El ministro de Trabajo italiano, Maurizio Sacconi, anunció este martes  18 de noviembre de 2008 que los únicos inmigrantes extracomunitarios a los que el Gobierno permitirá la entrada en el país serán aquellos que dispongan de un contrato de trabajo en determinadas categorías, como las de jornalero, asistente de ancianos o personas discapacitadas y enfermeros.

Sacconi explicó en una nota que, junto al ministro del Interior, Roberto Maroni, se ha decidido limitar la entrada de los extranjeros no comunitarios sólo a algunas categorías, excluyendo así aquellos con un contrato «en el sector de la producción industrial o en la construcción».

La Liga Norte, partido de extrema derecha aliado de gobierno de Silvio Berlusconi, había propuesto hace unos días bloquear las llamadas cuotas de entrada de inmigrantes durante dos años en una ley presentada en al Senado.

Sacconi indicó además a la agencia internacional de noticias EFE, que para seleccionar los ingresos de inmigrantes «no es necesario aprobar una nueva ley, pues se pueden utilizar los instrumentos administrativos a disposición ya incluidos en la legislación actual».

Según el titular de Trabajo, esta medida tiene como objetivo «evitar el desempleo, la exclusión social y la perspectiva de una posible expulsión del trabajador, quien con la llegada de un nuevo flujo de inmigrantes ve restringida su posibilidad de un empleo duradero».

La medida fue criticada por la principal formación de la oposición, Partido Demócrata (PD), ya que, según uno de sus exponentes, el senador Roberto Di Giovan Paolo, «el proteccionismo del mercado del trabajo en Europa no ha dado nunca resultados».