El ministro uruguayo de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Mariano Arana, dijo estar preocupado porque el sentimiento de los ciudadanos argentinos opuestos a la construcción de dos plantas de celulosa derive en xenofobia y exceso de nacionalismo

«Son resentimientos que deberían ser desterrados del relacionamiento entre los pueblos latinoamericanos y máxime tratándose de dos países hermanos como Argentina y Uruguay, con más confluencias que divergencias», dijo.

Arana habló consultado sobre la petición al gobierno argentino por parte de los ambientalistas de Gualeguaychú, para que impida la venta de gas boliviano a Uruguay a través de un gasoducto que atraviesa varias provincias argentinas.

La iniciativa, en represalia a la instalación de dos plantas procesadoras de pasta celulosa en la vecina ciudad uruguaya de Fray Bentos sobre el limítrofe río Uruguay, inquietó a Arana.

«Espero que el gobierno argentino actúe de acuerdo a la Constitución y a la ley. Por lo pronto lo veo tan solo como una expresión de un grupo de ciudadanos muy atendible y respetable, aunque no dejo de reconocer que está generando algo que me preocupa», indicó.

La inquietud se centra en que esos sentimientos «puedan llegar a ser de xenofobia y exceso de nacionalismo, los cuales nunca han tenido consecuencias favorables», agregó.