El Comandante en Jefe de la Armada, Juan Fernández Maggio informó en el Parlamento que una vez que las dieciséis lanchas que se adquirirán finalicen su misión en Haití, serán destinadas a la labor de patrullaje y defensa de la soberanía en la Laguna Merín, el Río Negro y el Río Uruguay.
Fernández Maggio participó junto al ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, el subsecretario Jorge Menéndez, y asesores, el pasado 14 de abril de 2008 en la Comisión homónima del Senado.
«En un principio, nosotros vamos a desplegar 16 lanchas, pero pensamos que puede ocurrir alguna avería o algo por el estilo dentro de la misión, por lo que ese número puede disminuir; después ejerceríamos la parte de policía marítima nuestra. En ese sentido, estamos pensando en la Laguna Merín, que está muy desprotegida porque no tenemos los medios necesarios para patrullarla. Estas lanchas, que son de alta velocidad, podrían ocuparse de ello», sostuvo Fernández Maggio.
A su vez, agregó el jerarca de la Armada, «estamos pensando en los lagos del Río Negro, del Rincón del Bonete, de Palmar, y Baygorria, así como en la Represa de Salto Grande y el Río Uruguay».
«Como los señores Senadores habrán visto en más de una oportunidad en los acontecimientos relacionados con los ambientalistas de Gualeguaychú, las lanchas que tienen son rápidas; los medios nuestros, los que tenemos hoy, son lentos, pero con ellos tuvimos que hacer lo que pudimos», sostuvo.
Agregó que «o sabemos en el futuro cómo va a ser esto pero, de hecho, este tipo de lanchas nos va a dar un margen para ejercer la soberanía en una forma rápida, lo que hoy no tenemos».

Discrecionalidad

En su pormenorizado informe, el ministros Bayardi detalló el proceso de oferta que luego cumlminó con la empresa seleccionada para adquirir las dieciséis lanchas, ocasión que reivindicó la «discresionalidad» a la hora de comprar la infraestructura militar.
«Entre las ofertas presentadas había una que planteaba una situación inmejorable desde el punto de vista del plazo de entrega y, además, cumplía con los requisitos exigidos. En mi opinión, otras propuestas eran mejores en lo que hace al blindaje y a la capacidad de resistencia; y en lo que tiene que ver con los costos, las diferencias eran bastante sustantivas. Pues bien, finalmente se optó por la empresa Boston Whaler, que utiliza unas lanchas similares a las que usa la Guardia Costera de los Estados Unidos», puntualizó el ministro.
Bayardi dejó en claro que «como la compra que se lleva adelante es discrecional, si hubiera sido conveniente, se podría haber procedido a realizarla, esgrimiendo los fundamentos del caso; si se hubiera ofrecido un mejor producto a un precio más conveniente, se podría haber utilizado la vía de la excepcionalidad de la compra para proteger el interés del Estado».
Por tanto, «aclaro esto porque en el Ministerio me muevo con discrecionalidad en compras de este tipo -discrecionalidad que voy a defender- pero el tema aquí es que tratamos de seguir un proceso que ofreciera determinadas garantías a los oferentes, porque todos sabemos cuál es la situación que se está planteando».
En síntesis, «dentro de las ofertas recibidas, la que reunía las características establecidas en el llamado, la que ofrecía el costo más conveniente para realizar la operación en función de la oferta contado y, también, la que estaba en condiciones de cumplir con los plazos de manera más acertada -ahora estamos postergando los plazos y le estamos pidiendo a las Naciones Unidas que nos permita comenzar a desplegar después del 15 de abril- era la de la empresa Boston Whaler».