En un almuerzo de ADM, Kreimerman repasó los contenidos de la agenda productiva, que permitirán avanzar hacia el desarrollo y evitar “la trampa” del estancamiento. Entre ellos están la transformación de la matriz energética, el financiamiento y la apertura de mercados. Además, anunció que junto con Onudi se estudiará la cadena productiva de las impresoras 3D en Uruguay.

El ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, disertó este miércoles en el almuerzo de trabajo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) titulado La agenda productiva camino al desarrollo, realizado en Punta Cala.

Kreimerman afirmó que es necesario considerar el desarrollo en un sentido integral, y no solo como crecimiento económico; por el contrario, este debe ser “sostenible” y “sustentable”. En cuanto a nuestro país, el jerarca recordó que en el último período ha captado mucha más inversión que en los anteriores 30 años, tanto extranjera como nacional. Por eso, se alcanzó un récord en 2013.

A esto se suma el crecimiento histórico de las exportaciones de bienes y servicios, que se duplicaron y llegaron a los 12.000 millones de dólares el pasado año, de modo más diversificado y abarcando el agro, la industria y los servicios. Por otra parte, Uruguay es el segundo país de América Latina en crecimiento industrial, y posee el nivel relativamente más alto de valor agregado manufacturero per cápita en términos de nivel y crecimiento, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi). Y estos logros, recalcó el ministro, fueron acompañados por medidas que apuntaron al crecimiento social y la reducción de la pobreza.

Sin embargo, Kreimerman advirtió que el camino al desarrollo debe evitar caer en la “trampa” que implica “alcanzar y no superar el ingreso determinado por los recursos dados y las ventajas comparativas iniciales” y, en el caso de Uruguay, estancarse en los ingresos medios que hoy posee su población. El ministro recordó que entre 1950 y 2008 solo 15 países dejaron de tener ingresos bajos o medios y pasaron a ser desarrollados. Para ello cambiaron su estructura productiva, dijo el jerarca, quien confió en que el país podrá “saltear esa trampa del desarrollo”, y reafirmó que la base de la transformación es contar con una agenda productiva. Esta posibilitará que Uruguay alcance “el más alto desarrollo tecnológico” que constituye “el camino de los países que lograron un desarrollo cierto para sus habitantes”.

Para lograrlo, añadió que se requiere una mejora de la estructura industrial (con más pasos y más valor agregado), de la dotación de recursos (tanto humanos como naturales, entre ellos los minerales y los hidrocarburos, por lo que se está efectuando su búsqueda en mar y tierra), de la infraestructura (que incluye la fuerte apuesta a la energía y las telecomunicaciones) y de las relaciones. En cuanto a este último punto, del que subrayó su importancia, Kreimerman aseguró que se debe trabajar mucho más para lograr el liderazgo del Estado, la coordinación horizontal entre organismos del Gobierno y vertical con gobiernos locales, así como los buenos vínculos con todas las partes involucradas y otros países. Como ejemplo de este trabajo realizado, mencionó el sector energético, donde gracias a un acuerdo multipartidario se ha logrado encarar un cambio de la matriz energética que está siendo muy relevante para la transformación de la estructura económica nacional.

La agenda uruguaya

Al igual que la energía, las tecnologías de la información y la comunicación son uno de los puntos que constituyen la agenda productiva nacional que el ministro repasó. “Cualquier agenda productiva tiene como base la transformación energética”, dijo Kreimerman, quien recordó que Uruguay supera el promedio mundial de velocidad de bajada en Internet y ya tiene 350.000 hogares conectados a la fibra óptica. Además de la incorporación de energías renovables, destacó la importancia que la planta regasificadora implicará para el cuidado del ambiente.

El resto de las prioridades para la agenda productiva nacional son los incentivos fiscales (que, además de la Ley de Promoción de Inversiones, incluyen exoneraciones y subsidios que han buscado apuntalar sectores específicos); el financiamiento (centrado, sobre todo, en el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas); las compras del Estado (enfocadas en ciertos sectores, y en particular en las pymes); la infraestructura logística; el capital humano (ya que es vital crear capacidades propias); y la integración regional y apertura de mercados, un elemento vital para insertarnos de mejor manera en las cadenas de valor regionales y globales.

En todos estos puntos, enfatizó Kreimerman, se encuentra “la solución a la trampa del desarrollo”, por lo que esta agenda deberá continuarse y profundizarse en la próxima administración. “Política industrial significa política activa y dirigida a todos los sectores productivos”, aseguró el ministro. “Nosotros sentimos, con las perspectivas que tenemos, con la idea de país que se desarrolla, que estamos en muy buenas condiciones” de superar esa trampa, cerró Kreimerman.

Impresoras 3D

Durante el almuerzo, Kreimerman anunció que Uruguay y Onudi acordaron el estudio de la cadena productiva de las impresoras 3D. “La región tiene muchas posibilidades de producción nacional y de software”, dijo el jerarca. Por ello, se harán estudios sobre las posibilidades sectoriales “para seguir creciendo y diversificando nuestro país”.

El ministro mantuvo esta reunión en una visita a Viena, ciudad a la que viajó a fines de la semana pasada.