En esta ocasión, el diputado nacionalista Gerardo Amarilla nos relata su experiencia al participar del Desayuno Nacional de Oración en Washington (Estados Unidos), con la presencia, entre otros, del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, el minero chileno José Enriquez y el escritor y productor cinematográfico Randall Wallace.

“La necesidad de la oración y el reconocimiento en que sólo confiando en Dios se pueden superar las pruebas más difíciles, fueron el común denominador del Desayuno Nacional de Oración celebrado en Washington el 4 de febrero de 2011 y al que tuve el privilegio de asistir.
Era esperada la presencia y la palabra del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, quien asistió al igual que la totalidad de sus predecesores desde que en 1953 se instituyera el evento con el presidente Eisenhower y habló sobre la necesidad de tener una fe y el recurso de la oración tanto para enfrentar los problemas de la nación así como las dificultades familiares.
El orador invitado sorpresa fue el minero chileno José Enriquez , quien logró emocionar a la concurrencia narrando su experiencia cuando quedaron atrapados en la mina a 688 metros de profundidad en los primeros días de agosto del año pasado.
Enriquez contó cómo se unieron todos en una oración, independientemente de credos o iglesias y le pidieron a Dios por un milagro. También señaló que ese tiempo juntos sirvió para la reconciliación de varios compañeros de trabajo y para sumarse todos a un proyecto común.
Sin duda que el momento emotivo lo constituyó cuando narraba la llegada de la cápsula que los iba a liberar tras 69 días de encierro y que antes de subir se unieron nuevamente en la oración para agradecer a Dios por el milagro.
Además de la diferentes presentaciones de los miembros del Congreso norteamericano que hacen parte de la organización, el otro orador de destaque fue sin duda el escritor y productor cinematográfico Randall Wallace. Luego de contar historias de su abuelo y de su padre, respecto a los momentos difíciles que vivieron ambos, abordó la experiencia de su vida. Historió desde sus estudios, graduación y hasta el momento más crítico en el que por razones económicas estuvo al borde de bajar sus brazos. Dijo que no podía darse por vencido, no lo podía hacer por sus mayores pero sobre todo no podía rendirse por sus hijos. Expresó que antes de que arrodillarse frente a un hombre eligió arrodillarse frente a Dios y pedirle auxilio. A partir de allí comenzó a escribir el libreto de la exitosa película “Corazón Valiente” premiada en varios festivales de cine.
Todos los relatos tuvieron un denominador común, frente a los problemas, grandes o pequeños, sólo a acompañado, siempre hay auxilio para quien – con humildad – esté dispuesto a pedírselo a su Creador”.

Fuente Imagen: alt1040.com