Teatro de silencios para la comunidad. Escuela de Sordos celebró este miércoles 19 de setiembre de 2007 la Semana Internacional del no oyente. Así lo consigna una nota del diario La República bajo la firma de Daniela Fassanello.

Un emotivo encuentro con la comunidad se vivió ayer en Montevideo, en el marco de las actividades que se realizan durante la Semana Internacional de la Persona Sorda. Lo que se vivía en la escuela de sordos ubicada en la calle Mariano Moreno no pasó desapercibido y cautivó la atención de todos los apostados y los transeúntes. Un grupo de personas sordas ofreció, al aire libre, una obra de teatro para alumnos, padres y público en general.

Niños y niñas sordos celebraron ayer la semana de la persona no oyente en nuestro país con varias actividades al aire libre.

Un grupo de teatro hecho por sordos, inédito en nuestro país, brindó la oportunidad a niños y niñas de ser espectadores, sin discriminaciones, y a los oyentes de que conozcamos más de un mundo lleno de señas, pausas y silencios.

En ese sentido, el relato de Luis es alentador. Si bien fue a la escuela privada hasta cuarto año, ingresó más tarde a la escuela pública, donde dice haberse sentido «más cómodo y respaldado». Luego continuó sus estudios hasta finalizar el ciclo básico y estudió en la ex Universidad de Trabajo del Uruguay (UTU). Allí hizo diseño gráfico y publicidad, pero confiesa que la actuación era un sueño que tenía desde siempre.

Luis es hipoacústico, usa audífono desde los seis años, vive en Montevideo y hoy, con 42 años, dirige un grupo de teatro integrado exclusivamente por jóvenes y adultos sordos. Ayer, por segunda vez, el grupo se presentó ante el público para representar uno de los cuentos clásicos de la literatura infantil, «La Bella y la Bestia«, en lengua de señas.

El escenario fue la propia calle, enfrente a la escuela. En hileras de bancos bien acomodados, los niños que van a la única escuela para sordos de Montevideo esperaban el comienzo de la obra.

Padres, madres, hermanos con cámaras de foto en mano eran parte del festival que la escuela ofreció en el marco de la Semana de la Persona Sorda.

El frío y el viento no arruinaron la gris pero alegre mañana que se vivió allí. Los personajes de la obra (La Bella, la Bestia, el hada madrina, el candelabro ­que se llevó todas las risas­ la expresiva tetera, el papá de Bella, la mala), permitieron que los chicos sordos tuvieran la oportunidad de ver teatro, entenderlo y aplaudirlo.

La mayor parte de la información general no llega a estos niños. La mayoría no ingresa a salas de cine o teatro; de poco sirve la televisión. Lo visual lo es todo, en un mundo de silencios que la mayor parte de la sociedad no está preparada para recibir.

No existen estadísticas sobre la comunidad sorda en nuestro país, pero se sabe que sus integrantes podrían superar los 30.000. Su lengua oficial (la lengua de señas) no es impartida en ningún centro de estudios, ni siquiera en los de formación docente de cualquier área.

El apoyo de los padres

Patricia es mamá de dos hijos. Gabriel es oyente, y Carolina es sorda. Patricia forma parte de la Asociación de Padres y Amigos de Sordos del Uruguay. Entrevistada por LA REPUBLICA, contó sobre las limitaciones que las personas con está discapacidad tienen hoy en nuestra sociedad. La falta de difusión que existe sobre la sordera y la comunidad sorda y el difícil acceso a los medios de comunicación o institutos educativos limitan la mayoría de las vidas de niños, adolescentes y adultos sordos. ¿Cómo hacen para recibir la información general, por ejemplo, qué pasa en el mundo? ¿Cómo piden boletos en un ómnibus o hacen trámites? Patricia relata que la mayoría de los padres acompañan a sus hijos sordos a todos los lugares a donde deben ir, pero también reconocen que llega un momento en que los chicos deben ser independientes y manejarse solos en un mudo hecho para oyentes.

Lo importante, para ella, es que su hija sea feliz y pueda tener acceso a la educación, como el resto de los chicos. «Ellos tienen que formarse para tener un mejor futuro y trabajar. Sabemos que están limitados, pero hay personas adultas sordas que se casan, que pueden tener hijos sordos u oyentes y forman una familia», dijo Patricia.

Fuente: Diario La República. http://www.larepublica.com.uy