18 de Julio de 1830 – 2013.

Me inicié como militante social hace ya muchas décadas, posteriormente sentí necesario comprometerme políticamente y entendí desde el inicio que el ámbito que me identificaba y convocaba era el Frente Amplio.

Durante ese tiempo han sido diversas las instancias de reivindicaciones movilización y lucha, en las que hemos participados entusiastamente junto a miles de trabajadores, militantes sociales y políticos, convencidos de que dichas causas eran pertinentes, justas y que atendían al interés de los más necesitados.

Siempre desde la oposición a los gobiernos de los Sanguinetti, Lacalle y Batlle, representantes de los partidos tradicionales de neto cuño neoliberal, insensibles a la opinión de la mayoría de la población; luchamos por los derechos humanos a través del voto verde, defendimos a la empresas públicas, los derechos sindicales y laborales, el derecho a salarios y jubilaciones dignas, por el acceso a la salud y la vivienda para todos, luchamos por una mejor educación y por el boleto estudiantil gratuito, etc.; lo hicimos a través de plebiscitos y con movilizaciones populares en las calles junto a los trabajadores, jubilados y estudiantes.

Miles de horas militantes, de pegatinas, de asambleas, propuestas y discusiones, de triunfos y derrotas, pero desde la convicción de que los sueños y utopías eran alcanzables desde la construcción colectiva con el Pueblo todo.

En lo político el Frente Amplio fue creciendo paulatinamente basado en el principio de Unidad en la Diversidad y en la convicción de la comunión con su Pueblo, hasta alcanzar varias décadas después el primer Gobierno de Izquierda. La alegría de nuestro pueblo desbordó como nunca las calles con las expectativas de que por fin había llegado la hora de Gobernar para el Pueblo y con el Pueblo. Que había llegado la hora de los cambios profundos, de romper con el “status quo”, y que por fin los más postergados serían los más privilegiados.

Sinceramente creo que en el tiempo transcurrido en estos dos períodos de gobierno de nuestro Frente Amplio, se han producido cambios profundos pero no todos los necesarios, aún resta mucho por avanzar para transformar en realidad los sueños y utopías que alentaron cientos de miles de Compañer@s, muchos que dieron su sangre, su sudor y su vida y que nos inspiraron a continuar la lucha.

Me siento orgulloso de ser Frenteamplista, sigo creyendo que es la “herramienta” para los cambios, más con sus aciertos que con sus errores. La responsabilidad de Gobernar es grande, como grande son los problemas a los que se enfrentan los Compañer@s que tienen las responsabilidad en cargos institucionales, muchas veces bloqueados por barreras legales y burocráticas heredadas y que no fueron concebidas para los cambios impostergables que plantea nuestro pueblo Frenteamplista.

Creo que de igual forma hemos alcanzado logros muy importantes para nuestros compatriotas y que han generado más justicia social e igualdad de oportunidades; sin lugar a dudas hemos avanzado en materia de Derechos de género, de acceso a la salud, en las mejoras salariales y de las condiciones de trabajo, a través de los Consejos de Negociación Laboral, en materia tributaria, etc.

También debo reconocer que muchas veces al estar ahora “del otro lado del mostrador” (es decir con la responsabilidad de gobernar), con la dinámica de vértigo que exigen una inmensa y complicada maraña de temas complejos que deben ser resueltos “para ayer”, genera cierto efecto ”narcotizante” que sumado a la presión de las demandas urgentes –muchas de ellas legítimas-, hacen que nos despeguemos de lo que debe ser nuestro sustento y fortaleza: LA GENTE.

Nunca nos asustó, ni rehuimos discutir nuestras diferencias o miradas distintas sobre diversos tópicos, en la medida que se hagan en un clima de lealtad y respeto mutuo, con el objeto de alcanzar los acuerdos posibles. Hemos reivindicado siempre la Libertad de expresar nuestras opiniones y pensamientos, por lo pronto es válido para todos, para los que opinan igual y los que no.

Hemos pregonado y luchado por el derecho a sindicalización de los trabajadores y que luchen por lo que creen justo, más allá de que podamos coincidir o no en la justicia, oportunidad y métodos de su reclamo.

En particular creo que mi gobierno cometió un grave error en oportunidad de un nuevo aniversario de la Jura de la Constitución este 18 de julio, al implantar una valla separándonos del Pueblo.

Un acto que entendemos tan importante para todos los ciudadanos de nuestro País, como la conmemoración de la creación de la Constitución que nos da la Identidad como Nación, debería ser una FIESTA CÍVICA del PUEBLO y con el PUEBLO.

Existe un momento y un lugar para expresar nuestras diferencias. Todos deberíamos entender esto –Gobierno y Sindicatos-, y la fecha del 18 de julio no es el momento ni el lugar para ello. Este día debería ser una jornada de festejo, encuentro, integración y reflexión de TODOS, el Gobierno y su Pueblo.

La independencia e identidad Nacional la lograron gauchos, peones, trabajadores e indios que habitaron nuestro país junto a las milicias Artiguistas –es decir nuestro Pueblo-, no fue una gesta o logro exclusivamente militar. Ayer lo festejaron los Gobernantes y los militares desprovisto del calor popular. Este hecho me apena y entristece mucho, como también la actitud de los gremios docentes en irrespetar tan importante fecha y a todos los Uruguayos que aún compartiendo o no sus reclamos, pretendían ser partícipes de tal conmemoración en honor a aquél Pueblo que nos dio Independencia y sentido de Nación.

Anhelo desde lo más profundo de mi corazón, que mi Gobierno Frenteamplista continúe siéndolo por un nuevo período a partir del 2015, como anhelo con vehemencia que se profundicen los cambios y que en oportunidad de conmemorar futuras fechas Patrias no sea manteniendo el “status quo” de paradas militares y que en cambio lo hagamos desde el ámbito de la Cultura como lo supimos hacer en oportunidad de festejar los 200 años de nuestra Independencia, con espectáculos artísticos realizados con el Pueblo y para el Pueblo, una auténtica fiesta popular como lo fue aquel lejano 18 de Julio en la Plaza Mayor (hoy plaza Matriz) frente al Cabildo de Montevideo, cuando se proclamó y juró nuestra primera Constitución Nacional.

Me parece oportuno citar aquí al querido Eduardo Galeano; “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar.” Con todo mi respeto le agregaría “…y para profundizar los logros alcanzados”.

Juan Carlos (Kico) Souza

Representante Nacional por Canelones.

Frente Amplio – CAP-Libertad.