Extranjerización de mas tierra y desamparo a pequeños
productores Nacionales. Esto no es lo que esperábamos de este gobierno «Dicen y
argumentan miles de cosas, pero concretamente no resuelven los problemas que
tiene la gente en el campo». «Le dan una limosna a la gente con los planes de
emergencia pero ¿porque no le enseñan a trabajar a la gente y la apoyan así no
tienen que gastar en milicos, en cuarteles, en balas».

«Acá tenemos 80 hectáreas y podemos empezar a trabajar 28 hectáreas.

Así comienza la nota bajo el título «Se cumple un mes de la
ocupación de tierras en Kiyú», y con la firma de Héctor Vicente. La ocupación
se realizó el 12 de mayo de 2008.

Mientras en el país continua el
proceso de extranjerización de la tierra, miles de aspirantes a

colonos siguen esperando que el
organismo estatal creado para atender sus reclamos les

entregue un pedazo de tierra donde
afincarse y producir.

Promover una racional subdivisión
de la tierra y su adecuada explotación, procurando el

aumento y la mejora de la producción
agropecuaria y la radicación y bienestar del trabajador rural, fueron desde el
momento de su creación en 1948 objetivos del Instituto Nacional de Colonización.

La actual realidad nacional en
este aspecto dista bastante del cumplimiento de estos

enunciados.

A pocos kilómetros de la capital
del país, y ante las infructuosas gestiones realizadas en

distintas reparticiones estatales,
un grupo de aspirantes a colonos de Libertad, en el

Departamento de San José,
decidieron ocupar tierras que durante años permanecieron

improductivas.

La tierra para el que la trabaje,
resuena como una clarinada una de las ideas centrales del

ideario antigüista. Enarbolada
bien alta, la bandera de la franja roja atravesada sobre dos

campos azules y uno blanco, señala
el campamento. Dos tractores junto a una precaria

construcción de nailon y el
ladrido de una perra propiedad de uno de los ocupantes, señala que se ha
llegado a la ocupación en la zona de Libertad.

El domingo se había presentado
soleado, con un cielo despejado, y la temperatura

acompañaba para estar al aire
libre, por lo menos hasta la puesta del sol.

En el campamento Arrieta y
Trujillo, reciben al enviado de CX 36 y diario La Juventud, para actualizar
la información sobre la medida que llevan adelante hace ya un mes; hablar de algunas
dificultades e incomprensiones de algunos vecinos y de la necesidad de
construir un galpón para preservar las herramientas de trabajo y la maquinaria
agrícola.

Ambos trabajadores demuestran su
firmeza en defender su iniciativa y el convencimiento de que el gobierno debe
atender los reclamos de las familias que aspiran y desean trabajar y vivir en
el campo.

Los dos tienen historias
personales diferentes, pero ambos aman la tierra y confían en sus

conocimientos y energías para
llevar adelante su proyecto de poder vivir de su trabajo.

Todos los integrantes del grupo de
colonos que ocupan el predio de unas 80 hectáreas, son

pequeños productores y asalariados
rurales. El grupo, formado a finales de los años 60, toma nuevas fuerzas
durante la apertura democrática pero luego se comienza a desactivar ante la falta
de respuestas del Instituto Nacional de Colonización. Con el cambio de gobierno
en el 2005 vuelve a tomar fuerzas y se crean nuevas expectativas.

Apostábamos a lo que se decía en
la campaña política, y los viejos postulados de la izquierda en materia de
tierras. Pero fue pasando el tiempo y las respuestas no llegaron.

El Instituto de Colonización había
informado que el mismo campo que hoy se ocupa pasaría al Instituto en el mes de
diciembre. Fuimos al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, a Colonización,
al Ministerio de Economía, al Banco Central, y a la oficina que atiende el caso
de los bancos fundidos. El predio ocupado estaba administrado por el Bando de
Crédito.

Nosotros presentamos el proyecto
el que fue bien recibido y se comprometieron a darnos una respuesta en el mes
de abril, señalan los trabajadores rurales. Llamamos en abril y no tenían respuesta,
y ahí decidimos entre algunos integrantes del grupo venir a plantar. Ante
algunas resistencias de algunos vecinos de la zona que argumentaban que tenían
cierto poder, decidimos ocupar, señalan. La ocupación se concreta el 12 de
mayo.

Arrieta nació y se crió en
Montevideo. Trabajo en varias empresas contaminantes,

contaminantes de su organismo y
del medio ambiente y dijo eso no es para mí. Tuvo un

pequeño criadero de cerdos,
posteriormente llega a un campo abandonado por un colono y

luego de varias gestiones, le
arriendan un campo que no era lo que se había pactado.

Cuando le preguntamos a Arrieta él
porque la tierra, él responde: ¿por qué no la tierra?.

Prefiero depender de mí mismo, del
clima, que depender de un patrón o de una empresa que

depender de miles de cosas que ya
me han asqueado, señala.

Trujillo es asalariado rural, y
desde hace 14 años es militante sindical en el sector. Siempre

reclamando un pedazo de tierra
para trabajar. Yo aprendí a trabajar el campo siendo explotado por los
patrones, y quiero trabajar para producir pero no quiero ser explotado, y
además lo quiero hacer para demostrar que los asalariados rurales también
podemos poner a producir un pedazo de tierra.

Los asalariados rurales y los
pequeños productores rurales apoyaron este gobierno pero la

situación no ha cambiado dicen los
entrevistados.

El grupo de colonos de Libertad
había presentado un proyecto a Colonización, para la

explotación de un predio de la Colonia Etchepare.
El predio fue entregado al Ejército para la cría de caballos.

Los ocupantes ya han comenzado a
preparar la tierra para plantar un poco de trigo, hacer

horticultura y criar alguna vaca.

La más urgente es la construcción
de un galpón para guardar las herramientas y dos tractores que fueron prestados
por los vecinos, al tiempo de poder soportar en mejores condiciones las inclemencias
del tiempo. Las donaciones de materiales de construcción se puede hacer al 095162948
o al 098989627.

Fuente: Alternativas y Solidaridad. http://www.archivos-alternativas.org