“Tal parece que el siglo XXI quiere emular lo que fue y significó en la historia el devenir del siglo XX, tanto en el ritmo medio como en la amplitud y la profundidad del cambio social, económico-técnico y político.

En apenas 20 años el mundo ha pasado del calor al frío y de vuelta al calor de la lucha de clases. Qué lejos esta hoy aquel planteo de Fukuyama presentando al capitalismo como el fin de la historia. Qué relativa es la hegemonía del imperialismo frente al ascenso de la lucha de las grandes masas en el mundo, frente a los grados de unidad, organización y perspectivas de poder que se van conquistando. Es el resultado de la crisis del imperialismo, de la destrucción de cuantiosas fuerzas productivas en aras del interés del gran capital financiero y su necesidad de sostener a como de lugar la tasa de ganancia; es la síntesis de cuadros de miseria y hambre agudos de multitudes; mientras se asistía y se asiste al enorme despilfarro de recursos naturales y materiales por parte de ínfimas minorías. Pero es también el resumen histórico de años y años de lucha contra el neoliberalismo, la política del Imperialismo. Experiencia de los pueblos cuyas enseñanzas se proyectan como verdadera espada de sabiduría para hacerle frente a las exigencias de esta nueva y elevada etapa de la lucha por ser libres.

América Latina es viva expresión de ese nuevo mundo que está naciendo al calor de la lucha de clases. Al calor de la lucha contra la oligarquía financiera mundial y local, contra el imperialismo parasitario y agonizante.

Todo avance (por mínimo que éste sea) logrado por los gobiernos democráticos, progresistas, antiimperialistas y socialistas de la región son el primer resultado esencial de este nuevo cuadro de movilización continental y mundial. Por cierto que hay contradicciones internas, entre ellas, las que surgen de los desencuentros de las burguesías de la región, dadas las mezquindades y apetencias, las que surgen de la amplia alianza policlasista que surca los frentes populares y que van desde la burguesía nacional al proletariado clásico. Las viejas luchas entre los que quieren edulcorar al sistema y los que queremos sustituirlo por el socialismo, visiones que surcan el qué hacer en el Estado, en cuanto al papel del movimiento, de los partidos, de la relación con el imperialismo, etc., etc. Pero lo esencial no puede perderse frente a la adversidad, la frustración y la desidia del día a día. La unidad y lucha de los pueblos es la base para el avance en la transformación económica, social y política en un sentido de progreso y deliberación nacional y social.

Al imperio le interesa la división. La derrota de cada experiencia de cambio particular y la sumisión de América en general.

Los resultados en Venezuela eran fundamentales para confirmar las tendencias. Tendencias que hablan de revolución y de contrarrevolución.

 

Lo fundamental: hay chavismo después de Chávez. Maduro, un obrero, un hombre sencillo, es el nuevo presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela. Aún después de su partida, Chávez y el chavismo, siguen generando tempestades de las buenas, esas que provoca el verdadero cambio social, la revolución.

La provocación fascista del imperialismo y de la oligarquía venezolana encabezada por “caprichito” Capriles pretenden empañar y desvirtuar los verdaderos hechos, a la vez que buscan aislar al gobierno bolivariano y avanzar con su -ya a estas alturas– histórico método: el terrorismo y el golpismo. En 2002, cuando el golpe de Estado oligárquico (mediático y patronal) en Venezuela contra Chávez, Capriles comanda un asalto a la Embajada de Cuba. En 2013, después de más de una decena de elecciones democráticas a favor del Chavismo, ya no vale lo que la mayoría decide. Ahora hay que fomentar la intriga y el golpismo como método. Desde estas páginas de Liberarce decimos: No al terrorismo contra el pueblo y el Gobierno Bolivariano de Venezuela. Toda nuestra solidaridad.

