El proyecto de Corresponsabilidad en la Crianza que está a estudio en la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración de la Cámara de Representantes es muy complejo, controversial y tiene muchas aristas.

Una de ellas es la que se manifestó el pasado miércoles 21 de setiembre de 2022 al concurrir una delegación de Abuelas Sin Nietos, integrada por las señoras Yaquelinne Guapurá, Marisa Pérez y Aracely Souza.

Este fue el planteo efectuado ante este asunto tan delicado.

Aracely Souza. Soy una de las abuelas de este colectivo, el que decidimos formar porque están pasando muchas cosas y no nos dejan ver a nuestros nietos. Realmente, nosotros sentimos que son parte de la familia; son nuestros niños, y no los podemos ver. Este no es solo un tema de los padres, sino también de la familia ampliada, porque a estos niños no los ven sus abuelos, sus tíos ni sus primos, ya que cuando los padres se separan, los niños, generalmente, van con su mamá.

Entonces, el problema que tenemos es que no es tan fácil acordar visitas y dejárselos ver a la otra parte de la familia; eso sería lo ideal, pero no sucede. Nosotros les venimos a pedir que nos tengan en cuenta, ya que nadie nos tiene en cuenta, porque ni siquiera estamos incluidas en un grupo, ni como mujeres, porque nos dejaron al costado; parece que no existiéramos, que la familia no existiera, porque solo se habla del papá, la mamá y el niño, y creo que para todos los niños los abuelos somos muy importantes. Todos tuvimos una abuela o un abuelo que nos crió, que nos cuidó, que nos ayudó cuando éramos niños, ya sea a comprarnos la túnica o a festejar nuestro cumpleaños, pero nosotros ni siquiera podemos ir a ver a nuestros nietos a la escuela.

En lo personal, durante tres años, pude ver a mi nieta los fines de semana; no los quiero cargar con un solo ejemplo, pero es real, es lo que está pasando, y hay que contar con estos ejemplos para saber cómo uno se puede mover. Precisamente, este 21 hace un mes que hicimos una denuncia; el caso nuestro no está judicializado porque queríamos mediar; yo siempre estaba mediando para poder ver a mi nieta, y llevábamos la situación bastante bien, hasta que la niña, con tres años, empezó a hablar, que es algo que le costó bastante. Por supuesto, tuvimos apoyo de una doctora para la denuncia que hicimos, pero todo tiene que pasar por el juez. En el CAIF no me la dejaron ver, por lo que ya entregué los papeles para poder judicializar la situación y poder ver a la niña. En realidad, no solo importa el hecho de que nosotros queramos ver a nuestros nietos -mi papá tiene noventa y cuatro años y la esperaba todos los fines de semana-, sino que las abuelas y las familias estamos preocupadas por lo que pensarán esos niños; nos preocupa qué pensará nuestra nieta o nuestro nieto si no los vamos a buscar, si no nos ven más. Hoy la dejé con su mochilita y sus cositas, pero no la voy a ver más y ella no nos va a ver más. Entonces, puede pensar: «Me abandonaron», porque no tenemos ningún contacto, porque la madre prohibió que tanto el padre como yo la viéramos. A través del CAIF tampoco se puede concretar una visita, por lo que tengo que esperar el tiempo que dure el trámite de los papeles, que es bastante. Además, cuando nosotros fuimos a denunciar el hecho, nos enteramos de que ella tenía varias denuncias de la familia por violencia intrafamiliar, y otro montón de denuncias por otros temas bastante graves. Entonces, lo que no me puedo explicar es cómo se están haciendo esas investigaciones y la niña sigue ahí. Y eso no solo me pasa a mí, sino que se ve que es algo que sucede. ¿Por qué dejan a la niña en ese lugar? Yo no quiero sacársela a la mamá, pero sí que se sepa lo que está pasando, que la ayuden y que todos volvamos a estar en la normalidad, que los niños puedan ver a su familia. Por eso, creo que el hecho principal es no desvincular a la familia, porque en mi caso, si bien la madre tiene denuncias, a ella no le hacen nada porque están investigando; sin embargo, si hay una denuncia en contra del padre, enseguida le sacan a los niños, también a los abuelos y a todo el mundo. Entonces, yo creo que es imprescindible que nosotros podamos tener contacto con ellos para saber lo que está pasando del otro lado. Yo creo que los abuelos somos muy importantes, porque los niños que se separan de la familia pierden su identidad, pierden sus historias, sus raíces; no me parece lógico. Sé que tienen que estar bien cuidados, pero cuando los plazos son muy largos, los niños que son chiquitos van creciendo y se van perdiendo un montón de cosas. Los primeros tres o cuatro años son los más importantes de la vida del niño; marcan toda su historia. Eso es lo que tenía para decir -las otras abuelas también tienen sus temas-, pero no solo por nosotros, sino por todos los niños.

