma perdida.

Las primeras frases del acto, confirmaban nuestros temores. Todo en consonancia con la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Poco antes de llegar a la mitad de la declaración, nuestro cuerpo sentía, con gran sorpresa, que un hilito de satisfacción comenzaba a ganarle el interior. Hubo que esperar 7 minutos, pero valió la pena.

Transcribimos textualmente lo que escuchamos:

“…El Estado uruguayo reconoce que en el pasado se cometieron en el país acciones violatorias de los derechos humanos.

Tal como acredita el presente caso, al amparo de la llamada doctrina de la Seguridad Nacional, se llevó adelante una política sistemática de represión a las organizaciones sociales, sindicales y políticas así como la persecución de sus integrantes y el control  de la entera sociedad civil, expresión todo ello del denominado “terrorismo de Estado”.-

En el desarrollo de esa Doctrina de la Seguridad Nacional,  el Estado Uruguayo integró el llamado Plan Cóndor, una coordinación internacional  con Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Paraguay  para desplegar la persecución por razones ideológicas a los habitantes de los países referidos y proceder a su detención y  traslado clandestino o  decidir el asesinato y  desaparición de los detenidos.

De muchas de estas personas aun no se sabe su paradero, ni su suerte, todavía no se conoce su destino, ni se han hallado sus restos…”

Antes, se había hecho referencia al caso en sí. Y a continuación, también.

Pero el reconocimiento que transcribimos, desde nuestro humilde punto de vista cumple con nuestro pedido, manifestado en la Resolución de nuestro Comité, del 1º de Marzo de 2012.

En la misma, manifestábamos:

“…El Comité de Base “Paco Espínola” entiende:

a)      Que el acto proyectado para el 21 de marzo próximo, de reconocimiento de la responsabilidad del Estado por la violación de los derechos humanos en la dictadura militar, debe estar referido a todos los casos, no solo al de María Claudia García de Gelman;

b)      Que en dicho acto, deben estar presentes los Comandantes de las Fuerzas Armadas, por ser sus instituciones las directamente vinculadas con dichos hechos;…”

Poco mas de un minuto y medio, alcanzó para pronunciar ese reconocimiento.

Y también sirvió para recuperar el alma perdida.

Nos queda el cuerpo con varios machucones. Uno de ellos, quizás el mas importante, el provocado por el golpe innecesario de la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que el reconocimiento debió partir del Gobierno, sin necesidad de que fuera por obligación, sino por convencimiento.

Agradecemos a todos los que, habiendo participado de la redacción del documento, tuvieron la sensibilidad suficiente como para que ese Reconocimiento incluyera a todos los crímenes cometidos por la última dictadura cívico-militar.

“Coraje y moral”, dijo Juan Gelman que había tenido nuestro Presidente, al manifestar el Reconocimiento. Dado que este paso ha sido solo uno mas en el camino hacia la Verdad y la Justicia, coraje y moral, deberemos seguir teniendo, para llegar al final del camino.

Un fraternal abrazo frenteamplista”.

Pedro Rodríguez                       Ricardo Fernández                            Roberto Dotti

 

Presidente                     Secretario  de Organización                     Delegado

Comité de Base del Frente Amplio Francisco “Paco” Espínola.