Miles de personas, entre fieles umbandistas, curiosos y turistas, se congregaron durante toda la jornada de este lunes 2 de febrero en varios puntos de la costa montevideana y de otros lugares de Uruguay para darle las gracias y pedirle favores a Iemanjá, la diosa del mar según la religión umbandista.

El rito de esta religión minoritaria convoca a miles de personas y es casi una fiesta popular.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2006, los seguidores del umbandismo y otras religiones de origen afroamericano representan el 0,6% de la población uruguaya, y de ellos 1% de montevideanos. Dentro de la población de ascendencia negra, el porcentaje sube a 2,4% según consigna además la agencia de noticias Ansa.

La celebración religiosa es liderada por «maes» y «paes» -sacerdotisas y sacerdotes de diferentes corrientes umbandistas- que con vestimentas blancas bailan y cantan acompañados con instrumentos de percusión.

Los devotos se internan en las aguas y hacen sus ofrendas que van desde flores, perfumes, frutos, pulseras y collares, transportadas en barquitos iluminados desde su interior con velas celestes o blancas, colores clásicos de la «diosa» del mar.

También se practican ritos en la arena, donde se hacen pequeños hoyos para acumular frutas de estación y algunos panes o tortas, rodeados de velas y con manifestaciones umbandistas. Asimismo, se construyen pequeños altares frente a los que desarrollan rituales.

Estos cultos africanos y de sincretismo religioso experimentaron un fuerte impulso en territorio uruguayo en las últimas décadas, por el vigor con que son profesados por millones de personas en Brasil.

Debido a la afluencia de público a la fiesta de Iemanyá, el ritual fue declarado de interés cultural, turístico y municipal por los ministerios de Educación y Cultura y de Turismo así como por la Intendencia capitalina, a solicitud de los propios umbandistas.