El Senado retomará el miércoles
21 de mayo de 2008 el proyecto sobre cuotificación del sistema político, y en
esta ocasión compartimos las palabras de la senadora Mónica Xavier (Frnete
Amplio) durante la deliberación el pasado 14 de mayo.

«Es bueno discutir en el día
de hoy el tema de la participación política y sería muy bueno que este Senado
apruebe un proyecto que demuestre la voluntad política de superar la
sub-representación de las mujeres en la integración del Poder Legislativo, de
las Intendencias Municipales, de las Juntas Departamentales, de las Juntas
Locales Autónomas electivas y de las Juntas Electorales.

Los avances obtenidos en este tema se sostienen en la
lucha que desde hace décadas mujeres de Organizaciones Sociales y de todos los
Partidos Políticos vienen dando para lograr una participación equitativa. Por tanto en primer término el reconocimiento
a esa lucha, a ese compromiso y a esas
mujeres.

Es importante discutir,
aunque pareciera ocioso, que este es un tema de derechos. No se trata de
obtenerlos, se trata de reconocerlos.

Ninguno de los espacios
de representación ocupados por mujeres son una concesión graciosa. Vivimos en
una sociedad con una cultura machista que de a poco se está transformando. Los avances obtenidos no son obra de un cambio
repentino de cultura ni se garantizan mediante decretos; son producto de
pequeños pasos, de acciones concretas, de cambios aparentemente simples pero
significativos que de a poco nos permiten avanzar un trecho. Y por sobre todas las cosas de
voluntad política como la que manifestó
el Presidente de la República al designar a la Dra. Berruti en
Defensa, a la Maestra
Tourné en Interior, ministerios reservados históricamente a
hombres, a la
Maestra Arismendi en Desarrollo Social, a la Dra. María Julia
Muñoz en Salud y recientemente a la Ingeniera Simón en Educación y Cultura. A
nuestro juicio es en los partidos políticos donde no se valora en su justo término la necesidad de una representación equitativa
de hombres y mujeres, constituyendo el principal obstáculo a vencer por parte
de las mujeres en este tema.

Es bueno que también discutamos,
si la calidad de la democracia mejora cuando sus ámbitos de representación
reflejan la diversidad de la sociedad, en este caso en particular que estamos
considerando la representación de la mayoría de la sociedad, el 52% que somos las mujeres.

El proyecto que hoy
tenemos en consideración es la aplicación a nuestra legislación de la CONVENCIÓN SOBRE LA
ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER (CEDAW) Ley
No15164 del 4 de agosto de 1981 y su Protocolo
Facultativo, ley 17.388 del 18 de mayo de 2001 que en el artículo 4 párrafo 1 dice:

«1- La adopción de los
Estados Partes de medidas especiales de carácter temporal encaminadas a
acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la mujer no se considerará discriminación
en la forma definida en la presente Convención, pero de ningún modo
entrañará, como consecuencia, el mantenimiento de normas desiguales o
separadas; estas medidas cesarán cuando se hayan alcanzado los objetivos de
igualdad de oportunidad y de trato»

Nuestro país debe
realizar periódicamente informes al Comité de Expertos de la CEDAW
sobre la aplicación de la Convención, este artículo ha merecido la señal de
preocupación por el bajo índice de participación de la mujer en la política y
en particular en puestos de toma de decisiones. Instando en consecuencia a
nuestro Gobierno en el año 2002, «a adoptar medidas y aplicar estrategias
amplias, entre ellas medidas especiales temporales, de conformidad con el párrafo
1 del artículo 4 de la Convención, con el objeto de fomentar una mayor
participación de la mujer en la vida pública, en particular en el proceso de
toma de decisiones y promover el cambio de actitudes y percepciones, tanto de
las mujeres como de los hombres, en cuanto a sus respectivos papeles en el
hogar, la familia, el trabajo y la sociedad en su conjunto». El Comité de la
CEDAW elaboró una recomendación general, la número 25 para los Estados Partes, aclarando la naturaleza y el significado de
este artículo 4. Reconociendo que «en ciertas circunstancias será necesario que
haya un trato no idéntico entre mujeres y hombres para equilibrar las
diferencias. El logro del objetivo de la igualdad sustantiva también exige una
estrategia eficaz encaminada a corregir la representación insuficiente de la
mujer y la redistribución de los recursos y el poder entre el hombre y la
mujer». El objetivo de la mencionada recomendación general es además para
aclarar la necesidad de «acelerar la mejora de la situación de la mujer para
lograr su igualdad sustantiva o de facto con el hombre y realizar los cambios
estructurales, sociales y culturales necesarios para corregir las formas y
consecuencias pasadas y presentes de la discriminación contra la mujer, así
como compensarlas».

Y como su nombre lo
indica queda expresamente aclarado el carácter «temporal» de estas medidas
especiales. «La duración de una medida especial de carácter temporal se debe
determinar teniendo en cuenta el resultado funcional que tiene a los fines de
la solución de un problema concreto y no estableciendo un plazo determinado»
dice esta recomendación. No obstante si es el consenso posible es establecerlo
entendemos que es un avance.

