Uruguay integrará a partir de este lunes 9 de marzo la UNASUR militar, el primer organismo continental que reúne mancomunadamente a las Fuerzas Armadas de todos los países del Cono Sur. El nuevo organismo militar, que se constituirá en Santiago de Chile, se concibe como un mecanismo de integración, diálogo y cooperación en materia de defensa de los 12 países que componen la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Será la primera vez que los responsables políticos de las Fuerzas Armadas del Cono Sur se sienten a hablar periódicamente. La presidencia del organismo será temporal, al igual que la de Unasur. Están previstas una reunión anual de los ministros de Defensa y dos de los viceministros. «Hasta ahora siempre se ha negociado bilateralmente; el Consejo abarcará asuntos de manera multilateral», sostuvo a la prensa internacional el ministro de Defensa de Chile, José Goñi.

Unasur no pretende crear una fuerza armada de corte clásico, al estilo de la OTAN. En una parte de la región donde los nacionalismos son tan fuertes y los roces fronterizos tan habituales, sería inviable. Haber superado esos inconvenientes, sin embargo, es uno de los motivos que más entusiasmo han generado, según analistas militares que han seguido de cerca el proceso de gestación del consejo.

Con esta iniciativa se pretende acabar con algo tan arriesgado y complejo como las tentativas de conflicto, minimizar cualquier fricción entre los países de América del Sur. Hay quien considera que a través de este organismo se puede llegar a perfilar una política de defensa y seguridad conjunta. Hasta lograrlo habrá que seguir una hoja de ruta, un «plan de acción», según el ministro chileno, que se perfilará estos días en Santiago. Reforzar la cooperación militar, coordinar misiones humanitarias y operaciones de paz e incluso la futura creación de un instituto de defensa en Sudamérica son algunos de los objetivos. La lucha contra el narcotráfico no está ni estará en la agenda, a menos a corto plazo. «Buscamos la convergencia de intereses. Para algunos países es un tema policial, no militar; no queremos que haya injerencias en la manera de actuar», justifica Goñi.

Aún así, será una tarea complicada. Analistas militares que han asesorado a algunos de los países del nuevo organismo dan fe de que ha sido un año de intensas negociaciones, donde las cancillerías han jugado también un papel clave. No todo el mundo tenía la misma visión de seguridad y estrategia: Venezuela, por ejemplo, cuenta con un perfil militar mucho más acentuado que el de Brasil, a pesar de que cuente con uno de los ejércitos más poderosos de América Latina.

Uno de los asuntos que más controversia generó en los últimos tiempos fue la vuelta a las aguas latinoamericanas, en julio del año pasado, de la IV Flota de Estados Unidos después de 58 años de inactividad. Venezuela, entre otros países latinoamericanos, lo consideró una amenaza.