Un uruguayo que desde hace algunos años reside en Suecia, se ha transformado en el líder de una congregación religiosa que tiene al orgasmo como culto a adorar.

Se trata de Carlos Bebeacqua, de 54 años de edad y oriundo de Montevideo que creó en aquella nación europea la «iglesia de la virgen del orgasmo», entidad que no descartan próximamente otorgarle el carácter de culto oficial en Suecia, lo que significa que tendrá los derechos y obligaciones que ya cuentan las demás entidades religiosas en aquél país.

El uruguayo aclara que el orgasmo no es «sólo sexo», sino que se trata de «la última sensación de la lujuria, que no debe limitarse a la eyaculación, a la que se puede llegar a través del arte, o mirando un paisaje».

La Iglesia liderada por Bebeacqua ya tiene casi 500 seguidores que se ubican fundamentalmente en Suecia, España y también en algunos países latinoamericanos. Sólo cuenta con sacerdotisas, que interpretan el «catecismo del orgasmo». El uruguayo promete que durante los rituales el sexo no es lo «principal», aunque su práctica no está prohibida.  

«El orgasmo es Dios y el orgasmo debe ser adorado» repite Bebeacqua mientras se acomoda sus pantalones.