Nueva York—Octubre 2020 ABIBOO Studio (www.abiboo.com) ha liderado el diseño arquitectónico de una ciudad en Marte, autosuficiente y ostenible, para albergar a un millón de seres humanos.
El proyecto se llama Nüwa y forma parte de un exhaustivo trabajo científico para una convocatoria de The Mars Society realizado por la red SONet (www.Sonet-hub.com), un equipo internacional de científicos y académicos, liderado por el astrofísico Guillem Anglada, descubridor del exoplaneta Proxima-B.
Teniendo en cuenta las condicionantes atmosféricas señaladas por los expertos, el equipo responsable del diseño arquitectónico se decantó por la ladera de un acantilado de Marte para construir allí una ciudad vertical.
La elección del lugar y del sistema constructivo vinieron impuestos por los condicionantes del planeta que tiene una gravedad que
es un tercio la de la Tierra. “Esto implica que si construyéramos los edificios como en nuestro planeta, los edificios tenderían a explotar por la presión. Además, la radiación solar y la gamma obligan a construir sin espacios expuestos al cielo”, señala Alfredo Muñoz, fundador de ABIBOO Studio y especializado en la construcción a gran escala.
En total, se diseñaron cinco ciudades, con Nüwa como capital y una capacidad para albergar una población de entre 200 mil y 250 mil
personas. Otras ciudades propuestas siguiendo la misma estrategia son Abalos City, en el polo norte y que sirve para extracción de hielo, o
Marineris City, situada en el cañón más grande del sistema solar. Se trata de un modelo flexible y escalable que podría ser fácilmente aplicable en muchas otras zonas de la superficie marciana.
En el diseño de estas unidades urbanas, el equipo de arquitectos se encontró con el desafío de definir estructuras que garanticen un hábitat apto para el ser humano y otras formas de vida orgánica.
En el trabajo conjunto con académicos y otros miembros de SONet, los arquitectos arribaron a soluciones para crear estructuras que protegen a los habitantes de la radiación existente en Marte, asegurar el acceso indirecto a la luz solar y resolver el problema de la diferencia de presión atmosférica.
La configuración urbana debió tener en cuenta además los sistemas de producción de comida, aire y agua. Todo ello bajo la premisa de un uso sostenible de los recursos.
Estructura modular
La primera decisión fue situar la ciudad de Nüwa en la ladera de uno de los grandes acantilados de Marte con gran acceso a agua, en Tempe Mensa.
Un terreno abruptamente escarpado que ofrece la oportunidad de crear una ciudad vertical insertada dentro de la roca, protegida de la radiación y expuesta a la luz solar indirectamente.

En la pared rocosa se han planificado los “macro edificios”. Se trata de excavaciones que albergan construcciones de tipo modular para uso residencial y laboral, unidas entre sí por una red tridimensional de túneles.
Los módulos tienen forma tubular de 10 metros de diámetro y 60 metros de largo, con capacidad para dos plantas. El proyecto presenta tres tipos diferentes de módulos residenciales y tres de trabajo. Estas seis categorías estándar reducen la complejidad, los costes y los tiempos de construcción.
Los módulos incluyen zonas verdes y espacios dedicadas al arte, y “áreas de nieve” que ayudan a disipar el calor y limpian el aire.
Los huertos urbanos son jardines comunitarios con animales y agua destinados a proporcionar bienestar físico a la población. Para crear un vínculo emocional con la Tierra, el equipo de diseño ha incluido amplios espacios naturales artificialmente creados. Se les ha dado el nombre de “Green Domes” y hay de dos tipos: los que permiten la presencia humana y actúan como los parques y los que presentan vegetación experimental con atmósfera puramente marciana.
Una ciudad vertical
Los macro edificios del acantilado están conectados por sistemas de ascensores de alta velocidad similares a los de los rascacielos en la Tierra.
La infraestructura conecta la parte inferior del acantilado, con la superior, y tiene paradas intermedias en los “sky-Lobbies”, que conectan con los sistemas de comunicación vertical independiente de los macro-edificios.

NÜWA ciudad en MarteEl punto más alto del acantilado es la Meseta, una extensa planicie donde se han situado las infraestructuras para la producción de alimentos, energía y los procesos industriales relacionados a dicha producción.
Por el contrario, al pie del acantilado, en el Valle, se han situado amplios pabellones destinados a la interacción social. Estos pabellones se han diseñado con una estructura traslúcida por lo que ofrecen vistas de los paisajes de Marte y están protegidos de la radiación exterior por amplios voladizos sobre los que se coloca material resultante de las excavaciones.
En el Valle también se contemplan estructuras específicas para albergar hospitales, escuelas y universidades, actividades deportivas, culturales, zonas comerciales y tren que comunica con el transbordador espacial.
Una montaña artificial creada con material extraído de las excavaciones, se propone como marco visual de la ciudad y contención de la variación de la temperatura. La elevación alojaría los sistemas de energía auxiliar, varios tipos de almacenamiento y parking de rovers y camiones espaciales.
Infraestructuras de recursos vitales
Además de las construcciones para vivir, trabajar, educarse y facilitar la vida social y el intercambio, un asentamiento humano en Marte requiere también estructuras para que se cumplan las funciones básicas de producción de aire, agua y comida.
En el caso de Nüwa y sus ciudades adyacentes, todas las construcciones arquitectónicas contemplan aspectos adicionales de seguridad para regular la presión atmosférica interna, y ofrecen zonas de refugio para casos de emergencia.
Varios espacios de uso común se han proyectado para funcionar como cortafuegos y refugio de ciudadanos hasta la llegada de unidades de
rescate.
A la entrada de cada “macro-edificio” se han colocado duchas de aire para limpiar y esterilizar como medidas de protección sanitaria. La Inteligencia Artificial (IA) también jugará un papel importante en los estándares de los edificios de Nüwa para mantener óptimas condiciones y minimizar los riesgos.

