China, el principal país en desarrollo en el mundo y América Latina, un importante continente emergente, cuentan con difíciles misiones de desarrollo en común, por lo que realizan mayores esfuerzos por impulsar su cooperación mutuamente benéfica.

Como último ejemplo, el vicepresidente chino, Xi Jinping, visitará Cuba, Uruguay y Chile del 4 al 11 de junio, en donde se reunirá con los líderes de dichas naciones, a fin de impulsar los vínculos bilaterales.

Cuba fue el primer país en América Latina en establecer vínculos diplomáticos con la República Popular China. De igual manera, es el principal socio comercial de China en la región del Caribe. Durante la última década, el comercio bilateral aumentó de 440 millones de dólares, en 2001, a 1.830 millones en 2010.

China y Uruguay establecieron lazos diplomáticos en 1988, y ambos han disfrutado de un creciente aumento comercial en años recientes. En 2010, el total del comercio bilateral fue de 2.630 millones de dólares, lo cual representa 69,3 por ciento en una base anual.

El Presidente uruguayo José Mujica recibirá a Xi Jinping el miércoles 8 de junio.

Chile fue el primer país latinoamericano en apoyar el ingreso de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) al firmar un acuerdo bilateral, reconocimiendo completamente el estatus de China como una economía de mercado de forma íntegra, además de firmar un Tratado de Libre Comercio con China.

El comercio bilateral sino-chileno llegó a 25.800 millones de dólares en 2010, lo cual representa un aumento de 44,8 por ciento, respecto al año anterior.

Las firmes relaciones entre China y estos tres países son un epítome de los vínculos amistosos sino-latinoamericanos.

China cuenta con un territorio de 9,6 millones de kilómetros cuadrados y la mayor población del mundo con 1.340 millones de personas. Mientras que, América Latina tiene un territorio de 21 millones de kilómetros cuadrados y una población de 590 millones de personas. Ambas partes comparten diversas similitudes respecto al dolor que han sufrido durante siglos pasados, así como los retos de desarrollo que enfrentan en su camino hacia la modernización.

Durante los últimos siglos, ambos fueron devastados por las armas y los cañones de las potencias de Occidente, lo cual resultó en una colonización parcial o integral, además de haber sufrido el robo de un alto número de materias primas y fondos.

Actualmente, a pesar del notable aumento en su influencia política y peso económico en la escena mundial, continúan enfrentando las tareas comunes de combatir la hegemonía, la pobreza, la corrupción, una creciente división económical social, la contaminación, entre otros.

Entre muchos otros factores, el dolor que han sufrido a lo largo de la historia permite que China y América Latina logren entenderse mutuamente al momento de buscar la independencia política y el desarrollo económico.

De igual manera, los problemas comúnes que enfrentan en su modernización, están dispuestos a aprender el uno del otro y a impulsar la cooperación en varios campos.

La cooperación sino-latinoamericana es una parte inalienable de la cooperación Sur-Sur, y ambas partes se han comprendido y apoyado de forma mutua en una serie de asuntos en la plataforma mundial.

Las dos partes han realizado frecuentemente visitas de algo nivel, para impulsar la colaboración y cooperación en varios campos.

El presidente chino, Hu Jintao, visitó Brasil en abril de 2010. Además, visitó Costa Rica, Cuba y Perú en noviembre de 2008.

El ministro chino de Comercio, Chen Deming, visitó Argentina y Brasil durante el mes pasado, a fin de impulsar el comercio y las inversiones bilaterales.

Mientras tanto, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, realizó un viaje a China en abril de este año, mientras que el mandatario chileno, Sebastián Pinera, visitó China en noviembre pasado.

En el campo económico, el comercio sino-latinoamericano aumentó a 180.000 millones de dólares en 2010, lo cual representa un incremento de 50 por ciento en una base anual.

La inversión directa de China en América Latina llegó a 15.000 millones de dólares en 2010, por lo que el país asiáitco se ha convertido en la tercera fuente de inversión de América Latina, según un reporte emitido el mes pasado por la Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe.

Ambas partes también son complementarias en sus exportaciones. China exporta a América Latina principalmente productos como computadoras, equipo de telecomunicación, ropa, zapatos, productos electrónicos, motocicletas y motores. Mientras que América Latina a China principalmente materias primas, incluidos el hierro, cobre, estaño, tungsteno, aluminio, entre otros. Los dos se han beneficiado altamente del comercio bilateral.

Sin embargo, algunos medios de comunicación alteran la verdad, con calumnias sobre la cooperación benéfica sino-latinoamericana, e incluso han aseverado que China está imponiendo un neocolonialismo en América Latina.

Por ejemplo, el New York Times publicó el 26 de mayo un artículo llamado «Los objetivos agrícolas de China inquietan a Brasil», en el que señaló que «incluso Brasil, Argentina y otras naciones buscan establecer límites en las compras de tierra para cultivar por parte de extranjeros, ya que los chinos buscan un control de la producción más directo en los propios países».

El artículo incluso señaló que «la asociación (sino-latinoamericana) se ha desarrollado en una clásica relación neocolonial en la que China tiene la ventaja».

La aseveración claramente establece lo contrario a lo que en realidad sucede, ya que ignora completamente la naturaleza voluntaria y mutuamente benéfica de las relaciones entre China y América Latina.

Los pueblos de China y América Latina se han beneficiado altamente de la cooperación bilateral, y ninguna calumnia o mentira podrá afectar sus lazos amistosos.

Fuente: http://espanol.cri.cn