El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) de Uruguay, Ernesto Stirling, dialogó con ECONOMÍA & FINANZAS sobre la dinámica del sector en su país. Reveló que hay un estrecho trabajo entre el Estado, los industriales y los productores.

FAUSTO MANRIQUE.

Diario del Huila, Neiva.

¿Cuáles son los indicadores arroceros de Uruguay?

Uruguay es un país muy pequeño. Son 187.000 kilómetros cuadrados, 3’000.000 de habitantes, pero tiene una producción arrocera muy interesante que es casi 100% exportadora.

Los uruguayos no consumimos arroz, es muy poco, solo 14 kilogramos por habitante, más o menos, al año. Eso es muy diferente a Centroamérica, el norte de Suramérica, el Caribe y, sin duda, los países de Oriente.

¿Qué es lo más destacado del sector en su país?

El arroz uruguayo se destaca por su calidad, alta productividad y por integrar un sistema de cultivo del cereal en combinación con la ganadería. Es decir, que es un sistema productivo de bajo impacto ambiental, que cuida los recursos naturales y de esa forma se produce un grano que se comercializa en el mundo.

Usted dice que casi todo el arroz que cultivan es llevado al exterior, ¿quiénes son sus socios comerciales?

Hay más de 60 destinos para el arroz de Uruguay, en tres países se concentra cerca del 70 por ciento de las exportaciones.

Se exporta el 95 por ciento de lo que se produce y los mercados más importantes han sido Irak, Perú, Brasil y la comunidad Europea. De esa forma, los precios que recibe el productor son los del mercado internacional.

¿Cómo es el trabajo entre los productores e industriales?

Nuestro sistema es muy particular, los productores tenemos contratos con los molinos, todos los productores tienen el mismo tipo de contrato. Estos compromisos son negociados por los molinos con la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) y de esa forma, a través de las declaraciones juradas de las exportaciones se tiene un seguimiento de cómo se está vendiendo nuestro producto.

Al final de las ventas, después del año, es que el productor cierra el ciclo, se hace el promedio de ventas, se descuenta el costo industrial y la utilidad de la industria y eso es lo que recibe el productor.

¿A los cultivadores les va bien con este sistema?

Nosotros tenemos una sola siembra que es de septiembre a noviembre y se cosecha entre marzo y abril. Al 30 de junio de cada año, después de cuatro meses de comercializar los molinos, generalmente ya está el 40 o 50 por ciento de las ventas, es decir, la mitad del arroz vendido y que se negocia con los molinos a un precio provisorio que después se ajusta al final, cuando se termina de vender todo el arroz. Es decir, que el productor recibe casi el 90 por ciento del precio de su producto a los tres meses de terminada la cosecha. El productor lo entrega con una humedad del 21% y los molinos se encargan de secarlo enseguida para mantener la calidad.

¿Cómo trabajan los arroceros uruguayos para tener buena productividad?

Uruguay vende variedades y eso tiene un sistema de calidad además con control de algunos herbicidas y fungicidas que no se usan. Al estar en un clima templado, la productividad es mejor y se realiza una sola siembra al año, eso por el clima, ya que estamos muy al sur y la época de mayor calor y mejor radiación incluye los meses de diciembre, enero y febrero, que es cuando el arroz ya está en la etapa reproductiva y después se termina de cosechar entre los meses de marzo y abril.

Ahora estamos en plena cosecha, ya debe estar listo por lo menos el 30% de las 175.000 hectáreas que se siembran anualmente, siendo variable, a veces de acuerdo con las precipitaciones, ya que es un cultivo 100% regado, pero más de la mitad del área se riega con represas que reciben el agua de lluvia.

¿El área se ha mantenido o se reduce de acuerdo con las condiciones climáticas?

El año pasado fue un periodo más seco, con menos precipitaciones. El área bajó unas 10.000 hectáreas porque las represas no tenían agua y no se puede sembrar sin este elemento vital. El resto del agua proviene de ríos, lagunas o arroyos.

¿Cuál es el papel del Estado en el fomento de este cultivo?

Nosotros no recibimos subsidios del Gobierno. En lo que hacemos énfasis es en trabajar con políticas junto con la industria, de manera que ganen las dos partes y con el Estado como palanca de desarrollo hacia proyectos de reconversión de riego, de combustible fósil a la energía eléctrica, y que los productores compartimos el pago con el Estado, ya que ellos también tienen interés de llegar con el servicio de energía eléctrica a determinadas zonas y además, con carreteras, con caminos que los financiamos entre las dos partes.

Ustedes son casi 100% exportadores, ¿tienen un problema de revaluación similar al colombiano?

Hoy, el costo de producir una hectárea de arroz en Uruguay es muy alto y los precios internacionales del producto hace cuatro años que se mantienen. En la cosecha del año pasado y en la que estamos recogiendo ahora las cifras van a resultar muy ajustadas, en esto hay productores que pierden y otros que ganan, pero creemos que con la apreciación de la moneda, muy parecido al caso de Colombia, y con el alza de costos que estamos teniendo año tras año, alrededor de US$100 por año, las cosas se están dificultando.

En estos momentos estamos en una encrucijada de no saber cómo seguir hacia adelante porque los productores están perdiendo dinero y sin una perspectiva de baja de costos, es difícil pensar en el futuro.

¿Cuál es el promedio de hectáreas por productor de arroz en Uruguay?

El promedio de las 175.000 hectáreas son 330 hectáreas por productor; hay más de 500 productores, es un número relativamente chico, pero con un área grande que se ha ido incrementando, justamente por tener costos altos.

¿Y en su caso?, porque usted también es arrocero…

Yo siembro 400 hectáreas y hago una rotación con ganadería, que es el sistema de producción en Uruguay. Detrás del arroz se siembran praderas artificiales para el engorde del ganado y de esa manera se obtiene un arroz con bajo impacto de agroquímicos o fitosanitarios, de manera que Uruguay llega a diversos mercados con precios diferenciales, justamente por esta ventaja.

Fuente Contenido: www.diariodelhuila.com

Fuente Imagen: www.novarroz.pt