La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) inaugurará el viernes 24 de octubre, el flamante edificio del Liceo No 33 “Bernardina Fragoso de Rivera” (Camino Carrasco y Lugo – barrio Malvín Norte), el cual alberga a una población de 400 alumnos que son atendidos por 80 docentes.
El acto protocolar, que comenzará a las 15:00 horas, será encabezado por el
Presidente de la República, José Mujica, el Presidente del Consejo Directivo Central (CODICEN) de la ANEP, Profesor Wilson Netto, la Directora General del Consejo de Educación Secundaria (CES), Profesora Celsa Puente, y otras altas autoridades del sistema educativo.
La construcción del nuevo edificio, que fue erigido en el marco del Plan
“ANEP en Obra”, requirió una inversión de casi 38 millones de pesos, que
fueron financiados con recursos presupuestales del organismo.
El moderno y funcional local está dotado de 8 aulas comunes, 3 aulas de
Informática, 2 laboratorios, sala de Ayudante Preparador, 2 salas de
Adscriptos, dirección, bedelía, biblioteca, sala de lectura, sala de video, sala de profesores, cantina y espacios exteriores.
El centro educativo, que cuenta con una matrícula de aproximadamente 400
estudiantes, dicta cursos de Ciclo Básico (1o, 2o y 3o), en dos turnos diurnos extendidos y un turno nocturno, que trabaja en régimen semestral.
La población estudiantil procede en su mayoría de familias de contexto socio-económico problemático, lo cual requiere un esfuerzo adicional de la
comunidad educativa.
En ese marco, el liceo cuenta con un equipo multidisciplinario integrado por una psicóloga y una trabajadora social, que apoyan permanentemente la labor del equipo de dirección.
Asimismo, allí también está instalado el Programa de Aulas Comunitaria, que, mediante un sistema de tutorías, trabaja en actividades de nivelación con los alumnos que presentan las mayores dificultades de aprendizaje para el pasaje de grado.
El Director del centro, Profesor Jorge Catticcia, destacó la articulación entre el equipo de dirección y los demás actores institucionales, valorando también “la actitud colaboración” de miembros que integran la Asociación de Padres del Liceo (APAL).
Al respecto, reflexionó que la tarea cotidiana -que excede al mero trabajo del aula- demanda “el máximo esfuerzo de la comunidad docente” para atender las necesidades de los alumnos, quienes, en su mayoría, “provienen de hogares de escaso nivel cultural”.
No obstante, consideró que la baja matrícula supone en buena medida una
fortaleza, porque permite conocer bien a todos los adolescentes y estar cerca de sus problemas.