El Equipo Catequístico Nacional y el Departamento de Catequesis de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU) publicó un Instrumento de Trabajo en preparación del Día Nacional de la Catequesis, que se celebrará el domingo 20 de agosto con el lema: «Vengan y vean…vayan y anuncien».

Este instrumento está destinado a catequistas insertos en comunidades parroquiales, educativas, religiosas, movimientos y centros pastorales y procura servir de guía para la reflexión, revisión, proyección, oración personal y comunitaria en torno a la catequesis como tarea, «a nuestro ser y formación como discípulos y misioneros en Comunidad». Este material se inspiró en las fichas 5 y 6 del documento preparatorio de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.

El Día de la Catequesis se celebrará como es tradición en la Iglesia que peregrina en Uruguay, el domingo más próximo a la Fiesta de San Pío X, constituyendo «un tiempo de gratitud por la Misión Evangelizadora de la Iglesia donde la Catequesis ocupa un momento privilegiado», manifiesta en la presentación del Instrumento de Trabajo el Equipo de Dirección del Oficio Catequístico Nacional.

«Hoy sentimos más fuerte el llamado y envío del Maestro ´Vengan y vean…vayan y anuncien`. La Catequesis es Anuncio desde una experiencia de encuentro con el Maestro. Es proceso que forma discípulos y los acompaña e impulsa a ser misioneros. Discípulos y Misioneros en Comunidad, entendida como espacio de fraternidad convocada por la Palabra y alimentada por la Eucaristía», consignan.

En 20 de agosto los catequistas del país ofrecerán lo vivido en el año en el que se presentó a los Obispos las Orientaciones para la Catequesis en el Uruguay, a la vez que se agradecerá por el camino que se hace junto a la Iglesia Latinoamericana hacia la V Conferencia.

LA ORACIÓN PARA EL DÍA NACIONAL DE LA CATEQUESIS

ORACION

Nos concediste Jesús la honra

de ser llamados para ser tus discípulos.

Nunca nos cansaremos de agradecerte.

Como catequistas nos ponemos, Señor,

en tus manos, con la misma radicalidad

con que tu lo hacías en las manos del Padre.

Con cuánta ternura, Jesús,

llamaste a tu comunidad: «Mi pequeño rebaño».

Tú nos soñaste, Señor, como comunidad fraterna

que reconoce a tu Padre como también «nuestro».

Al enviar a tus misioneros de dos en dos

pensabas en un testimonio comunitario

Tus primeras comunidades sorprendieron al mundo

por su equidad, su solidaridad, su alegría y su perdón.

Desde la catequesis queremos seguir siempre

esas huellas Señor, muy unidos como Iglesia

en comunión profunda entre nosotros,

anticipando el gran amor de la eternidad.

Que tu Madre, María, discípula fiel,

oyente y comprometida, nos enseñe

a abrirnos al mismo Espíritu

que te formó en su vientre y en su corazón.

Amén.

Adaptada de las fichas de Trabajo 5 y 6 del Documento de Participación hacia la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe – Aparecida (Brasil)