Desde el histórico triunfo de la selección uruguaya al consagrarse campeona del Mundial Sub 20 en Argentina, muchos se ha hablado y se seguirá haciéndolo en las próximas horas.

Y es muy positivo hacerlo desde una mirada crítica.

Por considerarlo de sumo interés, compartimos la reflexión en sus redes sociales del periodista y amigo Hugo Machín que con su corazón celeste, desde Colombia, nos aporta una mirada sumamente valiosa.

“El triunfo del deporte sobre el negocio.

Los equipos uruguayos hace 36 años que no obtienen un título mundial. El último fue Nacional en 1988 coronándose Campeón del Mundo, conquista a la que accedía por tercera vez en su historia, al igual que Peñarol, ganador también de tres títulos mundiales.

En ese contexto debe ubicarse este triunfo mundial de la selección Sub-20 que se coronó Campeona del Mundo 2023 en Argentina.

¿Por qué un fútbol como el uruguayo que ostenta cuatro títulos mundiales de selecciones mayores, todos ganados en el Siglo XX, despareció de los podios mundiales?

La respuesta está a en el negocio que ha subordinado al deporte.

Una depreciación que no es sola del futbol uruguayo. Abarca a toda la región latinoamericana que, de haber tenido un portentoso futbol como continental, pasó a ser proveedora de grandes futbolistas para el deleite de los espectadores europeos.

El correlato es un futbol mediocre latinoamericano excepción hecha de los destellos brasileños propios de un país con inagotables surtidores de futbolistas que permiten mantener cierto nivel futbolístico local, pero que igualmente está lejos del que tendría si todos sus excelentes jugadores se desempeñarán en Brasil.

Uruguay se coronó Campeón del Mundo Sub-20 tras obtener seis triunfos y sólo una derrota 3-2 ante Inglaterra, en la fase grupal, que fueron los únicos goles que recibió en todo el Mundial.

Jugadores con lesiones, roturas fibrilares sanciones desmedidas, negativa del Real Madrid— equipo que paradojalmente cuenta con muchos seguidores uruguayos— a que Álvaro Rodríguez, que había sido goleador celeste en las eliminatorias de Colombia, integrara la oncena mundialista. Igual les ocurrió a futbolistas juveniles argentinos que se desempeñan en Europa.

El título va en contravía del mercado futbolístico, por más que varios jugadores del torneo ya integran equipos europeos.

Pareciera que a esa edad aún no han sido compelidos por la dinámica de los futbolistas mayores que actúan en las ligas europeas donde la superposición de partidos con los escasos días que el calendario de fechas FIFA les otorga, sumado a la dispersion geográfica en que se mueven, conspira contra el mejor balance. de equipo.

La final del domingo 11 de junio contra el poderoso equipo italiano no fue fácil pese al correcto planteamiento táctico del DT.

Marcelo Broli de trabar a la escuadra azzurra, pero siempre atacando y generado las mejores opciones durante el partido al que el árbitro sueco le agregó 11 minutos; se escudó en el VAR para no sancionar debidamente una falta grave de un italiano contra el capitán celeste Fabricio Díaz; así como permitir que en varias oportunidades los futbolistas italianos agarraran impunemente a los delanteros uruguayos cuando estos se les escapaban tras superar la marca.

Estas apreciaciones podrían percibirse como excusa, si la selección Sub-20 no hubiera obtenido el título mundial. No por haberse consagrado campeona, debe dejarse de anotar lo que pueden parecer detalles, pero que pueden definir resultados en un deporte constituido por la ‘dinámica de lo impensado’, como definiera al fútbol el periodista deportivo argentino Dante Panzeri».

¡Salud Campeones!

Fuente Imagen: Telemundo.