Compartimos la columna de Washington “Turco” Abdala titulado “Está lleno de ‘galeanitos’ en la aldea”.

Ayer en “Otro Tema” el programa en TN de ese señor tan rebosante de salud, el supuesto periodista Santo Biasatti -creo que así se llama- fue Galeano, nuestro Galeano, a presentar su «dernier» libro. Insufrible, asfixiante, básicamente una sumatoria de quiquriquís tipo Corin Tellado expuestos con pose de seductor a una edad en la que esas cosas son algo obscenas. Y lo digo yo que de lo bizarro hago un culto porque todo me importa muy poco.

Ya se que por manifestar estas cosas soy un facho de mierda para muchos de ustedes. Que pena. Bien, igual pueden prodigar iniquidades que me las banco. Pero tengo que ser sincero: el tipo me saca, no le creo nada, le miro los ojos, la mirada y presiento que me está jodiendo. Bah, estoy seguro de ello.

Pero voy a aclarar mi punto de vista, es la primera vez que lo hago y lo creo útil para muchos que no logran entender  miles de “cabecitas” como las de Galeano que andan por el mundo blandiendo su imbecilidad. Galeano cree de verdad las tonteras filosófico-políticas que afirma con pose doctoral por fuera de lo literario (en eso no me meto), cree de verdad que hay un mundo de conspiradores que hacen el mal  por allí, cree en serio (¡lo dijo eh!) que a Grecia la tratan mal por no entenderla, lo mismo  pasa con la pobre España, los argumentos de siempre sobre el poder…bla, bla, bla. (Ni que hablar de que los griegos y los españoles se gastaron la guita en la fiesta eterna de la posmodernidad  y ahora les vino la cuenta y es justo que ello sea así. No, de eso no dijo nada, siempre la demagogia populista de expresar el lugar común burdo para hipnotizar a las grandes barras. Yo estoy entre los que creo que lo que les pasa a los europeos lo tienen merecido por no laburar hace décadas y por gastar lo que no tenían. Joderse hermano.)

La mente de Galeano funciona así: yo soy “bueno”, y como soy bueno tengo que estar con las causas buenas. Además como soy bueno y me creo un “héroe digno de este tiempo”, doy mis batallas con la pluma para concientizar al mundo de lo mal que andan las cosas. Me toca a mi, a mi, repito, a mi esta tarea, por eso me enojo con casi todos, porque yo tengo ese derecho, porque yo soy inteligente, porque yo hablo lindo, porque yo soy Galeano. Con Israel me caliento que no entiende a los buenitos de los palestinos que son Lassie, o con Estados Unidos que siempre quiere el mal sobre la tierra para jodernos nomás. ¡Yo los denunciaré, a mi me toca esa brava tarea! Que suerte que estoy yo para hacer esto. Que suerte que tiene el mundo con mi… perdón, conmigo.

 

Así es, “Yo, Galeano, el gigante”. Me tomé 5 años para escribir un libro y salir a iluminar pecadores y hacerlos fieles de mi iglesia: la santa adoración a mi. Yo que fuí lindo y hermoso, ahora soy un ácrata despiadado y reverberante en mis venenos. Igualmente debo continuar la tarea de avivar giles ante este mundo que los violenta sexualmente y que ellos no lo advierten. No entiendo como no se dan cuenta que ese falo que tienen allí atrás es gringo. ¡Yo se los diré!

En fin, disculpen lo guarro pero es necesario para entender lo absurdo de la pose seudo intelectual de este mequetrefe.

Oírlo hablar de su pérdida de fé, leer cosas de Maradona para quedar bien con el público argentino, ver como posa de luminaria, oír que era íntimo de Quijano (¡Que alguien me desmienta esto, se me cae un maestro!) en fin, es un sacrificio de marca mayor. Debo ser masoquista, siempre lo miro. Tengo alguna tara, ya lo se.

Bue, aclaro, no estoy haciendo política partidaria, no estoy en ningún lado, esto no es un servicio hacia nadie, no soy tampoco un amante del mundo conservador que se le opone a este tipejo (me acabo de leer de un tirón en estos días el  último libro de Vargas Llosa y me pareció un esperpento, además de un rejunte mal hecho, una obra menor, enojada con la modernidad y llena de lugares comunes. Si quieren les hago un comentario en estos días) es solo que Galeano me pudre. Me subleva, me irrita por su burguesía ostentosa y su pose de absurdo revolucionario de mentira. Odio esas poses vanas.

Ah, pero está lleno de Galeanos por allí, lleno de personitas que viven depredando adentro del sistema capitalista que odian pero que lo succionan todo lo que pueden y si se les cuadra evitan la mano del Estado en tributaciones varias. Nunca entendí la razón por la cual estos burgueses revolucionarios nunca donan sus dineros mal habidos, como no devuelven la plus valía al pobre, como se asocian al empresariado especulador  para ganar dinerillos con ello. Está lleno de Galeanitos la aldea che.

Fuente Imagen: isadoralibros.com.uy