Compartimos la columna de opinión de Ignacio Martínez “¿Libertad de expresión de quién?” (Resumen basado en la charla realizada el 25 de agosto en el Comité del FA “Por la vuelta”), y publicadas en el semanario El Popular del Viernes 31 de agosto.

“Nuestras vidas comienzan a terminarse el día que nos quedamos en silencio respecto a las cosas que importan (Martin Luther King)

Los principales medios de comunicación en Uruguay (prensa escrita, claro está), ya desde el sigo XIX, eran patrimonio de la oligarquía criolla. El surgimiento de la radio amplió ese dominio y ese poder, otorgando las emisiones al mismo sector social de los poderosos. La TV vuelve a repetir exactamente el mismo fenómeno. El grupo Romay-Salvo es dueño del canal 4, CX 12 y CX 20. El grupo Fontaina-De Feo es propietario del canal 10 y CX 16. El grupo Schenck posee el canal 12 y el diario El País. Además los tres grupos son dueños de la TV por cable y están vinculados a los sectores agro-exportadores y banqueros más poderosos. ¿Por qué tanto interés en los medios masivos de comunicación? En Uruguay hay más de 90 radios AM y 190 radios FM que a los informativos de cada localidad, le suman las síntesis informativas de aquellos canales y de aquellas radios nacionales, además de repetir, en mayor o menor medida, lo que publica El País. Si en el 2001 el 92.9 de los hogares uruguayos poseía un aparato de televisión, es de suponer que al día de hoy se ha elevado ese porcentaje a casi el 100 %. Sólo en Montevideo, más de 900.000 personas escuchan radio todos los días. A nivel continental la cosa es similar. Más del 70% de los programas extranjeros en América Latina, son de origen estadounidense, mientras que sólo el 2% de la televisión en EEUU incorpora material de otros países. De 20.000 film que circulan en nuestro continente, el 80% es de origen estadounidense y más de la mitad de las pantallas del mundo emiten productos norteamericanos. Esto permite transmitir un único punto de vista, manipular la información, hacer todo el trabajo propagandístico e ideológico funcional al sistema del consumo e imponer un tipo de entretenimiento como único paradigma cultural. El eje estratégico de la dominación es la dominación ideológica y cultural. El sistema precisa que la humanidad crea que éste es el mejor sistema; que ésta es la mejor e insuperable democracia; que las cosas han sido así y no pueden ser de otra manera; que el poder es indestructible; que todo tiene precio y que el precio es lo único que importa aún por encima del valor; que los pueblos no existen porque son una suma de individuos y toda salida debe ser individual; que cada ser humano dominado puede llegar a ser igual que un dominante como ejemplo de lo que hay que intentar llegar a ser; que cuanto más tengamos más valemos. Esos son algunos de los basamentos ideológicos de esos medios de comunicación. Así ejercen su libertad de expresión los que detentan esos medios de comunicación. Nosotros debemos oponernos a esa libertad de expresión caracterizada por la morbosidad, la estupidez, la vulgaridad, la idolatría de la violencia, la denigración de la mujer, la lisa y llana mentira en programas, informativos y piezas publicitarias. Debemos oponernos a que sigan creando necesidades de cosas innecesarias, que nos muestren sólo lo que ellos quieren que veamos y nos hagan oír sólo lo que ellos quieren que escuchemos. No nos alcanza con la seudo libertad de hacer cambiar de canal y hacer “zapping”. Necesitamos incidir y decidir como comunidad en los contenidos de lo que se emite. Necesitamos democratizar todos los medios de comunicación para utilizarlos en el crecimiento social. ¿Qué es hoy el crecimiento social? Que los medios aporten en ponerle fin a la violencia dentro y fuera de la puerta de calle. Que aporten a terminar con el consumismo. Que el entretenimiento no esté dirigido a idiotizar personas. Que se exponga toda la información. Que la cuota de pantalla para la producción nacional no sea para llenarla con programas tan estúpidos como los enlatados extranjeros. Que las concesiones tengan plazos de finalización bien claritos. Que se avance en la cada vez menos concentración y la cada vez más participación ciudadana. Que no haya testaferros que escondan la verdadera identidad de los dueños y los responsables. Que la libertad de expresión alcance a todos, sin restricciones y con iguales posibilidades en procura de un ser humano cada vez mejor.

“Los medios impuros desembocan en fines impuros.” Mahatma Gandhi.

Fuente: Semanario El Popular. Viernes 31 de agosto”.