INDA marca políticas que definen la alimentación y ratifican la dignidad de ser persona Monzón, indicó que el Instituto «no es el almacén de los pobres» y que brindar alimentación no es una actividad de beneficencia, pues implica contraprestaciones. Con un presupuesto anual de $485 millones se atiende a 325 mil personas. Además de la responsabilidad de marcar políticas alimentarias, en octubre otorgarán una tarjeta magnética del Plan de Equidad a 60 mil familias, para la compra de productos de primera necesidad. El titular del Instituto Nacional de Alimentación, Uberfil Monzón, explicó que el organismo no es almacén de los pobres, concepto al que se estaba acostumbrado y el cual tiene que desaparecer. Afirmó que INDA, es un instituto de alimentación que funciona a nivel nacional y al que le compete marcar las políticas de la sana alimentación de la ciudadanía en general. El Jerarca, subrayó que se debe poner énfasis en aquellas realidades que exigen más dedicación. En ese sentido, se suscribieron una serie de convenios con el Ministerio de Salud Pública, que fueron indispensables para combinar políticas con el objetivo de una alimentación para la salud. Los convenios con el MSP, que se firmaron por primera vez en la historia del Instituto, implicaron asumir la responsabilidad de un serio control de la alimentación, principalmente de embrazadas, adolescentes y primera infancia. Monzón, señaló que el primer objetivo es atender a la primera infancia, etapa básica para el desarrollo de la personalidad intelectual, situación por la cual es vital que las madres no gesten fetos desnutridos. El segundo objetivo, que se planteó la administración de INDA, ante el Congreso de Intendentes, fue terminar con el clientelismo político de los centros de INDA. «La descentralización del servicio a través de las Intendencias, era una oportunidad para realizar actividades de clientelismo político», afirmó. En ese marco, Monzón, subrayó que en julio de 2005, al hablar ante al Congreso de Intendentes aclaró que era conciente de que en INDA se habían «cometido muchas desprolijidades, pero de corregirlas me encargo yo y mi equipo». En ese sentido, afirmó que las Intendencias también cometieron errores y por lo tanto, era necesario «un trato entre caballeros» para solucionar problemas de ambas partes. De esta forma, Monzón, afirmó que las reglas se cumplieron, salvo excepciones. Como ejemplo, expresa que algunas Intendencias brindaban alimentación en los comedores de INDA a más de 1.500 personas, que concurrían en sus coches a buscar comida para sus empleadas, peones o perros. Actualmente, indica que los números se redujeron y se brinda alimentación solamente a los que necesitan el servicio. Monzón explicó que la alimentación supone un proceso de educación y es necesario que INDA «no sea un alimentador de estómagos», sino un transformador de conciencias en circunstancias difíciles. Remarcó, que brindar de comer envuelve acciones de ida y vuelta, «te doy, pero para que me des», situación que implica una contraprestación, con la finalidad de eliminar la beneficencia. Así, sostiene que las madres que concurren a los comedores o a quiénes se les brinda canastas deben presentar su cédula de identidad, el carné de asistencia hospitalaria o de salud, así como la constancia de asistencia escolar de los hijos, cuando corresponde. Monzón, reveló que la única solución a la pobreza es el trabajo y que el Estado tiene la obligación de atender situaciones de miseria que se producen debido a una mala política económica. No obstante, señaló que el Estado tiene el deber de exigir contraprestaciones al ciudadano y hacer lo posible para erradicar situaciones de indigencia. El Instituto, también brinda asistencia a personas que no pueden acceder a fuentes laborales como los enfermos crónicos y los ancianos que acceden a los comedores o que viven en hogares para la tercera edad. El Jerarca, dijo que es necesario que todos puedan realizar actividades recreativas porque la autovaloración es vital, al momento de afrontar apremios. Los ciudadanos pueden acceder a los comedores públicos a partir de la tramitación de un carné en el servicio de acción social municipal. Con esa tarjeta, se accede a comida en bandejas o a granel para degustar en el comedor o en sus casas. INDA, exige de los proveedores de alimentos, controles de calidad sobre las carnes y verduras, ya que «es necesario que entreguen productos de primera calidad, porque por ello van a cobrar». En ese marco, suscribieron un convenio de calidad con el Mercado Modelo que implica la colocación de un sello que indica una valoración sobre el producto. Otro de los aspectos considerados