En el marco del Día Internacional de la Mujer Empresaria, patrocinado internacionalmente por la FCEM (Asociación Mundial de Mujeres Empresarias), la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay (OMEU) realizó un encuentro en el Club de Golf del Uruguay convocando a más de 70 mujeres empresarias y ejecutivas. Contó con la presencia de una invitada de lujo: Susan Mc Dade, representante residente de las Naciones Unidas y del PNUD en Uruguay.

La Presidenta de OMEU y socia de FERRERE, Verónica Raffo, enfatizó que la organización quiere “cambiar el Uruguay”, en el sentido de mejorar en el ranking mundial de políticas de género del World Economic Forum en el que hoy ocupamos el puesto 59, después de Namibia y Kazakhaztan. Queremos que haya más de un 20% de mujeres en posiciones de liderazgo y disminuir la brecha salarial entre hombres y mujeres, que hoy llega al 30%”. Las mujeres empresarias en el país actualmente sólo representan el 3% del mercado, “queremos más y mejores empresarias”.

Raffo dijo además que esto es lo que genuinamente influye sobre la sustentabilidad del país a largo plazo, en el incremento del ingreso per cápita y en abatir el fraccionamiento social.

Mc Dade tituló su charla “Mujeres en el liderazgo: el triple reto y el día triple” y entre los pasajes más destacados afirmó que en Uruguay se da una gran paradoja, ya que fue el primer país de la región en aceptar el voto femenino, pero actualmente tiene uno de los índices más bajos de inserción femenina en el mercado empresarial y en la vida política.

En este sentido, la canadiense, madre de una hija de ocho años y un hijo de seis, afirmó que los tres principales retos que deben superar las mujeres que quieren tener un lugar en la vida pública y empresarial son: Primero, estar convencidas y ser capaces, destacando que para ocupar un cargo pretendido hay que capacitarse y estar preparadas para afrontarlo. Segundo, convencer a los demás. Esto es “sobrepasar los mitos de que una mujer no puede tomar decisiones, de que una madre no puede viajar, de que una mujer no puede negociar fuerte o de que una mujer embarazada no puede estar en determinado cargo”, afirmó.

Una de las formas de convencer a los demás, afirmó, es no darle importancia a los mitos de otros “hacer como que no se escucha”, dijo. Además agregó que hay que tener clara la línea que no se puede sobrepasar y que en esos casos hay que enfrentarse: “decir, gracias, pero creo que Ud. está equivocado” o preguntar: “¿Ud. hubiera dicho esto mismo sobre mi colega Juan Pérez?”

En este sentido, Mc Dade aseguró con absoluta seguridad que la manera de refutar los mitos es demostrando resultados óptimos “Por eso debemos preocuparnos todo el tiempo por los resultados”, afirmó.

El tercer reto, dijo, es convencerse entre las mujeres mismas. “Hay que entender qué pasó con la generación de las líderes que estuvieron antes que nosotros. Cuáles fueron sus sacrificios, sus retos, aprender de sus errores y construir sobre sus triunfos. No hay que ver a cada mujer capaz como nuestro competidor”.

Además agregó que, como gerentas de empresas, pueden usar productos de proveedores que sean empresas de mujeres, contratar abogadas y no abogados, apoyarse en profesionales femeninas y orientar la toma de decisiones hacia las mujeres para darle vida al mercado femenino.

Finalmente, la especialista se refirió al “día triple” en Uruguay, basado en la teoría internacional del “día doble” (la mujer como empresaria y como madre, o ama de casa). En este sentido afirmó que desde la Naciones Unidas se detectó que en Uruguay las mujeres tienen un tercer ítem, que es el hecho de tener que cuidar a sus padres, o suegros, porque el mercado no ofrece los servicios necesarios como para que esa no tenga que ser una tarea de las mujeres.

Mc Dade recomendó “pensar en cómo fomentar políticas que permitan distribuir el trabajo del cuidado de los padres y de los niños” y les dijo a las mujeres uruguayas que hay un nicho empresarial en Uruguay en materia del cuidado de ancianos y niños que se debe explotar.