Puse ese ejemplo porque pensamos que los artículos 4º y 6º son fundamentales para no desvincular al niño de la familia. Lo que nosotros vemos es que se quiere modificar los artículos 4º y 6º, pero son los artículos que hacen que el niño no se desvincule de toda su familia ampliada.

Marisa Pérez. El colectivo Abuelas Sin Nietos se conformó entre abuelas que, como dijo la compañera, tenemos obstrucción de vínculos porque, como ella bien dijo, cuando los padres se separan, el niño queda con uno de los progenitores -ya sea padre o madre, porque puede pasar-, por lo que el progenitor que deja de ver al niño pierde el vínculo totalmente, al igual que es resto de la familia, ya sea abuelos, tíos o primos. Entonces, las abuelas consideramos -somos muchas y de todo el país las que estamos agrupadas- que eso no es justo, y si se sacan los artículos 4º y 6º de la ley, vamos a seguir desvinculadas de la familia; eso es lo que pensamos. Los niños, debido a que los padres trabajan, muchas veces se quedan al cuidado de los abuelos, pero un buen día lo arrancan de sus brazos y el niño queda en banda. No sabe por qué piensa que no lo queremos, que no lo amamos. Muchos abuelos hemos tratado de judicializar, pidiendo visitas de abuelos, pero son procesos muy largos y muy costosos. No todos los abuelos, que generalmente somos jubilados, tenemos la posibilidad de pagar un abogado defensor que nos haga todo el proceso para poder visitar a los niños. Nos gustaría vincularnos un poco más, sin tener que pagar esos costosísimos honorarios para poder ver a nuestros nietos. Repito: nuestros nietos piensan que los abandonamos, que los dejamos, que no los queremos o que simplemente desaparecimos de sus vidas. En este proceso, muchos abuelos han muerto sin ver a sus nietos, por depresión, por infarto, porque somos personas grandes. Nunca pensamos estar sufriendo así. Por eso, pedimos que nos recibieran. Les agradecemos mucho.

Yaquelinne Guapurá. Vengo de Paso de los Toros donde también vivimos esta triste realidad. Puedo hablar desde mi experiencia, pero no lo voy a hacer. Estuve dos años sin ver a mi nieto. Conozco muchísimos casos. Puedo decir lo que se sufre. No estamos abogando solamente por nosotras, las abuelas, sino principalmente por esos niños y adolescentes que sufren, que les cuesta horrores los estudios, interactuar con sus pares. Pensamos que cuanto más rápido se pueda resolver esto es mejor porque redunda en el bien de ellos, para que hoy o mañana tengamos adolescentes y adultos sanos y no quebrados emocionalmente. Creemos que el proyecto es lo mejor que nos puede pasar; ojalá se apruebe pronto. Vemos que tarda demasiado en resolverse cuando llega a la Justicia. Sabemos que no solo los padres sufren; hay madres que están sufriendo por lo mismo. Pedimos un accionar más rápido de la Justicia. Se debe pensar principalmente en los niños y en los adolescentes. Nosotros, como adultos, muchas veces podemos canalizar lo que vivimos, podemos llevarlo adelante, pero los chiquilines no. Ellos no entienden qué es lo que pasa, por qué nosotros no estamos, más allá de lo que les genera lo que les pueden llegar a decir.

Fuente Imagen: adelnino.com