Compartimos la opinión de Susana Andrade (ATABAQUE) bajo el título “Campaña contra obscenidades en la tele”.

Lo que vende el argentino Tinelli en televisión es sexo.

Se festeja el uso denigrante de la figura de la mujer, el libertinaje y la grosería, apelando a la idiotez de la gente.

Este es el leit motiv de algo que aparenta ser un certamen de baile y es un gigantesco antro de vulgaridades.

Un programa de apología a la ordinariez para hacer millones sin complicarse. Adultos, allá ellos. El grave problema es la infancia y adolescencia que se está formando.

Los chicos están solos frente a la pantalla muchas veces, los avances los dan a cualquier hora y hasta los padres ven junto con ellos en ocasiones sin hacer valoraciones y en un clima de complacencia, dando un mensaje implícito de que ese manoseo y exhibicionismo es digno de ser imitado.

Por tales contenidos en mayo pasado en la propia Argentina Provincia de Santa Fe, las autoridades de educación y el gobernador, no permitieron concurrir a Showmatch como institución, a una escuela que se suponía iba a ser ayudada económicamente.

«No todo vale, si no podríamos decir que los chicos vayan al casino o participen de actividades obscenas», subrayó el gobernador santafesino Hermes Binner. “Lo que hacemos es defender nuestros valores” Y sigue: En todo caso,»hay que debatir aquí qué queremos de la escuela, porque por un lado se le pide que forme a los chicos en valores mientras se avalan ese tipo de programas; ¿lo que ofrecen es lo que deseamos para nuestros chicos?», preguntó abriendo nuevamente un debate más que necesario de dar de manera general.

Mi cuestión es cómo conviven en un mismo canal de televisión uruguayo, concretamente Canal 12, tales estilos de “entretenimiento” y la muy buena campaña contra la droga adicción ingerida por boca, inhalada o inyectada. Lo positivo, justamente, evidencia tal contradicción.

Los chismes de los famosos, la mayor parte de teleteatros extranjeros y Tinelli, son una especie de droga y a la larga o no tanto conducen a lo mismo al dejar por el camino tantos pudores y respetos necesarios para convivir, invitando a estar superficialmente bellos, soeces y si sos mujer, eternamente con la cola al aire.

Es el manido recurso de la sexualización del mercado, estimulando a comprar sin pensar lo que te muestren en las propagandas, a consumir por el consumo subestimando la inteligencia del público.

¡Qué me vienen con las pasteras! Esto sí contamina porque corroe la mente. Y ojo que no generalizo y sabemos que hay excelentes producciones del hermano país en cine, en tevé. ¿Porqué les compramos toda la porquería?!!!

Se dirá que muchos los siguen -igual que a la pasta base- e inmorales gestores y esclavos de la demanda son los medios a la hora de hacer dinerales, brindando cursos intensivos de gusto por el mal gusto. Práticamente no se brinda otra cosa y menos se inculca capacidad crítica.  “Educan” la preferencia del cliente.

Dice el programa del Frente Amplio que en Uruguay “…Existe una emergencia cultural.” ¿Frente a eso nos empachamos de Tinellis y sus claques?

Los teleteatros, fuente de estereotipos en su mayoría, deberían estar sólo en horario de protección al menor, los adelantos de programas restringidos también. La televisión uruguaya salvo excepciones honrosas, es un desastre en cuanto a promover valores. No deberían usar las ondas públicas para difundir lo que se les cante sólo porque tienen dinero para pagarlas.

¿Un teleteatro que se llama “Malparida”?

¿Tenemos que soportar eso?

Se está movilizando la sociedad por una política democrática de comunicación. La Dirección Nacional de Telecomunicaciones inauguró días pasados el inicio del proceso participativo de elaboración de una nueva Ley de Radio y Televisión, que garantice la diversidad y el pluralismo en los medios audiovisuales. Es buena señal.

Los valores de los empresarios de los grandes medios de difusión son vender y vender a cómo dé lugar, y no se hacen responsables del daño social que ocasionan. Todo lo contrario porque después, cotizan más todavía la televisación de la desintegración traducida en criminalidad en las exitosas crónicas rojas colmadas de publicidad. Es una cadena con muchos eslabones cómplices, incluso inconcientes».

Susana Andrade – ATABAQUE – Por un país sin exclusiones – FA.