El término «especiales»
tiene el alcance de que las medidas adoptadas están destinadas a concretar un
cometido específico, no obstante usarse en el campo de los derechos humanos
para grupos débiles o vulnerables.

El término «medidas»
implica acciones afirmativas de carácter
temporal que permiten de manera gradual eliminar obstáculos y garantizar la
igualdad de oportunidades a sectores que históricamente han sido discriminados.
Estas medidas temporales han demostrado su eficacia en casos como Latinoamérica
y África, donde gracias a la llamada «Ley de Cuotas» actualmente la
representación parlamentaria de mujeres ha aumentado significativamente. Rwanda es el mejor ejemplo de la aplicación de
las acciones afirmativas para contrarrestar la discriminación en la
participación política: en 10 años, el país africano pasó de contar con un 4%
de mujeres en la cámara baja, a un 49% de mujeres en los escaños, encabezando
la lista de participación de mujeres de los parlamentos de todo el mundo.

Ya no son sólo los países
nórdicos los que encabezan la lista de participación de mujeres. Detrás de Suecia
que cuenta con el 47% de mujeres en su parlamento, está Cuba con un 43.2% en el
tercer lugar, Argentina con un 40% en el quinto lugar y Costa Rica en el octavo
lugar con un 36.8%, según el ranking de la Unión
Interparlamentaria Mundial. Latinoamérica es la primera
región en el mundo si consideramos a Europa sin los países nórdicos incluidos.

A estos lugares lo países
han llegado mediante la aplicación de medidas especiales, a excepción de Cuba y
Finlandia cuyas sociedades valoran de manera diferente la participación
equitativa entre mujeres y hombres.

Como estamos en Uruguay?
Al 31 de marzo del corriente año, ocupamos el lugar 91 en 135 del ranking UIP.
Sin duda llamativa ubicación para un país que consagró por ejemplo el derecho
al voto femenino en 1932; un país que tiene en materia de capacitación de sus
mujeres un promedio mayor que el de sus hombres. Y un país donde con frecuencia
se escuchan expresiones tales como «a
las mujeres no les interesa el poder»; «la sociedad se resiste a candidaturas
femeninas»; por lo que me gustaría compartir en este Senado algunos datos de la
encuesta realizada por el Área Política y Género del Departamento de Ciencia
Política (Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República) con el
apoyo del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral
(IDEA Internacional). Encuesta realizada
a nivel nacional, mediante la modalidad «cara a cara» aplicada a una muestra de
700 personas mayores de 18 años, residentes en hogares particulares de ciudades
de 10.000 habitantes y más a fines de diciembre de 2007 y presentada en esta
casa el pasado viernes, por la politóloga Niki Johnson.

GRAFICO 1 – Opinión sobre
la cantidad de mujeres que hay actualmente en el Parlamento (15 mujeres en 130).

Casi un 60% consideró que
debería haber más mujeres que las actuales en el Parlamento. No llegan al 20%
las respuestas sumadas de quienes piensan que está bien el número actual de
mujeres o incluso que debe haber menos.
Un 14% no le da importancia al sexo de los parlamentarios.

En el GRAFICO 2 son las
respuestas a la primer pregunta según el sexo de la persona entrevistada.

Las mujeres muestran una
opinión más favorable que los hombres a la presencia de sus pares en política.
Un 73.4% dijo que debería haber más mujeres en el Parlamento; este porcentaje
no llega al 60 % en el caso de que los encuestados sean varones. Con relación a
quienes piensan que es irrelevante el sexo de sus representantes sólo lo hacen
8% de mujeres frente a 23% de varones.

En el GRAFICO 3 – Casi un
67% de los entrevistados afirma que las mujeres promueven temas algo o
totalmente distintos a los que impulsan los hombres. Y si lo vemos en el GRAFICO 4 desagregado por
sexo de los encuestados, hay una leve diferencia a favor de esta respuesta por
parte de las mujeres.

La opinión con respecto a
la cuota la vemos en el GRAFICO 5, donde existe un 49.2% favorable a garantizar
mediante alguna medida la presencia de hombres y mujeres en las listas
electorales. No obstante el 35.4% no tiene opinión formada y esto creo que es
un llamado a la responsabilidad de nosotros los políticos.

Si sólo se consideran
quienes tienen opinión formada sobre la cuota, lo cual vemos en el GRAFICO 6,
el 76% está a favor y el 24% en contra.

Un corte por sexo con
respecto a esta pregunta lo vemos en el GRAFICO 7, que no muestra diferencias
significativas entre hombres y mujeres de entre las personas que están a favor
de la cuota, pero si existe una significativa brecha que refleja que más
mujeres no tienen opinión formada y que los varones que se oponen a la cuota
duplican el porcentaje de mujeres que se oponen a ella».

En los GRAFICOS 8 y 9, de
la misma encuesta se releva la opinión sobre las formulas presidenciales donde
queda claro que la población femenina se identifica mas con representantes de
su mismo sexo.

Cuanto más debemos
esperar si esta legislatura no avanza en
este sentido; tenemos alguna propuesta mejor?; que vamos a hacer para que las
mujeres jóvenes se integren a la política?, para que puedan llegar sin tantas
dificultades y mantenerse en ella?.