Un panorama general sobre las elecciones en Brasil: Algunas notas sobre reglas, contexto, situación y perspectivas por parte de Agustín Canzani (Fundación Liber Seregni), compartido por el Partido Socialista

  • Sistema electoral y elecciones.
  • Brasil es una República federativa democrática con un sistema presidencial.
  • En elecciones como las celebradas a comienzos de octubre se eligen Presidencia, Vice-presidencia, la Cámara de Diputados (513 miembros electos por 4 años, en número que varía de 8 a 70 según población de los Estados) y se renueva parcialmente la Cámara de Senadores (81 miembros electos por 8 años, que se renuevan con lógica de 1/3 y 2/3 y para la cual se eligen 3 miembros por Estado), además de 27 gobernaturas de los Estados y sus legislaturas estaduales. Las Prefeituras (Alcaldías) de más 5.700 municipios son electos cada 4 años pero se renuevan a mitad de período (las últimas elecciones a este nivel fueron en 2020).
  • Para Presidencia y Vice-Presidencia y para Gobernadores hay segunda vuelta si nadie consigue el 50% de los votos válidos (se excluyen para ese conteo blancos y nulos).
  • Electorado está compuesto por más 150.000.000 de personas, y el voto es obligatorio salvo para personas entre 16 y 18 años y de más de 70, grupos en los cuales es opcional. Tasa histórica de participación se ubica en el entorno del 80% en primera vuelta y suele ser algo menos en segunda vuelta.
  • Los analistas consideran Brasil está “condenado” a ser un Presidencialismo de coalición. Dada la fragmentación de los apoyos a los partidos, quienes son electos para la presidencia difícilmente consiguen un apoyo mayoritario en el Congreso, por lo que deben desarrollar una base aliada que por lo general se consolida en negociaciones post-electorales. § Un grupo tiene un peso clave en ese entramado: el “centrao” (o “gran centro”, aunque más bien entre ellos predominan las orientaciones de centro-dercha) que está formado por los llamados partidos “fisiologistas” (sin ideología ni programas claro) pero que vertebran la disputa política a partir de negociar su participación en los diferentes gobiernos. § Esos partidos, grupos y/o legisladores suelen negociar sus apoyos a cambio de prebendas políticas (alianzas electorales) y económicas (auxilio presupuestario). § Sus orígenes se remontan a fines de los años 80´en el gobierno de José Sarney, pero adquierieron más notoriedad durante el segundo gobierno de Dilma Roussef, donde cumplieron un rol decisivo en su destitución. § Lo complejidad de esa articulación política deriva de la heterogeneidad de la representación política. A manera de ejemplo, hoy integran el Senado representantes de 15 partidos diferentes y la Cámara de Diputados representantes de 23 partidos diferentes.
  • Desde el retorno de la democracia hasta hoy las diferentes presidencias se han visto obligadas a negocias con estos grupos. Las presidencias más carismáticas han logrado imponer algunas orientaciones a estos grupos, pero por lo general deben otorgar distintos tipos concesiones para obtener su apoyo.
  • Principales Resultados
  • La primera vuelta de las elecciones se transformó en una disputa casi dicotómica polarizada en torno a Lula (48,4%) y Bolsonaro (43,3%). Ambos obtuvieron casi el 92% de los votos validos, la mayor concentración de preferencias de la historia reciente. Los otros candidatos con algún nivel de apoyo fueron Simone Tebet (4%) y Ciro Gomes (3%).
  • De las 15 gobernaciones electas en primera vuelta, 10 corresponden al partido de Bolsonaro o son cercanos a él y 5 pertenecen al PT o son cercanos a Lula. Los restantes se definirán en segunda vuelta pero en algunos estados importantes (ej: San Pablo) el bolsonarismo parte con ventaje importante. El actual presidente también se anota gobiernos aliados en estados clave como Minas Gerais y Río de Janeiro. § La fragmentación será, una vez más, la característica saliente del Congreso, pero el predominio relativo es de las corrientes conservadoras. Los cálculos varían según a que bloque se asignan diputados y senadores. Se calcula que el Centrao podría reunir 253 (49%) de 513 diputados. Otras estimaciones fijan el peso del bolsonarismo y sus aliados en 37% en la Cámara de Diputados y 31% en el Senado frente a 28% y 20% de los representantes alineados con Lula.
  • En todo caso, el nuevo Presidente deberá negociar con el Congreso y es augurable una relación tensa y compleja. Pero esto situación no será una característica original del nuevo gobierno, sino que es más de lo mismo que han enfrenado los últimos gobiernos, incluso aquellos que fueron electos en primera vuelta.
  • Los factores que explican el resultado.
  • Como toda elección, se debaten los factores que llevaron a estos resultados. Aunque el inventario de explicaciones es grande y variado, pueden señalarse algunos aspectos que parecen relevantes.
