Debido al confinamiento y el distanciamiento social como forma de paliar la emergencia sanitaria actual, en Uruguay se incrementaron un 26% los pagos digitales. La falta de movilidad y la comodidad del hogar, hizo que los uruguayos optaran por los medios electrónicos. Sumado a que la Organización Mundial de la Salud recomendó el uso de tarjetas de crédito o débito, sobre el efectivo, con el fin de reducir el riesgo de transmisión.  

Para la segunda quincena de marzo, mientras se registraban los primeros casos de COVID-19, las transacciones a través de cajeros automáticos en el país decaían a un 25%. A pesar de que se intensificó como consecuencia de la emergencia sanitaria actual, la cultura de uso de tarjetas de débito y crédito y pagos en línea data de años anteriores y va en aumento. Principalmente, con la aprobación e implementación de la Ley de Inclusión Financiera y la promoción de uso de medios de pago digital, a partir del 2014. 

Los pagos digitales en aumento en Uruguay y el mundo

Sandro Camilleri es CEO y fundador de Matica Technologies, un grupo con más de 20 años de experiencia en identificación digital. A través de maquinarias extremadamente tecnológicas, produce documentos y tarjetas -como licencias de conducir o pasaportes- para la identificación de las personas. Opera sus actividades en  Estados Unidos, Asia, Europa y países árabes.

A la cabeza de Matica Technologies, Sandro Camilleri ve en los pagos digitales y las tarjetas “uno de los fenómenos de la modernidad”, tal es así, que augura un futuro en el que se pueden incrementar, “hasta que el efectivo y las sucursales bancarias sean reemplazadas por completo”. Tal como está sucediendo en Uruguay, donde el gerente general de Banred declaró a fines de abril a medios uruguayos que las transacciones realizadas a través de canales digitales superarán el 50% durante el 2020. 

Agrega Sandro Camilleri: “Se trata de una revolución similar a la que la tecnología ha causado y está causando en otros sectores, como el transporte; una revolución inevitable, a la que los ciudadanos tendrán que acostumbrarse y que, por lo tanto, debe gestionarse para no correr el riesgo de consecuencias no deseadas”.

Por eso, en cuanto a los pagos digitales, Camilleri ve en la seguridad el tema fundamental; y aporta algunas soluciones a tener en cuenta: “la tarjeta que el usuario utiliza para el pago debe ser segura y, en este caso, es un problema tecnológico. El uso de chips con recuerdos increíbles, láseres de alta precisión, hologramas, hace que sea extremadamente difícil, por no decir imposible, que cualquier atacante pueda clonar una tarjeta producida por nosotros. Y luego la transacción debe ser segura como tal, algo que sucede gracias a un software específico y constantemente actualizado”.