El ilustrador Alfredo Soderguit ha dejado encantados a los alemanes con su filme “Anina”; basado en la novela de Sergio López Suárez.

El incipiente cine de animación uruguayo ha recalado en la Berlinale con “Anina”, el primer largometraje de Alfredo Soderguit, basado en la primera y de momento única novela de Sergio López Suárez, para la que el director ya hizo las ilustraciones.

El filme, que es uno de los candidatos al premio a la mejor ópera prima, es un viaje lleno de fantasía por el mundo de la protagonista, Anina Yatay Salas; una niña de diez años de la que algunos compañeros de la escuela se burlan porque tanto su nombre como sus dos apellidos son capicúa. Un día durante el recreo, Anina y Yisel se enzarzan en una pelea y ambas tendrán que responder con un castigo fuera de lo común ante la directora del centro.

“Este tipo de obra es la razón por la que yo elegí ser ilustrador, esto es lo que estaba esperando, lo que estaba queriendo hacer”, aseguró ayer en declaraciones a la agencia Efe, el director del filme al explicar cómo recibió el encargo, por expreso deseo del autor, de ilustrar la novela y lo que sintió cuando la tuvo entre sus manos.

Para Soderguit, el libro “rápidamente se volvió muy personal”, se lo apropió y trabajó la ilustración “en un sentido muy simbólico en puntos clave. Sergio quedó encantado, le gustó mucho, y le dije: ‘un día vamos a hacer algo más con esto, esta historia es preciosa y da para un desarrollo visual casi como hasta para una película’”, recuerda.

Lo que fue “sólo un comentario, un deseo en ese momento” se convirtió con el tiempo en un proyecto, que comenzó hace unos nueve años y para el que el escritor Federico Ivanier desarrolló un guión con el que “recompuso” la historia “como pensando en una película”, lo que dio comienzo a “un camino a escala latinoamericana”.

Palabra del autor

“Es una película de bajo presupuesto, pero nos gusta decir que es un camino muy virtuoso en el sentido de que las relaciones humanas con toda la gente que se involucró se fueron estrechando más y más, todo el mundo aportó mucho cariño al proyecto y se fueron dando pasos con mucha paciencia y teniendo buenos resultados en todo”, afirmó.

Según Soderguit, “hay muchos aspectos que hay que cuidar y que no necesitan de esas megaproducciones”, pues “el lenguaje no depende de los superpresupuestos”; aunque un buen presupuesto siempre ayuda porque es necesario.

Según el director, la de la animación es “una industria muy pequeña”, no sólo en Uruguay; aunque en Argentina en los últimos años se han hecho varias cosas, precisó, “algunas con proyección un poco más comercial, como tratando de entrar en la industria más grande, otras más de autor, algunas cosas para televisión”.

“Uruguay es un país con un mercado muy chico, es muy difícil apostar al mercado interno. Pasa casi con toda la creación intelectual, que si no sale casi que queda allí en un espacio muy pequeño, somos tres millones de personas en todo el país”, señaló.

Por eso, la participación de “Anina” en la Berlinale, dentro de la sección Generation, dedicada al público infantil y juvenil, es una “satisfacción” y supone un reconocimiento “muy bienvenido”, pues “es la mejor manera para que la película comience su recorrido por el mundo”.

Las más bonitas imágenes

Alfredo Soderguit es un ilustrador con altísimo perfil en su país natal.

Trabaja en esa tarea, especialmente dedicado a la literatura infantil, desde hace más de 10 años, para editoriales como Santillana y Sudamericana. Ha ilustrado más de 30 títulos publicados en Uruguay; y algunos en Argentina y Noruega.

Ahora se lanza al fílmico con los mismos rasgos con los que ha sabido seducir al papel.

Fuente: www.losandes.com.ar