Durante el Foro de ACDE, el ministro de Economía, Mario Bergara hizo hincapié en que la próxima administración de gobierno encontrará «una economía en crecimiento» con menos vulnerabilidad fiscal y financiera, una sociedad «más igualitaria» y «más inclusiva con los mejores indicadores sociales de los últimos 30 años».

No obstante, reconoció que todavía «hay cosas que están a mitad de camino» y que son «desafíos». Entre ellos mencionó algunos vinculados a obras de infraestructura, la educación y el capital humano que consideró no deben ser «cuellos de botella para seguir creciendo».

«No todas son rosas. Creo que una reforma inconclusa y que es imprescindible para el corto plazo es la reforma del sector ferroviario y la nueva organización del sector. Hay una estrategia para implementar, pero no se ha podido avanzar al ritmo deseado», reconoció.

Bergara consideró razonable que los uruguayos esperen mejores resultados del sistema educativo teniendo en cuenta el incremento presupuestal de los últimos 10 años, pero dijo que eso implica cambios en las formas de organizar la educación y los procesos de aprendizaje.

«El presupuesto antes de 2005 era paupérrimo y se pasó a tener uno decoroso. Hubo avances y los resultados llegaran en el largo plazo. Solo poner plata no asegura resultados», pero «creemos que era un pre-requisito para tener realmente la oportunidad de tener mejores resultados», puntualizó.

De ahora en adelante, «hay ciertos consensos en materia educativa, que ojalá puedan ir implementándose», añadió.

Bergara también se manifestó a favor de que haya «retoques» en la reforma de la salud (poniendo más énfasis en la calidad de atención) y en temas tributarios que ya son conocidos. El presidente electo Tabaré Vázquez ya anunció que el Impuesto de Primaria deberá pagarse nuevamente por el agro.

Consultado durante la ronda de preguntas sobre las inversiones realizadas por las empresas públicas en el último quinquenio y cómo deberían ser esos planes en los próximos años, el jerarca puntualizó que tanto en el sector energético como en el de telecomunicaciones hubo un «shock» de inversiones que aprovechó elementos del contexto internacional como bajas tasas de interés y «molinos baratitos por España».

Sin embargo, para Bergara ese shock de inversiones «no puede ser permanente». «Esa es la visión que hay tanto desde las empresas públicas como en las futuras autoridades. Creemos haber aprovechado la instancia correcta para hacer estas inversiones y creemos que en estos sectores hay un horizonte de suavizamiento (sic) de inversiones», afirmó.

El gobierno destacó ayer lo que definió como un «cúmulo de reformas estructurales» y de «cambios en las reglas de juego» en varias áreas que se consideran han sido claves en los resultados de los últimos 10 años. En ese sentido, destacó los cambios introducidos con la reforma tributaria y la reforma de las relaciones laborales, que según Bergara llevaron a un «equilibrio» en las relaciones entre empresarios y trabajadores «con mejoras en los ingresos».

Sobre el final, Bergara fue consultado respecto a cuánto tiempo se puede sostener un déficit fiscal de más de 3% del PBI y hacia qué objetivo debería apuntar el próximo presupuesto. «Nunca hemos puesto números objetivos de déficit fiscal. La sustentabilidad se mide por el endeudamiento neto» (que bajó a 23% del PIB), pero eso «no quiere decir que el déficit fiscal deba ser de 3% del PIB en el mediano y largo plazo», respondió el jerarca.

«Contexto incierto», pero «preparado».

Durante su presentación, el jefe de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía (MEF), Andrés Masoller, destacó que «la inversión está en un récord histórico (representa el 24% del Producto Interno Bruto) y se destaca en la comparación regional» con un dinamismo «muy diferente», por ejemplo a la situación de Brasil.

El funcionario destacó que la reforma en el régimen de promoción de inversiones dio un impulso «muy grande» a la inversión privada. Desde su aprobación en 2007 y hasta noviembre de este año se promovieron 4.300 proyectos por US$ 11.500 millones.

Otro instrumento que fue «motor» fue la inversión en régimen de zona franca que totaliza unos US$ 4.000 millones en los últimos cinco años. A eso se sumaron los incentivos fiscales por sectores productivos.Según Masoller, aunque la competencia por atraer capitales «será más intensa», en un escenario internacional «más incierto», Uruguay está «muy bien posicionado para seguir atrayendo inversión».

Por otra parte, Masoller subrayó que la productividad total de los factores creció 3% (promedio anual) en la última década, más del doble de lo que crecía en los 90. El funcionario remarcó que «el desafío es seguir consolidando esta tendencia de aumento de la productividad» en los próximos años.

También mencionó como una clave para el próximo período de gobierno la mejora en las condiciones de acceso a los mercados internacionales. «Estamos frente a una década ganada en el largo camino al desarrollo» ya que se dieron «transformaciones importantes», concluyó Masoller.

 

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