Estimados/as, en el marco de nuestro ciclo radial Enfoques, fuimos a entrevistar a Pablo Mieres (abogado, sociólogo, líder del Partido Independiente, Director de la Lic. en Sociología de la Universidad Católica del Uruguay y profesor universitario de grado y postgrado en la misma Universidad), abordado tanto temas emergentes de la agenda política  (Reforma del estado, evaluación de la educación universitaria y co- participación política) como otros asuntos que parecen requerir precisamente de una visibilidad mayor y un debate urgente que habilite acciones y políticas concretas, tal como el tema de los problemas demográficos que atraviesa nuestro país. Les invitamos a  escuchar la entrevista y a continuar el debate de los temas allí instalados, dejando sus comentarios en nuestro blog http://radioarje.wordpress.com  Allí, también abrimos las siguientes encuestas, como forma complementaria de participación: Encuesta 1: ¿Está de acuerdo con la Reforma del Estado que pretende llevar adelante Mujica y cree que podrá realizarla? Encuesta 2: ¿La Agencia de Evaluación y Acreditación debe evaluar también a la Universidad pública?

La entrevista se puede escuchar online desde el siguiente link: http://www.goear.com/listen/57da818/pablo-mieres-radio-arje

Y para quienes tengan interés en guardar la entrevista, se puede descargar en formato MP3 desde el siguiente link: http://www.box.net/shared/zd80kzc7bp

Y, como adelanto, van aquí algunas de expresiones de Mieres que abren el debate (e instalan ciertas polémicas).

“Si yo tengo baja natalidad, alta expectativa de vida, alta emigración juvenil -y además de buena calificación,- y prácticamente nula inmigración, lo que yo tengo es un país que camina, que se desliza, hacia una situación de difícil sustentabilidad. Cada vez nacen menos, cada vez viven más. Entonces, la relación activo- pasivo se vuelve insostenible. Este es un tema que requiere de políticas que busquen de alguna forma re equilibrar la situación. ”

“Mujica ha reinstalado una tradición que está en el ADN de nuestra cultura política, que es la co-participación. Y es una buena cosa. Yo creo que es una herencia positiva. (…) Lo que ha generado es algunas coincidencias. En algunas áreas más, como en seguridad. En otras áreas menos, como en educación. Y en todo caso está bueno que haya coincidencias y está bueno que al haber co-participación esas coincidencia puedan canalizarse más fácilmente. Pero no nos engañemos, la democracia por suerte es plural y es diversa y cada uno tiene sus ideas y sus proyectos y sus propuestas. Y tampoco estaría bueno que desaparecieran esas divergencias. Al contrario, eso es el pluralismo, esa es la diversidad. Pero me parece que lo que logra este proceso que Mujica promueve, es construir una lógica de competencia en lugar de polarización. De la confrontación a la competencia”

“El Frente construyó para llegar al poder una lógica de buenos y malos. “Estos son perversos, yo soy bueno. El monopolio de la verdad, el monopolio de la ética lo tengo yo, los otros no”. Mujica en sus discursos –yo levanto tres discursos: el del 30 de noviembre, el del 1ª de marzo y el del 7 de junio-, son tres discursos que derriban esa suerte de muro que el Frente había construido a su alrededor de manera tal que todos los que están de este lado están salvados y todos los que están del otro lado están perdidos y condenados- Mujica de alguna manera reconoce que puede haber verdad del otro lado y que también puede haber macanas del lado del frente. Y eso es un cambio sustantivo, porque eso es lo que va a permitir que el debate se dé de otra manera: no en términos agónicos, no en términos de todo o nada, “si no gano yo,  gana el malo” No, si no gano yo, gana el otro (…) Pero en todo caso no se cae el mundo ni nada. En todo caso lo que habrá será alternancia. Y la alternancia es parte de la democracia.”

“La izquierda se construyó contra el viejo estado hiper-desarrollado, enorme, burocrático (…) ese estado que Benedetti dibujó muy bien en sus ensayos y en sus novelas y que era el estado que de alguna manera representaba el freno, el fracaso, estancamiento, la burocracia, el no desarrollo. (…) Cuando yo leía “El país de la cola de paja” decía “mirá, acá está el Uruguay que hay que cambiar”. Y esa era la izquierda de los sesenta y lo setenta. Después, cuando la izquierda comenzó a acumuló poder, de alguna manera – no sé si consciente o inconscientemente-  empezó –y ahí se produce el primer giro copernicano- a defender las reivindicaciones, los vicios del corporativismo sindical público, que en definitiva defendían el status quo del Estado. Ese Estado que Benedetti cuestionaba en sus trabajos y que la izquierda uruguaya cuestionaba. Pero, eso le permitió a la izquierda ganar el apoyo de esos sectores y, por lo tanto, toda la potencia que esos sectores tienen en materia de gestación de opinión pública. (…) Mujica retoma el viejo discurso de la izquierda (…) El problema es como Mujica más allá del discurso puede construir una dinámica capaz de superar esa situación y de crear un proceso de reforma real sobre el Estado. (…) Eso supondría para Mujica y para el Frente atacar algunas de sus bases sustanciales y de respaldo electoral. (…) Lo que temo es que Mujica, que es muy lúcido en su cuestionamiento, es también una persona que no se caracteriza por su capacidad de gestión.”

“Todos los países más modernos, para madurar sus sistemas universitarios, para darles garantías de calidad y de mejora continua tienen un ámbito que es el de la evaluación y la acreditación, de carreras y de instituciones. (…) En el período pasado se creó la Agencia de Innovación e Investigación, la ANII, que me parece que es un gran paso, y se intentó crear una Agencia de Evaluación y Acreditación, pero con un gran error, con una gran renguera, que fue: para evitar líos con la Universidad de la República –otra vez el problema de la vinculación entre la izquierda y algunos de los organismos, como antes hablábamos  de los sindicatos públicos, ahora hablo de la UDELAR, que se resiste a ser objeto de evaluación por una agencia externa- el gobierno de Vázquez tranzó con esa situación y presentó un proyecto de ley en el parlamento que creaba una Agencia de Evaluación y Acreditación  que tenía por objeto evaluar y acreditar a las universidades privadas, no a la Universidad de la República. E incluso en la directiva de esa Agencia se integraba gente de la Universidad de la República con un rol preponderante. Era un gran error. Por suerte, esa norma no fue aprobada en el período pasado. (…) Se acuerda en el texto del documento de los cuatro partidos que se cree una agencia encargada de evaluar y acreditar a todas las instituciones, públicas y privadas. Todo eso fue visto como un gesto importante del gobierno en el sentido de cambio de posición. Pero simultáneamente, después que se firma ese documento, se manda al parlamento un proyecto de ley idéntico al del año pasado, con lo cual se produce una violación obvia de lo acordado. Y este es el debate que tenemos hoy. (…) Si la Universidad de la República fuera sensata, sería ser la primera en querer ser objeto de evaluación y acreditación, porque eso la ayuda a mejorar, y la ayuda a salir de un clima de autosatisfacción que muchas veces lo que esconde son trampas al solitario”.

Fuente: Radio Arje.