Montevideo, 29 de agosto de 2011. Continuando con una arrogante inspiración nórdica que llega de la temporada anterior, Ayres realiza la otra cara de un mismo concepto. Aportando la fuerza e intensidad que tienen los climas fríos para lograr prendas con temperamento y de una total versatilidad.

La colección se tiñe de verano en la naturalidad de aquellos recónditos países. Entre aventuras surgen las camisas de mangas cuadradas, bermudas en telas plana, vestidos largos, shorts tejidos, camisas y tops  de gamuza con pantalones anchos. El cuero, el denim y las transparencias son protagonistas en este recorrido.

La silueta es recta, como el camino a ganar, con la incorporación de prendas más sueltas y cuadradas, pero sin desdeñar volumen. La fluidez caracteriza a las prendas y al lugar.

Se potencian las estampas arty, abstracta y efecto mancha; más coloridas y ton sur ton. Las rayas son en colores neutros con flúo y el animal print aparece como un básico, reinterpretado. Los tonos neutros unen toda la colección, como el canela. Se incorpora el pino, el celeste denim y los flúo, son el acento que aporta el espíritu estival a la colección.

Una multitud de incógnitas que conquistan la temporada.