Por cierto que hay dificultades y que el papel de la personalidad en la historia existe, pero por ello, por saber estar a la altura, por asegurar la continuidad del proceso revolucionario –cuando a muchos le gustaría que abdicara de esa ruta- la figura de Maduro se enaltece, como el pueblo que frente a la provocación, los incendios y los muertos, viene respondiendo con amplitud, disciplina y organización.

En cuanto a las deficiencias e insuficiencias del propio proceso de gobierno bolivariano, que tire la primera piedra el que este libre de pecados. Hay que analizarlas con rigor metodológico, las propias y aquellas que coinciden con lo que pasa en cada uno de nuestros propios países, para lograr mayor conciencia sobre los problemas y sacar enseñanzas para poder superarlos.

Hay una lucha global y continental por subordinar los recursos naturales, materiales, económicos, técnicos a las necesidades de las grandes masas frente al poder del imperialismo y de la oligarquía financiera mundial. Y el Uruguay no escapa a ella.

Será lo que quiera nuestro pueblo, junto al resto de los pueblos oprimidos de nuestra América y del mundo.

Estos años son testigo de la lucha del movimiento obrero y popular por intentar desmontar el viejo modelo de plaza financiera y de servicios que nos legara la dictadura fascista. Se avanzó en las conquistas de más libertades y derechos sociales. Aunque en general las reformas apenas se esbozan, sin clara dirección muchas veces y con claros retrocesos otras veces. En la economía hay una clara lucha entre lo viejo y lo nuevo, a la hora de discutir producción o salario.

Una de las cosas en que se avanzó en parte es el salario. Sin embargo, aún es insuficiente, más que medirlo solamente en relación a la crisis del 2002, o de medirlo en relación a convenio y convenio en porcentajes, hay que medirlo con respecto a lo indispensable para vivir: la canasta básica familiar. Según Búsqueda, la misma hoy está en los $48. 456,según un estudio realizado por Liberarce (ver página 3) la misma ronda los$62.407.

Para hacernos una idea del mapa salarial actual conviene saber que: según un estudio sobre salarios del 2011 realizado por el Instituto Cuesta Duarte publicado en Trabajo y Utopía (órgano de prensa del PIT-CNT), en julio de 2012, había 744.000 “diezmilpesistas” (se considera así a quienes cobran menos de 10.000 pesos). De ellos, 228.760 no llega a cobrar $6.000, un 14% del total. El 63% de los ocupados que ganan menos de$6.000 no tienen seguridad social. También se dice allí que 905.082 trabajadores formales e informales estarían cobrando menos de $14.000, el 57%. Por otra parte los trabajadores cuyos ingresos están por debajo de los 20.000 pesos son 1.164.910, siendo un 73% del total. Casi el 40% de las mujeres ganan menos de $10.000, unas 208.207. El 82% de los jóvenes menores de 25 años no llega a los $14.000, unos 153.976.

Este modelo capitalista necesita de salarios sumergidos para funcionar como regla general. En tanto no se cambie la lógica de subordinar la economía al aseguramiento de la tasa de ganancia del gran capital financiero, las expectativas salariales y de ingresos generales del pueblo estarán seriamente condicionadas (por el pago de deuda externa sin alteraciones de condiciones algunas, el no impuestos al capital financiero, el escaso o nulo desarrollo de la industria nacional, ni de la estructura agraria del país, etc.). En ese marco inclusive y no obstante, a la vez que se discute, se toma conciencia y se avanza sobre las soluciones de fondo, el pueblo, los trabajadores deben dar la lucha sabiendo que al hacerlo no sólo estarán defendiendo el derecho a vivir con dignidad sino también luchando por el desarrollo de mejores condiciones de nuestra economía nacional frente a las imposiciones del capital trasnacional. Si en estos años las inversiones principales las ha realizado el Estado como mecanismo de salida de la crisis, los salarios han sido la base del reaseguro estatal y al mismo tiempo la base para el desarrollo de la economía nacional.

