mujer03Compartimos la columna de Diego Pereira pereira.arje@gmail.com en referencia al 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.

“Desde hace días estamos viendo a través de los medios de comunicación un sin fin de mensajes y propagandas acerca del día de la mujer. Desde las más nobles campañas y voluntades acerca de la importancia de la mujer en la sociedad de hoy y de siempre, de la lucha por sus derechos aún no reconocidos, hasta los más ricos perfumes o prendas de vestir para ‘esa mujer importante en tu vida’, seguimos promoviendo las fiebres pasajeras de un mundo que cada día más, inventa días especiales para acontecimientos que, siendo importantes, pasan a tener una sección espacial y temporal, pero también un costo y una materialidad, que cada vez más se alejan de lo que verdaderamente son. Quiero decir que tener un día en el año donde reconocer el día internacional de la mujer como escusa para enviar mensajes, hacer un regalo, realizar una llamada, escribir un lindo mensaje en las redes sociales, a esa o esas mujeres que son las columnas fundamentales, no sólo de una familia, sino de la sociedad, es seguir en el juego de las mentiras del mundo machista en el que vivimos. Junto con el día del niño, el día del padre, el día de la madre, el día del abuelo, el día del trabajador; es un día más donde la conciencia opresora que todos cargamos busca un día en el año donde aliviar su carga, ya que en el día a día de la vida somos cómplices de los atropellos que sufren los sujetos recién nombrados, donde sabemos lo poco que hacemos por ellos.

Pero el mundo está cambiando y se están logrando grandes avances en la defensa de los derechos de las mujeres. Creo que la historia está dando un vuelco muy grande y cada cosa está volviendo a su lugar. ¡No porque el hombre así lo quiere, sino porque la naturaleza es sabia y poco a poco la mujer está retornando a ese lugar que le corresponde por ser quien es: mujer. Nos lo recuerdan las mujeres presidentas de 19 países en el mundo que, aunque sean apenas el 10% del total, son un gran signo de estos tiempos. También en nuestro país cada vez son más las presencias femeninas dentro del aparato político, ocupando lugares importantes de poder. En una cultura donde predomina la ideología machista -tan promovida y expandida por Freud y el psicoanálisis- no podemos olvidar la cuota de culpabilidad que todos tenemos por ser cómplices de un sistema que sigue viendo a la mujer como un objeto a poseer, como quien debe rendirle cuentas al hombre, como quien debe obedecer. Pero esto, poco a poco, está cambiando.

¿Qué lugar tiene la mujer en la propuesta de Jesús? La mujer en el ‘plan de gobierno de Jesús’ es el puntal fundamental donde, no sólo los hombres se sostienes sino que es el punto de referencia para la gestión religiosa, económica, social y política. En las enseñanzas de Jesús siempre aparecen ejemplos que involucran a las mujeres a través de las cuales Jesús ofrece una oportunidad para ver la importancia que tiene ante los ojos de Dios. Sea de manera positiva: el actuar de la mujer en momentos claves de la vida social (la mujer que amasa el pan que es el alimento fundamental de la familia, en Mt 13,33);  o de manera negativa: la mujer adúltera -mal vista socialmente y que merecía la pena de muerte- que Jesús recibe y perdona sin ninguna duda (en Jn 8,1-12). Capítulo por demás aparte es la presencia de las mujeres en los momentos agónicos de Jesús: la que seca su rostro en el camino al Calvario (según la tradición es la Verónica), las que están a los pies de la Cruz (Jn 19,25) junto al apóstol Juan. También son las mujeres las primeras en recibir la presencia de Jesús resucitado (Lc 24,1-11) y son las encargadas de llevar el mensaje a los apóstoles. La pregunta acerca de porqué Jesús elige hombres para ser apóstoles y no mujeres, muchos las responden argumentando que las mujeres judías del momento eran prisioneras de las ideas de la cosmovisión judía, extremadamente machista. No estaban preparadas para tal encargo. Pero hoy eso ya no es así.

Hace poco escuchaba en una conferencia que, de las tres instituciones que promueven aún hoy el machismo, una es la religiosa. En el caso de las otras religiones no puedo arriesgar tanto, pero sí puedo decir algo de la que soy parte: la Iglesia Católica. Recién con el Papa Francisco se está cuestionando el lugar y papel de la mujer en la iglesia, como la que sigue las enseñanzas de Jesús y que debe colaborar en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Las mujeres aún no tienen parte activa dentro de la estructura jerárquica eclesial, no ocupan puestos de poder, no están en las grandes decisiones, y más aún, siguen siendo vistas como en “segundo lugar”. Los hermanos anglicanos son los que han avanzado más en este tema ya que, a veinte años de la ordenación sacerdotal de mujeres, en el 2014 aprobaron la ordenación de mujeres como obispos, pastores de rebaños. Esto también es uno más de los “signos de los tiempos” donde se sigue viendo la importancia de la mujer en todos los ámbitos de la vida humana, y la necesidad de su voz y su aporte específico en la construcción de una nueva humanidad.

Para terminar me surgen algunas preguntas: ¿son nuestras prácticas políticas tan democráticas como creemos, cuando la mujer sigue siendo tratada como un objeto más del mercado? ¿Son nuestras creencias y doctrinas religiosas tan verdaderas, cuando seguimos promoviendo una desigualdad de género en el seno mismo de nuestras instituciones? ¿Hasta cuándo podremos seguir sosteniendo el mensaje de Jesús como el liberador cuando seguimos siendo esclavos de la ideología machista que baña todas nuestras teorías y prácticas religiosas? Son tantas las preguntas como las que el lector puede sumar. En fin, la cuestión es trabajar desde lo que podemos hacer para que no exista “el día de la mujer”, sino que se valore más justamente a la mujer en el día a día, en el trabajo, en la calle, en la sociedad toda. Es un necesidad en primer lugar”.

Fuente Imagen: http://www.amnypdelsur.org