En las dos últimas décadas América Latina y el Caribe han avanzado significativamente en el desarrollo social y económico, y si los países de la región toman medidas adicionales para mejorar sus instituciones fiscales podrían generar mayor productividad, innovación y crecimiento, según un nuevo libro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se informó el viernes 24 de agosto.

La publicación, Las instituciones fiscales del mañana, describe cómo el ejercicio de la disciplina fiscal permitió que muchos países dejaran atrás los episodios de volatilidad, alta inflación y devaluaciones que caracterizaron a las décadas pasadas. Los beneficios de esa disciplina se hicieron evidentes durante la reciente crisis económica global, pues la región demostró capacidad de resistencia y una vigorosa recuperación.

Según los autores del libro, América Latina y el Caribe podrían consolidar estos logros, en tanto sus gobiernos adopten alternativas para instituciones fiscales con potencial para promover el crecimiento económico y el bienestar de la población. Estas alternativas incluyen reglas fiscales que toman en cuenta los ciclos económicos, los presupuestos basados en desempeño, los sistemas integrados de administración financiera, las políticas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PyME) y los incentivos a la innovación.

“La región está transitando por una transformación en sus instituciones fiscales para evitar las crisis y errores del pasado y destrabar su potencial de desarrollo”, comentó Ana Corbacho, asesora principal del Departamento de Instituciones para el Desarrollo del BID y coordinadora de la nueva publicación.

En el texto se plantea la importancia de adoptar reglas fiscales claras pero flexibles, que minimicen los déficits y aumenten el ahorro en épocas de prosperidad para poder tener mayor margen de maniobra durante las crisis y fomentar la recuperación, incluso luego de desastres naturales.

Asimismo, señala la necesidad de fijar objetivos claros en el proceso presupuestario, como la efectividad macroeconómica, la eficiencia en la asignación y uso de recursos y la transparencia en su gestión. Para que un presupuesto basado en desempeño sea efectivo, debe contar con sistemas de monitoreo y evaluación, incentivos para que las acciones de los funcionarios se alineen con los resultados esperados, y desarrollo de capacidades institucionales.

A su vez, destaca que la adopción de sistemas integrados de administración financiera permite a los países mejorar no solamente el flujo de información por medio de la tecnología, sino también la gestión estratégica de la administración pública.

También plantea que más allá de mejorar la eficiencia y los procesos administrativos, el fortalecimiento de las instituciones fiscales permitirá mejorar la productividad de las PyME, un gran desafío pendiente de la región. Y agrega que esa mejora se deriva del hecho de que la política fiscal es uno de los factores decisivos para la productividad de las PyME. Por ello considera aconsejable que los países adopten políticas fiscales que apoyen la formalización y la expansión de las empresas, para dar así un impulso al crecimiento económico.

El libro concluye abordando el problema de la falta de innovación. Partiendo de la base de que las empresas de esta región invierten relativamente poco en investigación y desarrollo (aproximadamente una cuarta parte de lo que destinan las empresas europeas), los autores analizan posibles herramientas fiscales como las subvenciones directas y los incentivos impositivos.

Las instituciones fiscales del mañana, primera obra de la serie Instituciones para la gente, señala que si bien los países latinoamericanos y caribeños tienen mucho camino que recorrer, han aprovechado lecciones aprendidas de crisis pasadas para mejorar sus instituciones fiscales con una visión de destrabar el potencial de desarrollo de la región.