Recibimos y Publicamos la Columna del Diputado nacionalista Jaime Mario Trobo.

“El escándalo de PLUNA, que comienza con la subida a escena de Campiani y sus socios, cuando firman el acuerdo con los Ministros de Economía y de Transporte, ante la atenta mirada del Presidente Vázquez en la sede del Ministerio de Economía, ha tenido varias etapas que el gobierno pretende esconder. Ya hemos comentado la habilidad desplegada por el FA para «desinformar» a la población intentando cambiar el eje de los hechos, cosa que han logrado en varias ocasiones.

Muchas de las propuestas que ha planteado Mujica, que se han consumido en si mismas, o porque constituían simples «bolazos» o porque no había verdadera voluntad de realizarlas, aparecieron y aparecerán para distraer la realidad, evitar que una torpeza o una desidia machaquen al gobierno y al Frente Amplio. Mujica ha sido un líder anestesiando a la opinión pública, pero eso tiene un límite, y a la vista de las encuestas, ese liderazgo se resquebraja. Solo le queda el «cotilleo» internacional, que se queda en la epidermis de los temas y le reconoce dotes, atributos y méritos fuera de lo común, cuando esto último sería muy bueno para el interés del País y su gente. Sería preferible un Presidente común, preocupado seriamente por los problemas de sus conciudadanos, ocupando su tiempo en liderar su resolución, y no un exótico comentarista de la realidad que confiesa su sorpresa e incapacidad ante elementales problemas de gestión, más aún ante los temas de trascendente diseño como la educación.

En estas horas se pone en marcha otra operación de distracción. Mujica, que indiscutiblemente condujo con torpeza, voluntarismo y frivolidad acordando con Lorenzo y Calloia, seguramente asistido por Astori y conversando con Tabaré Vazquez, intentará salir indemne del enchastre político que surge de los procesamientos de los Campiani y sus altos funcionarios de gobierno que le aseguraron «indemnidad», le perdonaron sus zafarranchos y le permitieron jugar con la confianza de la gente. Las

órdenes que impartió el Presidente, por más que Lorenzo y otros tantos pretendan ocultarlo con códigos de silencio que son habituales en actividades subterráneas, o por lo menos su acuerdo para las prácticas desarrolladas le adjudican una responsabilidad que no debe eludir. Así actuaría el líder que ven los extranjeros si realmente su lente no generara distorsiones. Pero eso no es así, porque salvar al Presidente de la gaffe también supone, al menos intentar, salvar a Vázquez y al Frente Amplio.

Ahora la operación que se pone en marcha versa sobre la ocurrencia de

«errores», denominando así la sangría de más de 200 millones de dólares, que son consecuencia directa de las decisiones de Vázquez y Mujica y sus equipos de mayor cercanía y confianza. Errores tan banales y frívolos como, contratar un «gestor» y pagarle cientos de miles de dólares para que consiguiera a Campiani asegurar la garantía del estado con bienes del patrimonio (como el Hotel Argentino de Piriápolis) para un gasto de cientos de millones de dólares en la compra de aviones.

Asistir al vaciamiento de PLUNA (como lo revela el Senador Socialista Daniel Martinez) cosa que sabía Vázquez, Mujica, Astori, sus Ministros y jerarcas y la totalidad de la bancada de legisladores.

Calificar como ordenada y creativa la desvinculación de Campiani al que se le paga un abultado despido y se le ofrece » indemnidad», la que intentará reclamar si es perseguido patrimonialmente por su pésima gestión para el país y no tanto para él.

Practicar la ya clásica soberbia mayoritaria impulsando y aprobando sin análisis responsable una ley que sustrajo a los legítimos acreedores las garantías de sus créditos contra Pluna.

Practicar la habitual demagogia obrerista diciendo que todo se hacía por los trabajadores, cuando en realidad lo que intentaban era controlar la presión de la olla de reclamos angustiados de cientos de uruguayos que de un día para otro se quedaron sin trabajo, y miles sin sus pasajes ya pagos y facturados por la empresa.

Y las cosas no quedan aquí, porque el culebrón del remate, que a nadie hacen creer que no fue una puesta en escena preparada como engañifa al pueblo, con el sainete del aval, y las decisiones de Lorenzo, Calloia & cía., se han sumado como agravantes de una actuación continuada de gobierno que empieza con Tabaré y continúa con el Pepe.

Es tan grave lo que ocurre que si en realidad los dos principales responsables ejercieran liderazgo, se pondrían por delante del problema, asumirían sus responsabilidades ante el pueblo y con ello toda la carga que un hombre público de tal jerarquía debe soportar.

¿Y Tabaré, dónde está?”.