  • La figura de Lula en el armado político y la campaña. El líder del PT ha demostrado su tradicional capacidad articular una amplia alianza democrática en apoyo a su candidatura, pero ha tenido más dificultades para lidiar con la campaña sucia del Bolsonaro y otros oponentes, especialmente en los debates televisivos.
  • La base ideológica de apoyo a Bolsonaro. Aún en los peores períodos más críticos de su mandato el actual Presidente nunca bajó de un 30% de apoyo, por lo que es necesario reconocer que Bolsonaro interpreta y representa bien un sentido común conservador-autoritario presente en buena parte de la población brasilera.
  • Políticas sociales redimensionadas. Especialmente luego de la crisis del COVID, Bolsonaro reeditó con modificaciones y nombres nuevos algunas políticas sociales de los gobiernos del PT y no tuvo empacho en utililzarlas como mecanismo de tipo demagógico y clientelar en la etapa final de la campaña. Ejemplo de ellos son el Programa “Auxilio Brasil” que semeja el “Bolsa Familia” de Lula y cuyo valor fue aumentado en etapa electoral, las ofertas de financiamiento blando para sectores populares o las rebajas de combustibles.
  • Presupuesto secreto. Se trata de enmiendas al presupuesto nacional realizadas por parlamentarios para direccionar fondos a sus territorios. Existentes desde hace tiempo, fueron sobredimensionadas y encubiertas en el último período de gobierno, de forma tal que es difícil conocer con exactitud de cuántos fondos se trata, quienes los han gestionado y en qué se han utilizado. Aunque el mecanismo fue aprobado por el Congreso es extremadamente opaco, está bajo investigación judicial y se estima que puede haber ocupado más de un billón de dólares durante los últimos tres años, ocultando maniobras de clientelismo político hacia territorios gobernados por políticos afines a Bolsonaro que podrían constituir un esquema de corrupción de dimensiones sin precedentes .
  • Juego en los márgenes de la institucionalidad y campaña sucia. Bolsonaro y sus aliados no han dudado en utilizar todos los recursos en la campaña, más allá de los límites de la institucionalidad democrática y las normas de convivencia cívica. Imcumplió con el techo fiscal de gasto para engordar el gasto público en políticas clientelares y ha utilizado todos los recursos clásicos de la época de la pos-verdad en su máximo esplendor, no sólo en las redes sociales sino en cualquier aparición que ha tenido en medios masivos de comunicación.
  • El PT aún enfrenta problemas en su imagen pública que persisten desde su salida del gobierno, resultado de los innumerables ataques recibidos; sus figuras de recambio han tenido problemas para progresar en sus carreras políticas; y salvo regiones afines como el nordeste (donde gana con el 70% de los votos y de donde provienen casi 40% de los votos de Lula) tiene dificultades en la mayoría de las regiones del país.
  • ¿Qué puede pasar?
  • El favoritismo de Lula se mantiene, aunque la situación es muy dinámica. Los endosos a Lula tuvieron provenientes de otros candidatos (Tebet, Gomes) parecen haber tenido efectos y lábiles en términos de incrementar la intención de voto (parecen representar unos 2 a 3 frente a unos 7 puntos teóricos).
  • Bolsonaro sigue usando los mecanismo clientelares y las fake-news, mientras ciertos poderes y grupos de interés (grandes mercados, algunas iglesias evangélicas) juegan a su favor. Como contrapartida, los grandes medios de comunicación parecen decantarse por Lula.
  • De todas formas, ese apoyo está tratando de ser usado por Bolsonaro para presentarse como una víctima del sistema, alguien censurado y/o bloqueado, a la vez que busca generar la sensación de un clima conspirativo.
  • Como contrapartida, intelectuales, artistas y personalidad de la sociedad brasilera comienzan a expresar cada vez con mayor fuerza su apoyo a Lula y se ofrecen para activarse en la campaña.
  • Todo indica que en la recta final será clave la capacidad de afianzar votos en las regiones favorables así como morder votos en regiones adversas. Algunos ejes de la campaña -boleto gratis- dan una idea.
  • Las encuestas, muy cuestionadas en la primera vuelta por subestimar el voto a Bolsonaro, parecían mostrar cierto crecimiento suyo hasta la semana pasada. Las más recientes sugieren una cierta estabilidad. En los últimos días, Bolsonaro parece haber enfrentado más problemas que Lula, pero aún falta el último debate televiso que se realizará el próximo viernes 28 en la Rede Globo. Si no hay ningún cambio drástico, las tendencias darían a Lula una victoria ajustada, pero hay que admitir la posibilidad de una elección con final abierto.
  • El resultado de estas elecciones no es sólo fundamental para la izquierda y el progresismo latinoamericano. Es también fundamental para la democracia porque, como ha dicho Pablo Stefanoni una victoria de Lula significará el triunfo de una “coalición civilizatoria para frenar el envilecimiento de la política y de la propia sociedad” brasilera.

Fuente Imagen: elcolombiano.com