Compartimos la columna de opinión de Ignacio Martínez ante el número 200 de El Popular y que lleva como título: “La importancia de la palabra escrita”.

“Con inmensa alegría recibimos el número 200 de El Popular. Celebrar este logro es reconocer el enorme esfuerzo que significó el primer desafío de editarlo, pero además, la tenacidad de mantenerlo semana a semana.

Cuando los compañeros me hicieron la propuesta de escribir una columna permanente, semanal, asumí agradecido la sugerencia. Y lo hice porque en sí misma esa idea contenía una generosa amplitud, donde los articulistas no se quedaran limitados a ser integrantes del Partido Comunista. Esa amplitud también supone un concepto bien interesante del rol que debe cumplir un instrumento escrito, difusor de ideas, de reflexiones no necesariamente acabadas e, incluso, de matices que siempre amplían el horizonte de las ideas. Ese semanario es el que se necesita hoy. Bien por eso.

En ese sentido, celebrar hoy las 200 entregas, las 200 semanas, los 4 años de esta nueva época, me invita a reflexionar sobre ese rol de un semanario como herramienta de transformación. Lo primero que creo que debemos asumir es que El Popular debe ser un difusor de ideas, de propuestas, de puntos de vista. Por ende se vuelve imprescindible que haya cada vez más producción de ideas, de propuestas y de puntos de vista. Es imprescindible asumir en análisis de la sociedad que queremos transformar. Es imprescindible elaborar nuestra propia teoría revolucionaria. El marxismo en su más amplia concepción, con todos los formidables anexos leninistas, gramscianos y de la propia experiencia del movimiento obrero y popular a nivel mundial, no va a resolver, por sí solo, los desafíos de la construcción de nuestra propia teoría que nos permita entender la realidad que estamos viviendo y los planes de transformación, en un sentido socialista, de esa misma realidad. Es nuestra propia reflexión la que debe resolver esos temas teóricos, programáticos, de las alianzas y de las estructuras. Se trata de carillas que nosotros debemos llenar para definir por dónde pasa la construcción revolucionaria en este Uruguay, en este Frente Amplio, con este pueblo y estos niveles de conciencia y organización. Esa producción teórica requiere de compañeras y compañeros que efectivamente produzcan, y de instrumentos como El Popular, que las difundan en términos sencillos, comprensibles, claros y, sobre todo, movilizadores, conductores y capaces de hacernos crecer en conciencia y organización.

Quizá, entonces, sea el momento de poner sobre la mesa algunas preguntas que bien pueden provocar análisis y aproximaciones a respuestas que vayan sucesivamente ocupando espacios en El Popular.

¿Qué posibilidades tenemos de avanzar hacia las conquistas populares más profundas dentro de fronteras, y cuánto se requiere de una alianza continental cada vez más profunda, más orgánica, más en el terreno de políticas estratégicas? ¿Por dónde pasa esa alianza continental?

¿Qué ideas conviven en nuestro Frente Amplio y cómo avanzamos en la profundización programática que conduzca a transformaciones más profundas, que vayan cercando cada vez más al sistema capitalista y a la democracia burguesa, y vayan dando al pueblo cada vez más posibilidades de decidir las políticas económico-sociales y avanzando en una democracia cada vez más participativa?

¿Es necesario la creación de una alianza de signo socialista dentro de la izquierda? ¿Quienes deberían integrarla?

¿Cómo nos trascendemos a nosotros mismos y procuramos convertirnos en hacedores de ateneos populares de reflexión, en círculos de análisis sobre estos y otros temas donde nos sintamos alentados a estudiar, a pensar y a filosofar, sin perder nunca de vista la acción que enseña y transforma?

La lucha, la entrega cotidiana a la causa de los pueblos, hoy más que nunca requiere de momentos de análisis con cierto grado de abstracción y distancia, para observarnos a nosotros mismos y a la realidad que nos rodea, democratizando, de alguna manera, la capacidad de pensar para cambiar, aceptando humildemente que estamos llenos de desafíos que tenemos que resolver. La palabra escrita se vuelve imprescindible. El Popular puede ser una herramienta que plasme en sus hojas estas ideas. De hecho lo ha venido haciendo desde su fundación. Aún más, es necesario que vaya pensando en incorporar separatas o suplementos temáticos que lo acompañen cada cierto tiempo. ¿Por qué no? Festejar 200 entregas puede ser un buen momento para preguntarnos si acaso no hay que dar algunos pasos más. Vaya mi saludo a todos lo que lo hacen posible, como albañiles de un edificio que, pacientemente, ladrillo por ladrillo, lo han venido edificando durante tantas y tantas jornadas de trabajo, hilada por hilada, desde el pie”.

Fuente: Semanario El Popular.