por las autoridades del Instituto, es quitar el estigma de la vergüenza a la pobreza y en ese sentido, Monzón afirma que «no hay mayor pobreza que la del pobre que perdió la dignidad de ser persona». Precisó, que «es necesario restituir la dignidad a las personas» y en ese contexto, hace dos años que se inauguraron merenderos que también son centros recreativos para todos los niños del barrio. Monzón, explicó que «el trabajo del chico es jugar». Agregó, que el juego tiene virtudes como introyectar reglas en la conciencia de cada uno, pautas que sirven para vivir en sociedad. En ese ámbito, procuran que las madres se incorporen a las actividades de recreación e interactúen con otras personas. Es necesario socializar «para que la mujer no sea solamente una paridora de hijos» y se responsabilice de mandar a los niños a la Escuela o al Liceo, con el objetivo de que en el futuro, los niños, cuenten con un respaldo y no se encuentren solos en situación de calle. Las actividades se desarrollan en infraestructuras generadas por las Intendencias Municipales o por ONG que asumen esa responsabilidad. Actualmente, en el territorio nacional están funcionando 400 CAIF que reciben niños de 0 a 3 años, que concurren a un sistema educativo de calidad, poseen control alimentario, por lo cual se exige a las madres embrazadas los controles sanitarios correspondientes. Monzón, precisó que si bien las personas entienden racionalmente la necesidad de controles, la costumbre los lleva a actuar de forma negligente, situación que exige paciencia, reiteración de normas y educación. INDA atiende en sus comedores a 325.000 personas. En octubre, otorgará a 60.000 familias, una tarjeta magnética, que les permitirá comprar productos de primera necesidad. Las personas en riesgo nutricional no recibirán las tarjetas del Plan de Equidad, porque necesitan controles estrictos de alimentación en forma diaria. Igualmente, los enfermos crónicos que consumen alimentación especial, mediante certificación médica y de asistente social. En ese contexto, se realizan talleres a través de los cuales se capacita para ingresar a una cultura alimentaria distinta a la habitual. Las familias que recibirán las tarjetas del Plan de equidad, son las que antes percibían canastas, situación independiente a su concurrencia al comedor. La canasta es un complemento a la alimentación y se otorga cada dos meses, dijo Monzón. En 1.300 almacenes del territorio nacional se podrán utilizar las tarjetas del Plan de Equidad, en las que se estipula el porcentaje de productos alimenticios y de limpieza que se puede comprar, no pudiéndose adquirir alcohol, cigarrillos o golosinas. La tarjeta será distribuida por las Intendencias Municipales y su valor monetario oscila de acuerdo a los integrantes del núcleo familiar y se ajusta a los costos de vida actuales. «Conceder la tarjeta es un trabajo personalizado», dice Monzón. En el mismo trabajan coordinadamente el Banco de la República, los Ministerios de Economía y Finanzas, Desarrollo Social, Salud Pública, además de las Comunas departamentales e INDA. Las familias que tendrán tarjetas fueron seleccionadas por el equipo de acción social de cada Intendencia departamental. El responsable del INDA afirmó que la alimentación es un factor determinante para una sociedad y en ese sentido, se deben contemplar los platos propios de cada región del país. INDA tiene asignado un presupuesto de 485 millones de pesos en forma anual por parte del Ministerio de Economía y Finanzas. Monzón, explicó que los comedores de Primaria tienen asignado un presupuesto alimentario de 450 millones de pesos, e indicó que Educación Secundaria tiene asignados solamente 5 millones de pesos anuales. En ese marco, INDA aporta a Secundaria y UTU apoyo alimentario, acción cada vez más solicitada por esas instituciones estatales. El Instituto depende del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Actualmente, saneó las dificultades que tenía con las Intendencias y las mercaderías se pagan puntualmente a los 30 días después de recibidas. En la actualidad, INDA está realizando refracciones en los ocho comedores de Montevideo, con el objetivo de que sean lugares de encuentro, con infraestructura para escuchar radio y mirar televisión, e infraestructura para lavarse las manos antes de almorzar. En Montevideo, los comedores están ubicados en Ciudad Vieja, Cerro, Santa Catalina, en las calles Cerro Largo y Juncal, Camino Maldonado, Comercio y Cabrera, Carlos María Ramírez y Real, entre otras zonas. En el interior, los locales están ubicados en todas las capitales departamentales. Fuente de Contenido e Imagen: http://www.presidencia.gub.uy