Compartimos la columna de opinión del dirigente nacionalista Hernán Bonilla (Concordia Nacional) bajo el título “Para ganar Montevideo”.

«Una de las principales virtudes de un político es saber interpretar el clima de opinión pública y moverse en consecuencia. Esto no quiere decir que hay que correr detrás de la opinión de la mayoría como si se tratara de una liebre, por el contrario, la acción política debe basarse en definiciones de ideas que deben defenderse más allá de resultados electorales. Pero sí significa buscar las alternativas institucionales y políticas viables para lograr los objetivos que se estiman necesarios.

La única posibilidad de que Montevideo tenga un gobierno como el que merecemos a partir de 2015 es que el Partido Nacional y el Colorado encuentren un mecanismo para sumar votos en la elección departamental. Tan sencillo como eso. No hacerlo es condenar a todos los Montevideanos a vivir en medio de la basura, el tránsito caótico, la falta de iluminación, calles rotas, obras costosas inútiles, en definitiva, en el desastre absoluto que es la administración frentista en la capital.

Las encuestas señalan que los montevideanos aprueban el camino del encuentro para ganar y ese es el que debe transitarse. Con definiciones claras y un programa concreto que nos devuelva la posibilidad de creer que podemos recuperar nuestro departamento y cambiarlo para bien.

Algunas personas contrarias a esta solución señalan la posibilidad de que se desdibujen las identidades partidarias. Si eso fuera posible deberíamos rechazar el camino planteado porque el Uruguay tiene mucho que perder si se pierde el Partido Nacional. La defensa de los derechos del ciudadano, de las minorías, de la libertad individual, de la soberanía nacional, de la autodeterminación de los pueblos, de la democracia representativa y los valores republicanos, que son la razón de ser de nuestro partido, no pueden desaparecer. Por el contrario, deben reafirmarse y la identidad partidaria reforzarse.

Si planteamos el camino junto a los colorados en Montevideo es porque los temas municipales son de una naturaleza totalmente diferente a los nacionales. Un gobierno departamental no tiene que ocuparse de la inflación, no legisla sobre derechos individuales, no tiene política exterior, etc. Lo que sí tiene que hacer es administrar bien un presupuesto para lograr brindar los servicios esenciales que son de su exclusiva competencia que es dónde el actual gobierno falla miserablemente.

El Partido Nacional y el Colorado seguirán siendo dos partidos distintos y competidores en lo nacional y categóricamente debe rechazarse todo acuerdo para formar un solo lema, y ni hablar de la siempre fracasada política de fusión. Somos distintos y lo seguiremos siendo, aunque también en lo nacional, llegado el caso, habrá que encarar la restauración republicana luego de los gobiernos del Frente como una tarea de todos.

Otro elemento a tomar en cuenta es que en nuestro departamento no puede ocurrir como en otros del interior que una corrida de votantes decida la elección. Aunque un partido tradicional le saque ventaja a otro, un porcentaje importante seguirá votando a su partido y la victoria opositora se vuelve imposible. Dividirnos es asegurar la derrota.

En definitiva, se trata de ser pragmáticos pero no sólo para ganar una elección, sino para darle a los montevideanos un buen gobierno. Hay que analizar con detenimiento cuál es la mejor opción, pero teniendo presente que votando separados estamos fritos. Y en Montevideo, luego de un cuarto de siglo de debacle, es evidente que es hora de cambiar».