Delgado Precandidato

por Marcelo Márquez.

Ante un colmado salón de Cambadu, en un clima de unidad partidaria y de espíritu electoral, el Secretario de la Presidencia de la República, Álvaro Delgado dijo que aceptaba el desafío “de ser el candidato del Partido Nacional, quiero ser el candidato de la coalición y quiero ser el próximo presidente de la República”, agregando que “no nos podemos permitir retroceder”.

El anuncio lo realizó en el corolario del Congreso de la Lista 404, acompañado desde un estrado por intendentes del sector, ministros, subsecretarios, senadores y diputados, y autoridades de gobierno.

Fue firme en sus cuestionamientos a la dirigencia del Frente Amplio que –a su entender- han sido “la manija de la catástrofe”.

Agradeció el apoyo de los sectores que hoy lo respaldan como D Centro, Futuro Nacional de Beatriz Argimón (quien no estuvo presente al asumir la Presidencia de la República), y Renovación y Victoria, así como los que se sigan sumando, también hizo lo propio con los dirigentes de otros conglomerados como Laura Raffo, Javier García, Jorge Gandini, y tuvo un recuerdo especial para Jorge Larrañaga.

Al inicio también aludió a la situación de salud del intendente de Artigas, Pablo Caram.

Antes de la oratoria de Delgado que fue precedida por la del ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, se escucharon otros 26 discursos, entre los que estuvieron el del ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, el subsecretario de Ambiente, Gerardo Amarilla, y los intendentes Mario Silvera (Treinta y Tres), y Ana María Bentaberri (San José), y mensajes grabados, entre otros, del canciller Omar Paganini y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche.

“Sí voy a aceptar el desafío. Quiero ser el candidato del Partido Nacional, quiero ser el candidato de la coalición y quiero ser el próximo presidente de la República”, indicó Delgado, ante el cerrado aplauso de los presentes, que también se hicieron sentir con una batucada de la Agrupación montevideana Alborada de Federico Daverede.

Precisó que “a partir de este lunes, con esta definición empezamos un proceso de transición en la Secretaría de la Presidencia de la República para ir concretando una serie de tareas que están pendientes que son importantes para cambiarle la vida a la gente”.

Reivindicó de la actual generación nacionalista “en donde todos nos acompañamos entre todos porque tenemos claro que la unidad es la base del éxito. La unidad, la firmeza y la fraternidad”.

Sostuvo que en la actual administración, más allá de los muchos logros, “las crisis te marcan en el alma porque hay que enfrentarlas, la gente espera de uno que le de amparo, que le de rumbo y sobre todo que le de certezas”.

Mencionó a la pandemia como “la más difícil de todas porque era un enemigo invisible con el que teníamos que luchar todos los días sin saber demasiado cómo se movía. Pero la gente sintió que había un gobierno y un equipo que no sólo daba la cara y se hacía cargo si no que, en primer lugar, hizo lo que tenía que hacer que era cuidar a la gente”.

Aludió a cinco crisis en este período: la pandemia, que condicionó en dos años al gobierno y tuvimos que recalcular todo, la sequía del verano, la guerra de Rusia y Ucrania, la sequía en este invierno, y la situación cambiaria en Argentina que tanto problema nos trae en el litoral. Era más fácil que hablaran otros, pero cuando la gente del otro lado espera amparo porque no sabe cuál es la situación”.

Ante la pandemia y la situación hídrica, “además de medidas, les dimos seguridad y amparo, y no porque no tuviéramos miedo porque teníamos tanto miedo como aquel que estaba del otro lado de la pantalla, pero en esos momentos uno no hace ni lo que quiere ni lo que puede. Cuando un gobernante ve una crisis, uno hace lo que debe”.

Un país averiado

Dijo estar orgulloso “de las transformaciones, de la valentía, del coraje que este gobierno tuvo a pesar de las crisis porque no recibimos un país que era una maravilla, recibimos un país averiado y este gobierno lo puso de pie y lo hizo empezar a caminar”.

“Tuvimos quince años de gobierno del FA con poder, tiempo y dinero”, dijo Delgado, pero “lo que no hicieron fue porque no quisieron y no porque no pudieron”.

Puntualizó que “voy a hablar de los dirigentes del Frente Amplio, no de los votantes. En medio de la pandemia no nos andábamos escondiendo, nunca. Cantidad de gente que no nos votó en la pandemia venían y te agradecían”.

Sin embargo, la dirigencia del FA “sin dos componentes que son fundamentales en un partido político: sin liderazgo y sin cortafuegos. Vaya si vamos a extrañar a Astori, vaya si extrañamos a Seregni, vaya si extrañamos a ese Frente Amplio que tenía esos equilibrios y esos reflejos republicanos, donde no estaban dispuestos a partir la sociedad con tal de ganar un voto”.

“La dirigencia del Frente Amplio de hoy es la manija de la catástrofe permanente”, enfatizó.

El cierre fue de alegría, cientos de fotos con el novel precandidato Delgado, una gran pelota identificada con la Lista 15 de Rivera que surcaba de un lado a otro, decenas de carteles y banderas de Aire Fresco dieron la pauta de esta nueva etapa del sector.