El pasado 29 de noviembre se inició el Congreso Nacional de Educación, realizado en el «Palacio Peñarol», que duró hasta el domingo 3 de diciembre inclusive. En el mismo se presentó una propuesta por la Comunidad Evangélica, la cual apunta a la inclusión de una asignatura extracurricular y opcional, sobre «Valores cristianos basados en principios bíblicos».

Tuvimos cuatro delegados: Caroline Díaz y Mario Gauto, representando a Durazno y Gustavo Araújo y Elizabeth Flores, por Montevideo. Caroline y Mario estuvieron en la Comisión 1, sobre Educación inicial y primaria, en tanto que nosotros estuvimos en la Comisión 14, sobre Principios y fines de la educación. En la Comisión 1, se aprobó que el Estado debe hacerse cargo de la educación entre 0 y 3 años, pero sin carácter obligatorio. Dicha obligatoriedad se aprobó, en varias comisiones, a partir de los 4 años y hasta completar Bachillerato. Tengamos en cuenta que Dios encomendó a la familia el hacerse cargo de enseñar a sus hijos (Dt. 11:19-21), por lo cual debemos estar atentos y no confundir las esferas de autoridad de la familia con el Estado. También fue aprobado que la educación comience desde el nacimiento y que el Estado lo garantice, fortaleciendo el sistema público en todos sus niveles. A este respecto, se habló y mocionó en distintas comisiones y fundamentó ferozmente la necesidad de un sistema único estatal, tanto en niveles medios como de formación docente y universitaria. En algunos casos quedó expresado por escrito en forma explícita, en otros subrepticiamente, como en el caso de nuestra Comisión. Se propuso también agravar con impuestos a los privados para destinar dichos fondos a la enseñanza pública y quitar exoneraciones de impuestos (aportes patronales) a la educación privada. Todo esto que puede aparentar ser igualitario y democrático, en realidad coarta la libertad de enseñanza que está garantizada por el Art. 68 de nuestra Constitución.

De la Comisión de Salud y respecto a la educación sexual, específicamente, se aprobó un programa que incluye entre sus derechos: a la libertad sexual, al placer sexual, a la libre asociación sexual, a la toma de decisiones reproductivas responsables y libres, entre otros.

La propuesta tuvo sus dificultades tanto para ser presentada, como para ser defendida, por la intolerancia de muchos de los delegados en ambas comisiones. Sin embargo, gracias a Dios en nuestra comisión tuvimos la oportunidad de incluirla y quedó como moción minoritaria, en el informe que se elevará al Parlamento. Las decisiones se tomarán en dicha esfera, por ello es estratégico que nos movamos a ese nivel, tanto física como espiritualmente.

Es un desafío que el año próximo, si se repite el Congreso como se pidió, haya representantes del pueblo de Dios en cada comisión.

Agradecemos sus oraciones en beneficio de las siguientes generaciones de uruguayos.

Elizabeth Flores.

Ministerio Nehemías

( Educadores Cristianos).