Ante el caso de las domésticas bolivianas, la Liga de Amas de Casa cuestionó la condena social sobre los empleadores denunciados. Señaló que en estos casos la relación laboral es “muy especial”, donde sus representados son muy “vulnerables” ante la “falta de moderación” en las exigencias.

Desde Cotidiano Mujer, que denunció el caso, se expresó que la vulneración de derechos y la explotación laboral no pueden tener ningún atenuante.

El Poder Ejecutivo llamó a una jornada de reflexión. Si bien de destacó los avances que las empleadas domésticas tuvieron en los últimos años en cuanto a sus derechos, se advirtió que el 55% aún sigue en la informalidad.

Este domingo se celebra el “Día de la Trabajadora Doméstica”, vigente desde 2008 cuando se acordó el primer convenio colectivo en este sector.

Es un feriado pago y no laborable, en cual este año el Gobierno pretende que sirva como una “jornada de reflexión” sobre los derechos y deberes de empleadores y empleados, tras el polémico caso de las trabajadoras bolivianas que denuncian haber sido sometidas a abuso laboral y condiciones de casi esclavitud en una residencia de Carrasco, propiedad de conocidos empresarios locales.

Luego que este caso llegara al Ministerio de Trabajo e incluso a la Justicia Penal, la “Liga de Ama de Casa”, organización que representa a los empleadores del personal doméstico, salió al cruce en un comunicado, donde se declara en “alerta naranja”.

La presidenta de la organización, Mabel Lorenzo, señaló que el tratamiento de este caso demostró la condición “muy vulnerable” de sus representados, agregando que sus representados son “muy vulnerables, expuestos a “presiones que le impiden vivir con tranqulidad”.

“Basta con leer titulares de la prensa que indican la falta de moderación de las exigencias. Esta realción laboral es muy especial, el escenario es la casa, y la parte empresarial es un grupo virtual. ¿Es posible que se rodee la manzana de un barrio con la sospecha de que existan empeladas no formalizadas en una vivienda?, ¿no es más positivo hacer campañas de divulgación para saber donde estamos parados?”.

Lo expresado por Lorenzo motivó una dura respuesta del colectivo Cotidiano Mujer, que defiende a las trabajadores inmigrantes y que presentó el caso ante la Justicia.

En un comunicado indicó que “resulta llamativo” que se pueda hablar de vulnerabilidad “sin mencionar que en esta “tan peculiar” relación, las trabajadores son el eslabón más débil y por ello expuestas a abusos de poder.

Ante la “alerta naranja” expresada por la Liga, el colectivo afirmó que “en ningún caso la vulneración de derechos y la explotación laboral pueden tener eximentes o atenuantes, y constituye una violación a los más elementales derechos humanos”.

Expresó su deseo en cuanto a que la Liga “se hubiera pronunciado a favor de las víctimas, incluso por el hecho de representar a las personas de bien que mantienen un vínculo laboral respetuoso de los derechos de las mujeres” a las cuales emplean.

Cotidiano Mujer indicó que las campañas de información reclamadas son necesarias pero no son el único instrumento. Ante la quejas del allanamiento con orden judicial de la residencia de los empresarios, “fue porque no se accedió antes a abrir la puerta para brindar la información requerida” y se preguntó si esto “será solo por desinformación”.

El matrimonio Fernández – Manhard, son objeto a esta hora de una campaña de “escrache” en las redes sociales, donde se han publicado sus fotos y datos de las empresas a las cuales están vinculados, Fripur y el Grupo Parisien, entre otras.

Como respuesta, personas vinculadas a ellos han publicado imágenes en donde se aprecian las supuestamente cómodas condiciones en que vivían y tenían para trabajar las domésticas bolivianas.

Desde el Gobierno, en los últimos días el viceministro de Trabajo Nelson Loustaunau reinvidicó los avances en materia laboral que se experimentaron en los últimos años, tras el reconocimiento de las domésticas como sector en los convenios colectivos.

De todas formas, reconoció que aún un 55% de estas trabajadoras están en la informalidad.

El último acuerdo salarial establece un sueldo mínimo mensual de para el sector de $ 8534, y un pago mínimo de $ 44,90 la hora. El último ajuste fue de un promedio de 6%.

El texto está tomado del sitio Espectador.com, por lo que conserva las características originales en su redacción. Los párrafos resaltados son nuestros.

Fuente: http://lagrietauy.wordpress.com