Uruguay detectó en la población y durante el paso de los años, un importante descenso en la mortandad por causas originadas por el asma o insuficiencia respiratoria. El descenso en la mortalidad por asma se relaciona con el uso de corticoides inhalados y con la aplicación de las nuevas guías para el tratamiento, que posicionan al paciente en un rol más activo frente a la enfermedad. A pesar de que a nivel popular el asma no sea vista como una patología capaz de producir la muerte, los datos de mortalidad surgidos de los estudios dedicados al tema evidencian una realidad diferente. Desde 1984 a 2006 en Uruguay murieron un total de 3445 asmáticos y, aunque no existen datos específicos, se estima que gran parte de esos fallecimientos fueron consecuencia de un manejo incorrecto de la enfermedad. Sin embargo durante los últimos años la gráfica de muertes comenzó a mostrar un significativo descenso. El último estudio “Tendencia de la Mortalidad por Asma en Uruguay” -aún no publicado- muestra cómo el país logró revertir la curva y posicionarse dentro del grupo de menor mortalidad en América Latina. Según el análisis, que estudia el período 1984-2006, el descenso sigue la línea general de la situación mundial y se relaciona directamente con la utilización de corticoides inhalados (solos o asociados) y con las nuevas guías de tratamiento de la enfermedad, que apuntan al control de la patología, donde el paciente cumple un papel mucho más activo en su enfermedad. El estudio estuvo a cargo del jefe de servicio de Alergia y Asma Infantil del Hospital Pereira Rossell, Dr. Juan Carlos Baluga, y las doctoras Adriana Sueta y Martha Ceni. El trabajo tiene sus antecedentes en los estudios anteriores de Baluga y sus colaboradores sobre los períodos 1984-1994 y 1984-2001, y fue presentado en la Jornada de Actualización en Alergia y Asma, organizada por el Servicio de Alergia y Asma infantil del Pereira Rossell. La actividad contó con el apoyo del laboratorio GlaxoSmithKline y la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Córdoba, entre otras instituciones. El análisis de las tres investigaciones reveló que mientras que en el primer período la tasa de mortalidad global en Uruguay era de 5,45, la cifra bajó a 4,19 al extender el plazo estudiado hasta el año 2001.Así, al llegar a 2006 la tasa de muertes por asma se ubicó en 3,83. El descenso en los fallecimientos ocasionados por la patología se hace más evidente a través de los datos del grupo etario de entre 5 y 34 años. “En los extremos de la vida las causas de muerte se pueden confundir con otras enfermedades respiratorias por ese motivo se toma ese rango como el más confiable”, explica el Dr. Baluga. De esta manera la tasa de muerte disminuyó de 0,52 en el primer estudio a 0,15 en el que abarca hasta 2006.