El ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, y el presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay, Álvaro Queijo, expusieron en el ciclo de conferencias “Agenda para potenciar al Uruguay competitivo”, organizado por la Liga de Defensa Comercial (Lideco), donde analizaron diversos elementos que hacen a la potenciación del Uruguay competitivo.

El ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, y el presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay, Álvaro Queijo, expusieron en el ciclo de conferencias “Agenda para potenciar al Uruguay competitivo”, organizado por la Liga de Defensa Comercial (Lideco). El encuentro se desarrolló este martes en la sede de la Unión Postal de las Américas, España y Portugal.

En su presentación, el ministro repasó las herramientas que la actual administración utiliza para promover la competitividad, uno de cuyos pilares es el factor productivo. El jerarca afirmó que la “potenciación del Uruguay”, con una mirada a mediano plazo, es un objetivo permanente para el Gobierno, ya que implica transformar el crecimiento económico –que en el país ya alcanza una década- en verdadero desarrollo, un proceso de “verdaderas transformaciones estructurales” que solo alcanza al 10% de los países que viven épocas de bonanza económica.

El ministro explicó que para lograr ese desarrollo y “potenciar el Uruguay”, se requiere apuntar a la estabilidad macroeconómica, el capital humano y social y la fortaleza del sistema productivo. Todos estos factores son imprescindibles y conforma un sistema, explicó Kreimerman.

Entre las herramientas desarrolladas para fortalecer el sistema productivo, citó las políticas específicas para las cadenas productivas (entre ellas, la creación de 19 Consejos Sectoriales Tripartitos); la inversión e innovación productiva con beneficios fiscales (ámbito en el que se incluye el Fondo Industrial); la inversión en infraestructura logística; la apertura y diversificación de mercados (sin descuidar la importancia del mercado interno); la integración regional e inserción internacional (se trabaja especialmente en acuerdos con Brasil); la conexión y el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC); y la disminución de costos energéticos.

Respecto a este último punto, Kreimerman recordó que los costos han disminuido en los últimos años, y auguró que disminuirán aún más, particularmente debido a la menor variabilidad energética que se consolidará con la apuesta a la diversificación de la matriz, de la mano de los emprendimientos eólicos y la planta regasificadora, entre otros puntos. Asimismo, el ministro también señaló que la industria se transformó en el primer consumidor de energía del país entre 2006, año en que pasó a superar al transporte y las residencias.

El secretario de Estado también subrayó los trabajos realizados en el área de las inversiones (incluyen el nuevo régimen de inversiones, la promoción de cinco sectores específicos, la apuesta a los parques industriales y el Fondo Industrial) y en el respaldo al sector de las micro, pequeñas y medianas empresas, entre ellos el Programa de Desarrollo Local, el apoyo al patentamiento, los subsidios para la reducción de tasas de interés para la renovación tecnológica y la profundización de los programas de desarrollo de proveedores.

A esto se suma la creación del Centro Agro Industrial Mecanizado de Excelencia y el Centro de Extensionismo Industrial.

Más capacidades

Kreimerman repasó algunos números del sector productivo en los últimos años, desde las tasas de crecimiento del Producto Bruto Interno hasta la cifra de exportaciones, que el año pasado se situó en los 10.000 millones de dólares para los bienes y en alrededor de 3.000 millones para los servicios. Agregó que esto ocurre en un contexto de diversificación de destinos y productos –clave para sortear futuras crisis-, que también fue señalado por el presidente de la UEU como algo positivo. Asimismo, el 70% de las exportaciones son de origen industrial (la mitad de ellas, basadas en las materias primas del agro).

El ministro añadió que la base de la política industrial actual es, además de la diversificación, la apuesta a más tecnología (tanto en los productos como en los procesos) y más valor agregado en las distintas cadenas. “Lo fundamental es el desarrollo de capacidades propias”, definió el jerarca, ya que, entre otras cosas, se trata de un pilar de la creación de más puestos de trabajo.

Kreimerman también analizó el aumento de las inversiones y los datos aportados por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) este mes, que entre otras cosas señalan que Uruguay es el segundo país en América Latina en crecimiento industrial, por detrás de Argentina.

Por su parte, Queijo ofreció un panorama internacional, en el que describió a 2014 como un “año bisagra”, y luego se centró en la realidad el Uruguay. Después de repasar diversas cifras, particularmente vinculadas a las exportaciones, el presidente de la UEU ofreció un balance en el que señaló como aspectos positivos de nuestra realidad actual el trabajo que se realiza en el ámbito energético, la estabilidad macroeconómica, la recuperación salarial, el PBI en alza y la mejora de la deuda, entre otros.

Como contracara, se refirió al deterioro fiscal, la necesidad de contar con más inversiones, la pérdida de competitividad y los debes en infraestructura, educación y seguridad, entre otros puntos. Afirmó que el próximo Gobierno tendrá como desafíos la mejora de los niveles de competitividad y de los instrumentos de apoyo al sector exportador en momentos de cambios en el contexto internacional.