El viernes 24 de enero a las 19:30 horas en el Centro Cultural Simón Bolivar (CCSB), ubicado en Rincón 745, se inaugurará la muestra de pintura “Prueba de existencia” del artista uruguayo Alberto Schunk.

Schunk habló con Prensa de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Uruguay sobre la importancia de exponer en el CCSB e intercambiar experiencias con artistas de América Latina y en especial de Venezuela, para poder “acceder a otros mercados culturales”.

El artista, que vivió 14 años en Italia y 25 en Estados Unidos, aseguró que a pesar de las dificultades no es imposible incursionar en otros centros del arte y remarcó que todo el esfuerzo que se pueda hacer en ese sentido es positivo.

“El arte se va globalizando, en los centros asiáticos hay muchas obras de América Latina. Un ejemplo es la feria de Shangai, donde hay un pabellón latinoamericano”, explicó.

Después de pasar varios años viviendo en el exterior, Schunk volvió a Uruguay en el 2000 y se reencontró con su ciudad, en ese momento inició la etapa que se resumirá en los 17 cuadros que se expondrán en el Centro Cultural Simón Bolívar.

“Desde mi vuelta al país he tratado de experimentar la inclusión de las figuras humanas en el paisaje, que funcionan como una especie de juego”, dijo.

El propio artista define el arquetipo que usa como “un burócrata”, siempre de traje y corbata. “Lo quiero hacer solo en la ciudad o en paisajes totalmente fuera de lugar. Es un juego, un burócrata que salió a pasear por la ciudad y se fue para el campo, no tiene ninguna connotación filosófica”, subrayó.

Schunk lo expresa como la experiencia de encontrar algo fuera de lugar, “en varios cuadros hay personajes que están como asombrados de estar ahí, es el movimiento de ese cuerpo fuera de su entorno, de la oficina o del auto. Es establecer un punto de contacto a través del juego para quitarle la solemnidad a la obra”

Además decidió que los personajes tengan rasgos caricaturescos, “no son retratos fieles de una persona, son unos títeres puestos ahí, figuras como de cartón, no tienen poses naturales”.

Schunk inició sus estudios con Alceu Ribeiro (de la escuela del Maestro Joaquín Torres García) en 1958 y en 1966 emigró a Italia, donde estudió con Alessandro Pornaro, subdirector de la Escuela Estatal de Arte de Venecia.

“La paleta de grises que se puede apreciar en la exposición es un redescubrimiento de las enseñanzas de Torres García, tanto como el ordenamiento no apartante del cuadro según una estructura que es sólida”. De su aprendizaje en Italia el artista destaca el color. “Venecia se caracteriza por una tradición de escuela colorista, las dos cosas a lo largo de los años me sirvieron para hacer una mezcla de las dos enseñanzas”.

“La paleta de ésta muestra es más bien baja, es la parte uruguaya. Torres García y sus alumnos decían que lo más importante del cuadro es la estructura y el tono, no el color. Lo otro, la pintura clásica veneciana, no va en contraposición, pero está basada en un tono subidísimo. Es una explosión de color. Básicamente se eliminan las líneas, los colores se funden unos con otros y ahí se logra la forma, el cuerpo”, señaló el autor.

Schunk define esta etapa de su trabajo como demodé. “Lo que estoy tratando de recrear es una cosa que varios filósofos del arte dicen que ya caducó. Me doy cuenta que uso un lenguaje de retaguardia y creo que cuanto más viejo me pongo menos me importa estar a la moda”, concluyó.

La exposición de Alberto Schunk cerrará el Primer Ciclo de Artistas del Mercosur -organizado por el CCSB como marco a la primera presidencia venezolana del bloque regional-, que reunió una serie de exhibiciones de fotografía y pintura de autores latinoamericanos que inició en septiembre de 2013.