En este caso compartimos el reclamo de Fabián Dubra hacia la empresa supermercado Disco al comprar unas sandalias para su hija de cuatro años, y luego de estrenarlas en un cumpleaños se les salía la pintura de las mismas, no obteniendo la respuesta que él hubiese deseado, esto es, el cambio del producto adquirido. Reproducimos textualmente la misiva.

“El sábado 19 de diciembre fui a la sucursal Nº 27 del supermercado Disco (Magariños Cervantes y Av. Italia), la nueva y muy publicitada gran superficie de la empresa. Compré unas sandalias para mi hija de 4 años. En la tarde va a un cumpleaños y cuando vuelve noto que se le salió la pintura de las sandalias que compré hacia 7 horas. Naturalmente el domingo al mediodía va mi esposa a la misma sucursal a cambiarlas y una señora le dice que están muy deterioradas y que no las pueden cambiar. El único deterioro que tenían era la pintura que se le estaba saliendo con solo pasarle la mano, no estaban rotas en ningún lugar, por lo tanto es imposible que un niño en un solo uso pueda tener responsabilidad alguna, ya que no estaban rotas en ningún lugar. Era evidente que era un defecto de fábrica. Cuando vuelve mi señora y me comenta lo sucedido hablo por tel. y me dicen lo mismo, me explicaron que se debía seguramente al uso en el cumpleaños. O sea que de ser el perjudicado, pasé a ser el responsable. Le aclaré a la empleada que las sandalias no estaban en una góndola que dijera: «productos con defectos», «productos usados», «productos sin cambios», «productos que no resisten un cumpleaños de niños». La respuesta que obtenía era casi desesperante, casi de robot, solamente repetía lo mismo: que en ese estado no las podían cambiar. Increíblemente la razón que yo daba para cambiarlas, era la misma que me daban a mí para no hacerlo. Una falta total de sentido común, en que cabeza cabe que unas sandalias compradas el día anterior un niño las puede deteriorar de tal forma que la pintura se le sale con solo pasar la mano. La realidad que creo que debería haber tenido en cuenta la empleada al atender el reclamo es que compramos unas sandalias el sábado y el domingo las estábamos llevando a cambiar por un evidente defecto de fábrica. El cliente compró algo un día y al otro día no lo puede utilizar más.

Al entrar al estacionamiento del supermercado se ve un cartel que dice algo más o menos así como «nunca vió algo parecido» en referencia al monumental supermercado, increíblemente fue un presagio de la forma en que me respondieron un reclamo.

Escribo esta carta ya que el domingo mismo que intentamos realizar el cambio mandé un mail como queja desde la propia página de Disco y no recibí respuesta alguna”.

Fabián Dubra.

1.864.552-7.