Los propios indicadores utilizados por el gobierno hablan del aumento progresivo del PBI en estos años. Del avance en materia de inserción y comercio valorados en exportaciones. Si no hubiese secreto bancario y se pudiese hacer con objetividad un estudio acerca de los ingresos y riquezas de la oligarquía, qué datos interesantes surgirían después de tanta “prosperidad”. La burguesía ha realizado resumen y obtenido ganancias importantes no sólo del trabajo cotidiano del obrero aplicado a la producción en el día a día, sino también del propio marco político general construido con la lucha popular, de las relaciones construidas con el resto de los pueblos de América Latina y el Asia. Pero se niega a compartir. Habla de la inflación como si no tuviese que ver en el remarque de muchísimos precios.

Hay que pensar estratégicamente cómo se abarata la canasta básica familiar avanzando en las reformas estructurales, desenvolviendo la revolución agraria (discutiendo y abordando el problema de la propiedad sobre la tierra y el qué producir) para garantizar una producción de alimentos óptimos a las necesidades de nuestra población, a precios acordes de carnes, frutas y verduras así como otros productos que sean base y sustento de un desarrollo de la industria y el comercio nacional. Avanzando en el desarrollo del sistema de salud, de educación, de seguridad social, etc.

Hoy hay que buscar nivelar la balanza.

Se puede seguir levantando el IRPF a los salarios aproximándonos lo más que se pueda a la canasta básica. Se puede levantar el IRPF a los aguinaldos y licencias vacacionales.

Se puede firmar acuerdos con letra clara y entendible para cualquier obrero.

Se puede tanto en el sector privado como público discutir aumentos salariales en relación a porcentajes serios de recuperación que tengan como norte la canasta básica familiar.

Se puede levantar los salarios más sumergidos pero también hay que contemplar a todos y avanzar en la consolidación de las categorías, jerarquizando y fomentando el conocimiento y el estudio, como vía de mejoramiento salarial pero también de estimulo de la lucha por agregar valor y desarrollar la producción nacional. No hay que olvidar que al salario medio del trabajador la inflación también se lo come, y si cae ese repercute en todo el resto.

El salario del obrero no tiene que estar condicionado a acuerdos de productividad, el salario es lo que por derecho le pertenece luego de su trabajo. Los últimos años demuestran un aumento constante de la producción medido en PBI y en horas hombre, sin embargo eso no se tradujo en un aumento de salario sustancial; y fue y es utilizado más bien como herramienta para poner obrero contra obrero, desviándolo de la lucha central. Si quieren discutir sobre productividad discutamos en realidad sobre producción general del país, propiedad sobre los medios y sobre cómo y qué se produce y para quién pero sin condiciones. El salario tampoco puede estar condicionado a beneficios como presentismo y otros. El salario debe ser el salario y otros son otros como dijera Zitarrosa, en todo caso que se le sumen. También hay que discutir el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de resguardo del obrero, por ejemplo revisar cómo dar cobertura social a decenas de miles de trabajadores informales. Por ejemplo cómo avanzar sobre las tercerizaciones encada empresa y rama de actividad tras que se cumpla con el principio de a igual tarea, igual salario.

Muchas negociaciones ya han comenzado y muchas otras comenzarán. El pueblo y los trabajadores debemos estar unidos clamando por lo necesario al menos para poder vivir decorosamente.

9° aniversario cumple el Nuevo Partido Comunista este 17 de abril y lo hacemos reafirmando todas las razones que nos vieron nacer. Tenemos mucho en torno a lo que escribir, muchas e innumerables cosas en torno a las cuales pronunciarnos. Mucho por lo cual alegrarnos, indignarnos y movilizarnos. A la justeza de las ideas hay que sumarle organización.

Elegimos la fecha del 17 de abril para nacer como Nuevo Partido Comunista, porque fue un 17 de abril (1972) que asesinaron a 8 obreros comunistas. Cada 17 renacerá el partido, ese es nuestro mayor homenaje, continuar su lucha que es la nuestra, por el avance y la profundización de la democracia, por el antimperialismo y el socialismo”.