Ante la decisión judicial de retirar de los centros educativos los carteles estudiantiles contra la militarización social, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (SINTEP), pone en conocimiento de los medios y por su intermedio a la opinión pública en general, las siguientes valoraciones:

1) Manifiesta su discrepancia con el fallo de la jueza que ordena el retiro de los carteles que los gremios estudiantiles colocaron en sus respectivos centros de estudio, expresando una postura crítica respecto a la iniciativa que promueve la militarización social y los allanamientos nocturnos.

2) El fallo judicial se sostiene en una concepción reduccionista y equivocada de la sustancia fundante de la laicidad.

Asociar la laicidad al “prohibicionismo” es algo extraño a la tradición pedagógica nacional. La sustancia misma de la laicidad es positiva. Es el compromiso con la pluralidad, la libertad de pensamiento, de expresión y el debate racional de las diferentes concepciones y argumentos.

De ahí y solo de ahí, deviene la dimensión antidogmática de la laicidad y los correctos impedimentos a realizar actividades vinculadas al proselitismo religioso y político partidario dentro de los centros educativos.

3) Es muy claro que el cuestionamiento a la militarización social que expresan los gremios estudiantiles en sus pancartas, nada tienen que ver con el proselitismo político partidario. A modo de prueba, pública y notoria, está el hecho irrebatible que dicha iniciativa tiene opositores en todas las formaciones partidarias.

Prohibir este tipo de acciones públicas y democráticas de los gremios estudiantiles-bajo argumento de proteger la laicidad- es abonar una línea interpretativa que induce a la censura y la represión al legítimo derecho de los estudiantes a tomar posición sobre acontecimientos relevantes de la vida pública y el desenvolvimiento social.

4) La judicialización de todos y cada uno de los aspectos de la vida social como recurso para dirimir las diferencias de opiniones, tiene un potencial dañino de los derechos que se supone se pretenden resguardar.

5) El verdadero problema que debería llevarnos a la reflexión es el desapego social y la “cultura” de la indiferencia. En ese sentido, deberíamos festejar la preocupación juvenil por la sociedad en que viven y su compromiso con la construcción de la sociedad en la que quieren vivir.

La organización gremial de los estudiantes es una construcción social valiosa, que hay que cuidar y fomentar.

Representa una acción alentadora y esperanzadora para el desarrollo de la libertad.

En ese sentido, castigar a los jóvenes con este tipo de acciones judiciales es un retroceso.

Nunca las ideas se pueden restringir a fuerza de imposiciones. Ese camino es peligroso e inadecuado.

6) Como sindicato de trabajadores y trabajadoras de la enseñanza nunca seremos indolentes a la afectación de derechos que sufran los gremios estudiantiles.

Nunca hay que olvidar el valiosísimo aporte realizado por los gremios estudiantiles a la defensa de la educación y las libertades públicas.

SECRETARIADO EJECUTIVO.

SINTEP-CSEU-PIT-CNT.