De la Congregación Evangélica Alemana de Montevideo (CEAM)

A quien corresponda:

El pasado jueves 2 de mayo a las 19 horas un grupo de unas 50 personas autoproclamadas anarquistas realizó una manifestación frente a nuestra iglesia en la calle Blanes 1116. Según dice en un volante que repartieron, se trataba de un acto de repudio por el supuesto inicio del trámite de lanzamiento de una casa propiedad de la Congregación Evangélica Alemana de Montevideo ocupada hace un tiempo.

La vivienda en cuestión, sita en la calle Fernández Crespo, fue donada a la CEAM por la organización internacional “Pan para el Mundo” con la finalidad de realizar allí proyectos de carácter social. Hace aproximadamente 15 años la casa fue cedida en calidad de préstamo al Centro de Investigación y Promoción Franciscano del Uruguay (CIPFE), que implementó allí un proyecto con niños con problemas de adicción. Cuando este proyecto finalizó, la casa fue ocupada por la biblioteca “Luce Fabbri” y algunos grupos políticos.

Frente a esta situación nuestra congregación formó un grupo de trabajo que se reunió numerosas veces con los ocupantes para lograr entre todos una salida en armonía. Incluso consideramos la posibilidad de utilizar la casa en forma conjunta con la biblioteca. En el contexto de las reuniones explicamos a los ocupantes el proyecto de construir allí un hogar estudiantil para jóvenes del interior.

Nuestra congregación tiene más de 150 años en el Uruguay. Somos descendientes de inmigrantes alemanes traídos al Río de la Plata por negras tormentas que oscurecían Europa a fines del siglo XIX y comienzos del XX. A nuestros antepasados los unía la fe cristiana evangélica y las ansias de conservar y difundir la lengua y la cultura alemanas. Así es que conjuntamente con la congregación se fundó lo que más tarde sería el Colegio y Liceo Alemán.

Nuestra iglesia es sede de infinidad de actividades culturales abiertas al público, como por ejemplo los casi 50 conciertos gratuitos que se realizan anualmente. En nuestra casa se reunió en varias oportunidades de la Confraternidad Judeo Cristiana del Uruguay, que hace 50 años promueve el diálogo entre judíos y cristianos. Allí se reúnen periódicamente las comisiones directivas de las numerosas instituciones sociales de las que participan miembros de nuestra congregación con integrantes de otras iglesias evangélicas:

Obra Ecuménica del Barrio Borro, que asiste a unos 200 jóvenes

Hogar Amanecer con más de 30 niños y niñas

Hogar de Ancianos OCSA

Centro Emmanuel en Colonia Valdense dedicado entre otras cosas al fomento de la agricultura orgánica

En el transcurso de la manifestación algunos participantes arrojaron bolsas de basura contra las puertas de la iglesia, al interior del jardín y hacia la vivienda del pastor, realizaron pintadas en las puertas y en una pared. Intentaron también forzar el portón de acceso a la casa del pastor. El pastor salió a dialogar con los manifestantes con su mano extendida. Lamentablemente la respuesta fueron insultos, amenazas y gestos agresivos. Tal vez los nervios del momento hayan provocado que pisara una botella quebrada y se hiciera un corte en el pie.

Las reuniones con los ocupantes de la casa no permitían prever los actos violentos que finalmente se produjeron. En los 150 años de existencia de la congregación y más de un siglo del edificio, nunca se había producido una agresión de estas características.

La iglesia de la calle Blanes, recientemente renovada para festejar los 100 años de su construcción, es un lugar de encuentro e intercambio. Por allí pasaron eventos religiosos significativos de los miembros de la congregación y predicaron importantes personalidades, como el Pastor Emilio Castro y el actual presidente de Alemania Joachim Gauck.

En un muro exterior alguien escribió “la única iglesia que ilumina es la que arde”. Pensamos que esto constituye un ataque a la libertad religiosa, que en Uruguay constituye un valor muy preciado. Creemos que la luz viene de la fe así como de la acción fraterna en busca del bien común. Algunos tuvimos el privilegio de contar con la amistad de la profesora Luce Fabbri. Ella siempre promovió el respeto, el debate y la confraternidad. Esperamos que prevalezca la cordura y que la luz disipe las nubes que no dejan ver. Nuestra mano sigue extendida para la reconciliación que ya se dio con algunos participantes de la manifestación.

No tenemos enemigos y no buscamos promover el miedo, creemos que todos somos seres humanos y ciudadanos y como tales corresponsables de lo que nos rodea.

Como cristianos invitamos a orar por la solución del conflicto. Como ciudadanos invitamos a reflexionar sobre la violencia que agrede a nuestra sociedad.

Agradecemos las numerosas expresiones de solidaridad que recibimos de ambientes religiosos y sociales, y terminamos con el Salmo que dice:

“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es

habitar los hermanos juntos en armonía”

7 de mayo de 2013

Congregación Evangélica Alemana de Montevideo.