La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, recibió al Vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, con motivo de su visita a la CEPAL para dictar la XI Cátedra Raúl Prebisch.

(26 de abril, 2012) La innovación es un elemento fundamental para aumentar la productividad de las economías y mejorar la competitividad de los países de América Latina y el Caribe, sostuvo el Vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, en la CEPAL al dictar la XI Cátedra Raúl Prebisch.

Astori impartió una conferencia magistral en la sede del organismo de Naciones Unidas en Santiago, Chile, titulada Los desafíos de la innovación y la productividad en un proyecto nacional de desarrollo económico y social, ante una amplia audiencia de autoridades locales, embajadores, académicos, funcionarios  internacionales y miembros de la sociedad civil.

Fue recibido por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, quien destacó las cualidades del Vicepresidente uruguayo y su gran experiencia en el desarrollo del pensamiento económico latinoamericano, que se inserta en la tradición de Raúl Prebisch, ex Secretario Ejecutivo de la CEPAL en cuyo honor se realiza esta cátedra.

Bárcena recordó el aforismo de Prebisch tan válido hoy como ayer: «antes de pensar, observen la realidad».

«Hoy como en sus tiempos, los países latinoamericanos siguen enfrentando una gran desigualdad estructural, problemas de escasa diversificación productiva, de un insuficiente ritmo de cambio tecnológico, de una limitada capacidad de innovación. Hoy como en sus tiempos, se presenta en la región un boom de expansión de las exportaciones de materias primas con fallas institucionales que conlleven a una verdadera visión de Estado sobre la propiedad, la apropiación y distribución de las ganancias de productividad y de las rentas derivadas de su explotación», declaró la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Prebisch planteó la urgencia de cambiar la lógica de acumulación y concentración de los medios de producción y la riqueza. «Hoy sin embargo, el paradigma cambió. No basta crecer para igualar; es requisito indispensable igualar para crecer», dijo Bárcena.

«Hoy, como en los tiempos de Prebisch, sigue vigente la urgencia de articular una profunda integración regional, aspiración estratégica que ocupó un lugar central en sus reflexiones y que ahora se ha logrado a través de iniciativas como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)», señaló.

«Danilo Astori es un uruguayo universal. Pocos como él en reflexión y práctica son mejor habilitados para retomar la tradición de Prebisch, porque ha consolidado una trayectoria multifacética, un cuerpo sólido de ideas, un compromiso inclaudicable por empeñarlas en la construcción transformadora de sociedades más justas», agregó Bárcena.

En su presentación, el Vicepresidente de Uruguay detalló las características que debe tener un proyecto nacional de desarrollo económico y social y cómo los conceptos de innovación y competitividad influyen en la elaboración de políticas públicas.

Resaltó la importancia de contar con una visión estratégica de largo plazo, lo que no siempre ha estado presente en América Latina. «En estos años en América Latina han caído significativamente la pobreza y la indigencia, pero sigue siendo la región más inequitativa del mundo», señaló.

«Hablar de desarrollo económico y social debe involucrar todos estos conceptos, pero a un mismo nivel de jerarquía.  Las políticas públicas destinadas a mejorar la calidad de vida de la gente no pueden ser el subproducto de la política económica, sino una condición de la misma», enfatizó Astori.

El Vicepresidente indicó que en el proyecto nacional de desarrollo la educación, el conocimiento científico y la cultura juegan un papel fundamental.  Sobre la educación y el conocimiento científico y tecnológico, Astori recalcó el papel clave del Estado en la creación de alianzas con el sector privado y en la tarea de asegurar la disponibilidad de recursos financieros y humanos.  «El conocimiento se traduce en un mayor valor agregado para los productos de los distintos sectores de la economía», explicó.

Tras indicar las diferencias entre los dos enfoques utilizados generalmente en el estudio de la productividad y competitividad -el tradicional o estático, y el moderno o dinámico- Astori recalcó que la mejora en la productividad no debe ser un fin en sí mismo y que a través de ella, del crecimiento del producto y de la distribución del ingreso -junto con una serie de acciones de políticas públicas- se llega al bienestar de la población.

«Lo que queremos es construir igualdad de derechos y de oportunidades en un contexto de libertad, democracia, justicia y prosperidad», dijo.

Astori indicó que existen distintos factores que determinan el aumento de la productividad, como las políticas públicas impulsadas desde el Estado -relacionadas con la estabilidad macroeconómica, la calidad de las instituciones y los incentivos a la inversión, entre otros aspectos- y las acciones llevadas a cabo por las empresas (motores microeconómicos).

«La innovación y la competitividad son dos procesos fundamentales para que América Latina encare su futuro con sostenibilidad, visión estratégica, con un proyecto nacional de desarrollo económico y social. En otras palabras, para que lo encare con la esperanza que tiene derecho a tener a partir de su enorme potencial interno», finalizó Astori.