Compartimos la columna del edil Juan Curbelo sobre los recientes dichos del Presidente José Mujica.

“Sr. Presidente Mujica: “Las palabras son como las hojas. Cuando abundan, poco fruto hay en ellas”

Alexander Pope.

La utilización de las palabras en forma correcta o incorrecta puede implicar que haya conceptos que se entiendan de una u otra forma. La colocación de una palabra en una parte de la oración puede indicar conceptos distintos.

Hemos escuchado reiteradamente la victimización de Mujica con relación a su estado, a su vida, a su forma de entender el mundo. Cuando se repite tanto, se comienza a dudar.

Mujica está acostumbrado a hablar en su mensaje radial, le gusta la tribuna, habla para un público específico que se encuentra a la espera de un mensaje confrontativo, descalificador, desmoralizador. Pero no es un mensaje cuyo inventor es Mujica. No. Es un mensaje que le ha servido al Frente Amplio para confrontar a los uruguayos: los buenos y los malos uruguayos. Claro; decirlo así, directamente, podría resultar indignante y altamente criticable, más allá que el mensaje de fondo pasa por esa lectura. Escucharemos hablar de “derecha” e “izquierda”, “socialismo” y “capitalismo”, “los de Av. Italia al sur y los del norte”, “campo” y “ciudad”, “las franjas del IRPF”, etc etc etc.

Así durante mucho tiempo ha sido una línea de pensamiento, en algunos casos explícitos y en otros un tanto adormecido, que la división de los uruguayos ha traído réditos electorales.

Mujica se ha acostumbrado a marcar la diferencia. La mayoría de los uruguayos no piensan igual que el Presidente ni del proyecto país del Frente Amplio.

El presidente Mujica se enoja, dice cualquier improperio, después pide disculpas y por momentos genera una confrontación que no contribuye al andar de este país.

Apela a su condición social, apela a su donación de sueldo para el Plan Juntos (aunque nunca habla de los gastos de representación que cubre a todo Presidente), que no le perdonan dónde vive, que le hacen críticas a su forma de expresión y no sé cuántas cosas más.

Creo que el presidente de la República piensa que el Uruguay es Mujidependiente de su accionar y su entorno. Que es gran “consumidor” de sus aciertos y errores, que estamos pensando continuamente en él al estar denunciando los eslabones del collar de errores y metidas de patas que tanto él como su gobierno nos tienen acostumbrado. La improvisación de un gobierno ha dejado paso a la falta de respeto. Nos venimos acostumbrando a frases descalificadoras pero dichas desde el agravio por parte de Topolansky que justifica las acciones del gobierno desde la ironía constante, los dichos de Calloia referido a “viejos carcamanes” o ahora a “controlar a las esposas de los blancos” de Mujica. Y podríamos seguir expresando más frases que han sido dichas. Ahora bien, si las dice la prensa o la oposición, es visto por el gobierno y el Frente Amplio como una descalificación a las buenas intenciones de autoridades.

Pienso que Mujica ha favorecido y contribuido a un empobrecimiento del análisis político atribuyendo el descrédito y la victimización cuando desde el pueblo hay voces distintas a su pensamiento. Seguramente fruto de la visión de los años 60 conviven en él la síntesis de un pensamiento retrógrado y anacrónico.

Sólo pensemos cuando él mismo pidió en base al respeto y la tolerancia unas quince normas referidas a la seguridad y la convivencia. Sin embargo, todos los días, prácticamente, venimos asistiendo a una catarata de descalificaciones y argumentaciones que hacen del que opina distinto una persona diabólicamente pensante.

Las GRANDES personas, Sr. Mujica, no andan diciendo todos los días en la prensa y anunciando con bombos y platillos que dona sueldo al Plan Juntos o a su organización política o que vive en un rancho. A la población no le interesa eso. Más aún, siquiera lo piensan. En esta sociedad dinámica, que no da tiempo para pararse a pensar un minuto, ¿quién se detendría a pensar que Mujica vive en un rancho? Más tiempo perdido como anecdótico lo han tomado medios de prensa del exterior que la reflexión de la población uruguaya. Pensar que hay uruguayos que viven bajo el cartón y los nylon y no lo andan anunciando en radio ni vienen de la prensa extranjera a hacer un reporte. El desprendimiento personal de bienes para la ayuda del menos favorecido pasa por una actitud sincera y generosa del corazón. No de la cámara. Se equivocó nuevamente como lo hace muchas veces. Queda seducido y atrapado por la luz, que no solo lo marea la luz de la cámara sino que además lo despista el micrófono llevándolo al agravio y la descalificación.

Mucho habla del desprendimiento personal pero recuerde que la tribuna a la cual Ud. está acostumbrado a hablar ya no le llena espiritualmente decir eso y al que no lo queremos escuchar pasa por un cinismo intelectual del cual se torna cansador.

Tenga la honestidad de creer y pensar que es Presidente de TODOS. No del Frente Amplio que lo votó, no de aquellos que lo escuchan por su audición radial ni de los que acuden a sus asados. No le pido que cambie, le pido que sea respetuoso de los valores, de la familia, de las tradiciones, de las personas. Ud. muchas veces ignora y ofende con sus dichos y al decir de Ud. mismo yo le respondo: UD tiene derecho a equivocarse, lo que Ud. no tiene es el derecho de ofender a los ciudadanos del Uruguay cuando piensan distinto a Ud. La uniformización del pensamiento, las ideas totalitarias, la visión única marxista de la vida ha pasado y por ende, en una sociedad del siglo XXI debemos acostumbrarnos, Mujica, que existen diversidad de ideas, como visiones de la vida y personas existen sobre este nuestro mundo”.