Los cultivos por su parte, se llevarían a cabo en módulos agrícolas con una atmósfera enriquecida en CO2 pero no respirable para humanos. Por ello está previsto que las tareas en esa zona se realicen de manera automatizada. Para incrementar la eficiencia de los cultivos, el equipo de expertos en astrobiología de SONet ha optado por un sistema hidropónico que requiere menos agua y espacio que los sistemas basados en cultivos sobre el suelo.

La producción de algas, carne artificial y bacterias para el procesamiento de los desechos también se completan en
este sector.
Las zonas de granjas para animales e insectos se han situado en el valle, próximos a espacios públicos ya que necesitan una
atmósfera similar a la del ser humano para vivir.
Para algunos animales también se ha seleccionado como hábitat los “Green Domes” y los huertos urbanos situados dentro del acantilado. En todo caso, el espacio destinado a la producción animal es relativamente pequeño en relación con los cultivos. El bajo consumo de carne es debido al elevado coste energético asociado a la ganadería, lo cual no sería viable o sostenible en las condiciones de Marte.
Transporte
La movilidad dentro de la ciudad se realiza en dirección vertical a lo largo del acantilado a través de ascensores de alta velocidad. Para el transporte horizontal se prevé un sistema de buses y trenes livianos, en tanto que en el Valle, un sistema de estaciones de tren conectan con el aeropuerto espacial que en el caso de Nüwa se ha situado dentro de un cráter.
Todo el transporte dentro de la ciudad se lleva a cabo dentro de espacios presurizados a través de vehículos eléctricos. La movilidad entre las ciudades por su parte, se realiza a través de buses o trenes que circulan sobre caminos pavimentados.
Todo el proyecto de Nüwa y ciudades adyacentes está planteado para que, tras un periodo corto inicial de inversión de capital y aprovisionamiento proveniente de la Tierra, este desarrollo urbano en Marte a gran escala, sea capaz de mantenerse y crecer por medios propios y de forma sostenible.
Nüwa y las ciudades adyacentes absorben la población de manera exponencial. Después de un corto período inicial de inversión de capital y suministro desde la Tierra, este desarrollo urbano en Marte se mantiene y crece por sus propios medios y de manera sostenible.
Todos los materiales necesarios para construir la ciudad se obtienen en Marte mediante el procesamiento de carbono y otros minerales. Los científicos de SONet y los arquitectos del ABIBOO Studio analizaron los materiales necesarios para Nüwa, y cómo obtener y fabricar de forma local y sostenible los sistemas necesarios para la ciudad.

Orígenes del proyecto
Nuwa resultó seleccionado como finalista entre 175 proyectos de todo el mundo que se presentaron a la convocatoria de este año 2020 de The Mars Society, una organización americana sin fines de lucro dedicada a promover la exploración humana y colonización del planeta Marte.
Los finalistas presentaron sus propuestas en la convención anual del 2020 celebrada entre el 15 y el 18 de Octubre, en la que también participaron Elon Musk (Space X), George Whitesides (Virgin Galactic), o Jim Bridenstine (NASA), entre otros.
El equipo de arquitectos liderado por ABIBOO Studio han trabajado de manera remota durante el desarrollo completo de esta ciudad en Marte, estando distribuidos en Estados Unidos, España, Reino Unido y Argentina.
La red SONet incluye a destados expertos de disciplinas tan diversas como la Astrofísica, Arquitectura, Astrobiología, Ingeniería Espacial,
Astrogeología, Psicología, y Químicas, entre otros campos. Los miembros de la red están distribuidos en tres continentes.
Más de 25 personas de campos multidisciplinares han trabajado para que Nüwa sea una ciudad funcional y única a nivel arquitectónico, y viable desde un punto de vista científico.
Autores: Guillem Anglada-Escudé, Alfredo Muñoz Herrero, Miquel Sureda, Gisela Detrell, Ignasi Casanova, David Cullen, Miquel Banchs i Piqué, Gonzalo Rojas, Engeland Apostol, Sebastián Rodríguez, Verónica Florido, Philipp Hartlieb, Laia Ribas, Owen Hughes Pearce, David de la Torre.
Contribuidores: Jordi Miralda Escudé, Rafael Harillo Gomez-Pastrana, Lluis Soler, Paula Betriu, Uygar Atalay, Pau Cardona, Oscar Macia, Eric Fimbinger, Stephanie Hensley, Carlos Sierra, Elena Montero, Robert Myhill, Rory Beard.

Financiación: ABIBOO Studio, CSIC, UPC, University of Stuttgart, Cranfield University, IEEC, Montan Universitat Loeben, University of
Portsmouth.

Fuente Imagen: elperiodico.com