La Biblioteca Nacional tiene previsto abrir en abril una librería para venta de libros de producción propia y de autores nacionales o extranjeros que se refieran a Uruguay.

Así lo adelantó su director, Carlos Liscano, quien confirmó que este año continuarán los trabajos de recuperación del antiguo edificio que custodia más de un millón de documentos, colecciones de arte y archivos de escritores uruguayos.

Liscano sostuvo que este año se continuará con las obras de recuperación del edifico, que incluyen el cambio del sistema eléctrico y la colocación de dos ascensores que comuniquen todos los pisos, en particular la sala Vaz Ferreira, hoy inaccesible para los usuarios que utilizan sillas de ruedas. Las reparaciones y reformas están demandando una inversión promedio anual de 11 millones de pesos.

Recuperación de edificio

El jerarca adelantó que la Biblioteca Nacional está realizando, junto a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (UdelaR), un estudio de la resistencia de la estructura del edificio que es esencial para poder instalar equipos más pesados en los pisos. Se estima que en dos meses tendrán el diagnóstico.

Al mismo tiempo, se continúa con la instalación del sistema de señales del edificio en un convenio con la Facultad de Arquitectura. La recuperación del edifico está acompañada de la mejora en el equipamiento y modificación del mobiliario, por ejemplo, el cambio de estantes fijos por estantes corredizos.

El jerarca advirtió que la Biblioteca Nacional tiene “50 años de atraso” en relación a las reformas edilicias.” Ahora el edificio, por ejemplo, tiene aire acondicionado central, que no tenía hace años porque no se reparaba. Nos llevó una inversión de 600 mil dólares y un año y medio de trabajo pero ahora lo tenemos, no solo para darle confort al usuario, sino también para proteger los materiales, ya que el aire absorbe el polvo del ambiente”.

Informatización e investigación

En lo que refiere a la actualización tecnológica, se continuará este año con la informatización de los documentos, colocación de cámaras de video e instalación de alarmas en el edificio para cuidar el acervo de la Biblioteca Nacional.

Uno de los objetivos principales de esta gestión es el fortalecimiento del departamento de Investigaciones que cuenta con una veintena de investigadores asociados de siete países.

“Nos importa mucho el fortalecimiento del departamento de Investigaciones ya que nuestros usuarios son muy calificados: investigadores de historia y literatura, periodistas, docentes universitarios, empresarios, legisladores, más los investigadores que vienen al archivo literario”, detalló Liscano.

Estímulo a la lectura

La Biblioteca Nacional lleva adelante políticas “de extensión” concentradas en las escuelas rurales. En ese marco, personal de la institución visita cada año 150 escuelas rurales, entregando libros como estímulo a la lectura y apoyo al maestro.

También realiza préstamos a distancia para docentes y futuros docentes del interior del país; la biblioteca paga el envío y reenvío de los materiales a través de un convenio realizado con el correo estatal.

En otro orden, Liscano adelantó que este año se elevará un proyecto de ley en el que trabajan la Biblioteca Nacional, la Dirección de Cultura del MEC y el Archivo General de la Nación sobre el universo del libro. El proyecto implica cambios importantes en la regulación del libro, el depósito legal, el pago de tasas de despachantes de aduana y el estímulo a la producción de libros.

Fuente: Presidencia de la República.