Por segundo año, el MIEM seleccionó a sociedades de fomento rural con actividad agroindustrial que presentaron proyectos que favorecerán el desarrollo de áreas clave de su actividad productiva. El ministro Kreimerman dijo que la promoción de este y otros sectores se fortalecerá porque el crecimiento del país depende del desarrollo de capacidades nacionales propias.

El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) adjudicó este martes $ 2.500.000 en fondos no reembolsables a siete sociedades de fomento rural con actividad agroindustrial que presentaron proyectos para favorecer el desarrollo de áreas clave de su actividad productiva y fueron seleccionadas a través de una convocatoria realizada este año.

La firma de los convenios, suscriptos por el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, se realizó en la sede de la Comisión Nacional de Fomento Rural, una organización que reúne a alrededor de 20.000 productores familiares de todos los rubros productivos.

La convocatoria a sociedades de fomento rural se realiza anualmente, con el objetivo de impulsar su desarrollo y competitividad, en el marco del Proyecto de Funcionamiento-Fortalecimiento e Implementación de Políticas de Especialización Productiva que ejecuta el MIEM.

Este año, se presentaron siete candidatas, y todas ellas obtuvieron el puntaje necesario para obtener los fondos, según determinó el tribunal integrado por dos integrantes del MIEM y uno de la Comisión Nacional de Fomento Rural.

Promover, informar y coordinar

En su alocución, el ministro Kreimerman dijo que el país trabaja actualmente a través de diferentes mecanismos para lograr que el crecimiento continúe “para todos, con una sociedad más rica y justa”. Uno de esos aspectos, señaló, se vincula a la consolidación de diferentes complejos productivos, que incluyen desde el petrolero –que se está creando-, hasta el de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), el farmacéutico y el alimentario. En todos ellos, explicó el jerarca, comienza a haber masa crítica, innovación, investigación, aumento del Producto Bruto Interno (PBI) y más empresas.

Sin embargo, dijo Kreimerman, la economía tiende a la concentración en grandes conglomerados, por lo que se necesita que el país desarrolle “capacidades nacionales propias” y una “mayor industrialización”. Esta implica incorporar pasos al proceso productivo, como su informatización, y agregar valor, tanto en la suma de mano de obra como en el desarrollo de una producción de mayor calidad.

Para atender estas desigualdades, la política productiva debe “promover, informar y coordinar” con las unidades productivas, para que así avance “el complejo en su conjunto”, afirmó el ministro.

La actual administración procura informar a través del diálogo –como el realizado este martes entre los productores y el ministro, durante la firma de convenios- o la implementación de consejos sectoriales. Asimismo, la coordinación consiste en “poner los instrumentos que hagan que las cosas se desarrollen”, entre ellos una nueva normativa y laboratorios que certifiquen la calidad, indicó Kreimerman.

En cuanto a la promoción de las políticas productivas, el MIEM se ha enfocado a atender las situaciones particulares de sectores que merecen ser impulsados, como las cooperativas, los proyectos de género y las sociedades de fomento rural. Todos ellos tienen en común mucho trabajo incorporado, particularmente el asociativo –que Kreimerman definió como un valor fundamental para el país- y una debilidad relativa frente a las grandes empresas. El ministro afirmó que el éxito de los emprendimientos “nace del esfuerzo de la gente” y necesita, a su vez, apoyo en capacitación y financiamiento.

Kreimerman consideró que el Gobierno debe aportar aún más recursos, ya que a largo plazo el crecimiento y la justicia social “no dependen de las grandes inversiones, sino de las capacidades propias de la gente del país”.

Además, calificó el trabajo emprendido junto a la Comisión Nacional de Fomento Rural, desde hace dos años, como “fructífero” y transparente.

Los representantes de la comisión también ponderaron el vínculo con el MIEM. Su presidente, Mario Buzzalino, dijo que el plan que desarrollan junto a la cartera es una “herramienta necesaria para su sustentabilidad”, que les permite cumplir sus objetivos como institución.

En 2012, nueve sociedades de fomento rural recibieron los fondos no reintegrables del MIEM, y actualmente se encuentran ejecutando sus proyectos. Este año, las seleccionadas fueron la Sociedad de Fomento Rural de Colonia Valdense, la Sociedad de Fomento Rural Migues, la Sociedad de Fomento Rural Castillos, la Sociedad de Fomento Rural Tapia, la Sociedad de Fomento Rural Salto, la Sociedad de Fomento Rural Sin Fronteras y el Centro de Vitivicultores del Uruguay.

Víctor Durán, contador de la Comisión Nacional de Fomento Rural, dijo que el apoyo del MIEM permite cumplir “objetivos clave para el desarrollo” de los –en su mayoría- pequeños productores que componen estas sociedades. Destacó, además, que los montos entregados por el MIEM cubrirán casi en su totalidad los proyectos de desarrollo productivo que fueron seleccionados.

José Mesa, de la Sociedad de Fomento Ortiz, puso como ejemplo su proyecto, seleccionado en 2012: una balanza que permite iniciar el proceso de trazabilidad de la semilla, al generar un código que posibilita rastrear todo su proceso de producción a través de Internet.